Queen of the Murder Scene.

Capítulo 2: Eternal Love. (Dany's versión)

Daniela llegó temprano a la cafetería que Paulina había elegido para poder verse, estaba realmente nerviosa de ver a su hermana después de tanto tiempo.

Observó a Paulina a lo lejos, sintió una ansiedad inexplicable, levantó ligeramente un brazo para poder llamarla. Aquella chica de baja estatura se acercó sonriendo ampliamente, también estaba muy ansiosa de conocer en persona a aquella chica que le impulsó a tocar música rock.

—Hola, Dany... ¿Puedo llamarte Dany? Ah, lo siento, estoy nerviosa. No tienes idea de cuánto amo tus canciones, tu voz, tu estilo, wow, eres tú. ¿Puedo abrazarte?— Claro que puedes, soy tu hermana, pensó.

Sin pensarlo abrió los brazos y abrazó a Paulina, sintió una enorme tranquilidad de conocer a su hermana, recordar cuando eran pequeñas y estaban juntas todo el tiempo.

—Paulina, no sabes lo feliz que me hace verte de nuevo...

—¿De nuevo?— Pau la miro algo confundida, se sentó mientras acomodaba sus cosas.

—Sí... una vez nos vimos en el instituto.

—¿De verdad? No lo sabía. No importa, ahora nos conocemos y me hace muy feliz, siempre me pone feliz verte tocar y cantar, tienes una voz increíble, eres tan maravillosa, al ver tus videos me inspire para poder tocar la batería y no música clásica como querían mis padres.  Ah, Me encantaría poder tocar algo contigo, últimamente me siento muy mal... quiero, bueno, no importa, sería muy feliz que seamos amigas.

—Claro que si, Pau, me encantaría que seamos amigas, salir juntas, conocernos.

Llego la mesera, ambas pidieron un plato con variedad de donas,  papitas y una malteada. —Tenemos mucho en común.— mencionó Paulina, Daniela se sentía nerviosa de estar en esas situaciones, todo era tan obvio ante los ojos de cualquiera.

—¿Y cómo está Ale?

—¿Ale? ¿Conoces a Ale?

—Sí, vi una foto en tu Instagram.— Daniela se murió de la vergüenza al mencionar a su hermana menor, obviamente nunca vio ninguna foto y mucho menos sabía si existía tal foto.

—Oh... pues está bien,  hace mucho no platico con ella.—Paulina soltó un suspiro pesado, se sentía triste de pensar en su hermana menor ya que desde que ella mencionó sobre su boda, tuvieron una gran pelea. —Dany, en unos días tengo una presentación en la escuela y... me gustaría que tocaras conmigo. Claro, si estás libre y quieres hacerlo, no quiero intervenir en tus asuntos.

Daniela aceptó sin pensarlo, durante todo este tiempo ha vivido del dinero de su abuela, además tiene dinero invertido, por lo que no debe preocuparse en trabajar para vivir bien.

Estar ambas chicas en la cafetería fue una cita muy acogedora, Daniela se sentía muy feliz de conocer a su hermana, de escucharla hablar de las cosas que le hacían feliz, pero también la observó demasiado triste, como si algo no la dejara avanzar.

Por otro lado, Paulina se sentía feliz de conocer a su idola, además estaba emocionada de poder tocar con ella en un futuro.

Estuvieron hablando durante unas horas, Daniela se ofreció a llevar a Paulina a su casa, tenía la esperanza de ver a sus padres, pero para su sorpresa, su hermana vivía sola.

Al llegar a casa se recostó y reflexionó sobre lo que estaba haciéndolo, no quería ver a sus hermanas a escondidas, no quería salir con miedo de ser vista por alguien, sabía que sus hermanas no eran culpables de nada, pero quería ir con sus padres y enfrentarlos por lo que le hicieron cuando era apenas una niña.