— Pues mira, sí — Carmen apoyó sus dos manos en el mango del bastón — Al panadero, que siempre me da la barra más quemada.

— ¡Abuela! Que la vas a espantar.

— Es que esas barras tendrían que tirarlas — Chiara continuó — Pero se las intentan endiñar a las señoras mayores. Se creen que son tontas.

— Exacto. Y más sabe el diablo por viejo que por diablo — Carmen suspiró — Si te dijera yo donde le metía la barra...

Chiara se rió, y Carmen pronto lo hizo con ella — Me ha encantado su historia de homicidio, señora.

— ¿Sabes...? — Carmen le agarró la cara con las dos manos — Solo hay otra persona que he querido matar, y es el ex-novio de mi Vivi.

— ¿Ex-novio?

— Abuela, cállate — Violeta dijo entre dientes.

— Un impresentable — Carmen continuó.

— ¿Pero soy invisible o algo? ¿Cómo me pueden estar ignorando de esta manera? — Violeta se quejó, mirando a su madre. Está no le respondió porque estaba enfrascada en la conversación entre su madre y su nuera.

— Le rompió el corazón a la primogénita de mi primogénita. ¡Menudo cabronazo! Le faltó Motril para correr.

— Me lo imagino — Chiara asintió, con las manos de Carmen aún en sus mejillas.

— Por eso tengo que advertirte — Carmen dijo — Como traiciones a mi Vivi... — apretó su agarre — Te rompo la crisma con mi bastón.

Violeta se preparó para lo peor; que Chiara se apartara asustada, o que la abuela Carmen le acabase clavando una uña en esos ojos verdes tan cristalinos. Se levantó, esperando un solo gesto de la inglesa para intervenir. Algo en ella (algo nuevo, algo que nunca había sentido con la chica) ardía con ganas de... de protegerla. Sin embargo, la acción de Chiara la dejó de piedra.

Chiara agarró las manos de Carmen y las apartó de su cara, poniéndolas sobre su regazo — Si hago daño a su nieta, le ayudaré a encontrar el pozo más cercano para que me tire por él, por error.

Carmen se quedó callada, intentando ver cuán seria estaba siendo la chica, y después rió — Muy bien — dijo, besando la mejilla de la chica — Has pasado mi test.

Chiara sonrió orgullosa en la dirección de Violeta, y la pelirroja solo pudo dedicarle una sonrisa de vuelta.

Si le gustaba saber que Chiara tenía la aprobación de su familia, y en especial de la abuela Carmen, bueno... eso era algo en lo que tendría que pensar en otro momento.

━━━ • 𖥸 • ━━━

— ¿Cómo que la guiri tiene la aprobación de la abuela Carmen? — Tana preguntó ofendida durante la cena, después de escuchar la historia con las palabras de su madre — ¡Pero si Roberto aún no la tiene, y nos casamos el sábado!

— Se siente — Violeta dijo, abrazando el brazo de Chiara — Mi novia es mejor que tu novio.

— Retira eso.

— ¿O qué? Mi novia es la protegida de la abuela. Te chinchas.

— Serás...

— Chicas, por favor — Susana dijo, con la voz cansada — Haya paz — Violeta le sacó la lengua a su hermana y continuó con su comida.

— Sabes que no necesita bastón, ¿verdad? — Juan le preguntó a su nuera.

— ¿Cómo? — Chiara frunció el ceño.

— Sí — Violeta dijo, apartándose de Chiara para mirarle a la cara — Es todo acting.

Susana asintió — El mes pasado un ladrón intentó robarle el bolso y lo golpeó con el bastón. Acabó en urgencias.

— Joder con la abuela Carmen.

— Es la puta ama — Tana dijo.

— ¡Oye! — Susana dijo, dejando sus cubiertos en los platos — A ver cuando conoces a Roberto, Kiki.

— Pues cuando queráis — Chiara dijo.

Violeta agarró el vaso de agua que tenía la inglesa en la mano y bebió de él — ¿Qué? — preguntó, cuando Chiara la miró — No me apetece levantarme a por más agua.

— ¿Así que decides beberte la mía?

— Pues sí.

— ¿Sin preguntar ni nada?

Violeta bebió de nuevo del vaso, sus ojos oscuros clavados en los de Chiara — ¿Por qué tendría que preguntar? Eres mi novia.

— Y tú una sinvergüenza — Chiara apoyó la mano en la pierna de Violeta y apretó.

— Pero te encanta.

— Me encantas tú, guapa.

— Pero bueno, que al final hacemos boda doble — Tana dijo, riendo.

— Porque no tengo vestido, que sino... — Violeta le golpeó la nuca.

— Anda, anda. No me seas Casper.

— ¿Cuándo le vas a presentar a tus amigos, Vivi? — Susana preguntó, con una pequeña sonrisa en la cara.

— ¿Eh? — Violeta preguntó. Estaba más atenta a la mano que Chiara aún no había quitado de su pierna. Su pulgar dibujaba formas alternas, suaves contra el tejido recio de su pantalón.

— Que cuando va a conocer Kiki a tus amigos.

— Pues con las prisas, ni les he avisado de que ya estaba aquí — Violeta dijo, pensativa — ¿Mañana por la mañana tenemos algo que hacer?

— No — Tana dijo — Por la noche tenemos la cena con la familia, que ya están casi todos. Los que faltan vienen mañana.

— Pues por la mañana te presento a mis amigos — Violeta sonrió. Por algún motivo, le gustaba que sus amigos conocieran a Chiara. Quería fardar de novia, fuera o no de pega.

— So exciting — Chiara dijo, apretando la pierna de Violeta. Esperó a que la pelirroja estuviera bebiendo para acercarse a ella — ¿Vas a querer que me ponga el vestido que tanto te gusta para la cena?

Violeta escupió el agua, tosiendo. Dejó el vaso sobre la mesa, la mano que no estaba cubriendo su boca elevándose para golpear el hombro de Chiara. La inglesa se rió, echando la cabeza hacia atrás mientras aplaudía.

Violeta nunca la había visto tan feliz. Pensó, en un instante de locura, que si tenía que hacer el ridículo para conseguir que Chiara se siguiera riendo así, lo haría toda su vida.

— Creo que va a encajar a la perfección con tu grupo de amigas, Vivi — Tana dijo, sonriendo.

— Miedo me da que se conozcan.

Mentiras de Jarabe | KiViDonde viven las historias. Descúbrelo ahora