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—¡Chicos! Miren para acá— Olivia puso su ojo derecho en el visor de su cámara cuando los chicos se abrazaron por detrás y sonrieron a la cámara, el flash salió y la fotografía quedó de diez.
—Ya quiero publicar todas las fotos a insta y Twitter— dijo emocionadamente Juani mientras se frotaba las manos para generarle calor a estas.
—Mas les vale que me etiqueten en todas, eh— dijo Oliva dejando que su cámara colgara de su cuello.
—Obvio, la mejor fotógrafa— dijo Blas pasando su brazo derecho por los hombros de Olivia, algo que tenía muy grabado de hacer desde pequeños. Faltaban unas pocas hora para terminar aquel día intenso de trabajo, aunque había sido más tranquilo que el anterior, después de dos semanas ya de grabación.
—Tengo hambre— dijo Enzo mientras llegaba con el grupo de chicos a un costado de las cámaras para no interrumpir la escena de Fran y Esteban—. Que envidia vos— la rubia sonrió tiernamente pero con un deje de astucia.
Olivia siempre que podía les presumía en la cara a sus amigas la comida, o les hablaba sobre lo que comió hace unas horas, a ellos no les molestaba, ya que tampoco era que no comían, si no que tenían una dieta importante para su personaje, y que es de la vida sin prejuicios.
—Yo quiero volver ya a el hotel, me estoy congelando acá— y Bianca tenía toda la razón de el mundo en sus palabras, la nieve les llegaba por arriba de los talones y se les dificultaba caminar, más con el viento frío que azotaba en ellos.
Las palabras de Bianca se hicieron realidad, ya que después de una hora en colectivo llegaron a el hotel, cada uno fue a darse una ducha caliente a sus habitaciones y luego bajaron a cenar, cada uno lo que le correspondía claro. Bianca, Olivia y los demás de grabaciones, disfrutaron de un delicioso plato de carne con papas al horno, mientras que los chicos de el set, simplemente tenían la sopa de todos los días.
Y cuando terminaron, cada uno se fue a la cama hasta el día siguiente.
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Aquel sábado libre, los chicos se encontraban en la sala de juegos divirtiéndose un poco y disfrutando de el descanso aquel día. Fran y Blas jugaban contra Rafa y Andy al ping pong, con algunas puteadas de vez en cuando y otros gritos de felicidad también.
Otros chicos los veían divertidos y se cantaban jugar con el ganador en la siguiente ronda. Olivia se paró de su silloncito para dirigirse hacia la mesa y observar el juego, Blas y Fran habían ganado.
