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Entonces, ¿ese era el final? ¿Ese era el final de todo aquel recorrido? ¿Simplemente así?
Todo había acabado, para siempre, todo quedará en la memoria. Las risas, los abrazos, las lágrimas, las puteadas. Habían terminado.
Las lágrimas caían por los cachetes de Olivia, también por los de Kuku, Agus y los otros chicos.
Todos con sus celulares grabando por encima de la cabeza, y Olivia simplemente no puede ni agarrar su cámara para sacar una de las últimas fotografías allí en España, en aquel set, con aquellas personas y con aquellas lágrimas de felicidad y de tristeza.
Bajó su cámara y se limpió las lágrimas de sus ojos.
«¡Chicos, hemos terminado de filmar la película!» era lo que había dicho una de las productoras hace unos minutos y la sala se llenó de aplausos y abrazos consoladores.
Olivia sintió unos brazos abrazándola por detrás. Bianca, con sus ojos y cachetes rojos, abrazó fuertemente a Olivia por unos minutos, ambas soltaron unos sollozos sin poder evitarlo.
—Gracias por todo, Oli— susurro Bianca entre moqueos y lágrimas cayendo en el pelo rubio de su amiga.
—Gracias a vos amiga, te amo— aquellas palabras salieron de su alma y fueron directo al corazón de Bianca para envolverlo.
Después de unos minutos se separaron y cada una sonrió por la cara de la otra. Olivia se tambaleó en el lugar cuando Matías se le tiró encima para abrazarla.
Cuando Bianca se alejó de los dos chicos, Matías le susurró:
—Sos la mejor fotógrafa del mundo, no lo olvides— y una sonrisa más que grande salió de los labios de Olivia.
—Y vos el actor más lindo— ahora la sonrisa se planteó en Matías.
Cada uno sentía el calor corporal del otro en aquel abrazo tan largo. Si fueran por ellos no se separarían nunca.
—¡Y DE LA MANO, DE DON BAYONA, TODA LA VUELTA VAMOS A DAR!— cantaban los chicos a coro mientras saltaban y una figura en el medio más petisa que todos, al parecer J, intentaba que no lo aplastaran.
Se separaron del abrazo y observaron con una sonrisa en grande a los chicos, como levantaban a J y lo felicitaban emocionadamente.
Olivia miró a Matías, este la abrazaba con su brazo derecho por sus hombros atrayendola hacia el, como protegiéndola.
La felicidad y la tristeza era una mezcla bastante rara en un ser humano, pero solía suceder y estar la mayoría de el tiempo. Cuando te vas de viaje lejos de tu familia, cuando te separas de alguien que te hizo feliz y daño al mismo tiempo, y en el caso de Olivia, cuando termina algo que te hizo más que feliz por meses.
