008: Vainilla

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—¿Por qué no, Mati?— un deje de molestia salió de aquellas palabras de Pipe, había soltado el agarre de la cintura de Olivia para cruzarse de brazos y apoyarse en la baranda enfrentado a el castaño.

—Les puede pasar algo— dijo tranquilamente Matías acercándose a sus dos amigos—. Además si J los ve acá los descuartiza a los dos.

—Pero no nos vio.

—No, por qué los vi yo.

—Bueno, mejor que cada uno se vaya a su habitación, a descansar para mañana, ¿si?— dijo Olivia nerviosa cuando Felipe parecía abrir la boca para responderle a Matías.

Guardó su celular en el bolsillo de atrás de su Short. Se despidió de cada uno con un beso en el cachete y salió por la puerta en dirección a las escaleras.

Los chicos quedaron completamente solos en la terraza mientras miraban el andar de la rubia hasta llegar a la puerta y desaparecer. Un silencio incómodo los invadió, dejando presente los ruidos de la calle debajo suyo.

Matías dudó en preguntar.

—¿Qué se siente besarla?

Felipe volteó a verlo, dudó de su respuesta, pero la dijo:

Vainilla.

Y con eso bastó para que Felipe se marchara hacia su habitación y la conversación diera por finalizado.

Olivia se encontraba en un torbellino de emociones juntas, no sabía lo que había echo hace unos minutos atrás, o tal vez si, había besando a Felipe, ella, no el.

Y el no se apartó, osea que no la había cagado de el todo.

Pero después apareció Matías y sintió como el alma se le caía al verlo caminar hacia ellos y enfrentarse a Felipe como si estuviera, ¿celoso?. El beso con Felipe se había sentido tan bien, la manera en la que había agarrado sus caderas y traerla hacia el se había sentido tan bien, y en ese momento no quiso separarse de el hasta el amanecer, como una necesidad de tenerlo a su lado.

Le sonó rara la situación de que Matías apareciera justo ahí en la terraza en aquel momento, ¿por qué no dejó que se besaran? ¿Había visto más que aquello? ¿Los interrumpió por qué no los gustaba verlos así o por qué en serio se preocupaba de que J los viera ahí?

Preguntas sin respuestas resonaban en su cabeza, una marea completamente agitada la llevaba hacia el otro lado de el mar sin su permiso ni consentimiento. Exigía respuestas de todo.

𝙇𝙡𝙖𝙢á𝙢𝙚 || 𝙈𝙖𝙩í𝙖𝙨 𝙍𝙚𝙘𝙖𝙡𝙩Where stories live. Discover now