🥀El Reino Erudito🥀

🥀36🥀

Satan miraba el techo agitado, él permanecía inmóvil en la cama, mientras yo aún ardía en llamas del enojo.

Me senté y él me miró enseguida.

Satan - ¿A dónde vas?.

T/n - A dormir en otro lado.

Satan - ¿Sigues molesta?, ¿incluso con lo genial que la pasamos?.

T/n - ¡No la pasé genial!.

Satan - Pero gemiste bastante. -Murmuró- Incluso me pediste más duro.

T/n - No fui yo. -Miré a otro lado orgullosa-

Me levanté y él se sentó despacio viéndome fijo.

Satan - No me acostare nunca más con ninguna otra Demonio mi amor, te lo juro por mi vida.

T/n - No me interesa tú miserable vida.

Satan se sonrojó y lo miré enojada.

T/n - Me iré a dormir a otro lado, y si me sigues ten por seguro que no volverás a ponerme un dedo encima.

Satan se acostó lentamente viéndome aún más sonrojado.

Satan - ¿No te gustó lo que hice?.

T/n - ¡NO!.

Él bajó la mirada viendo mis piernas temblorosas, yo me puse el vestido con un chasquido, evitando que mire estas.

T/n - No te quiero ver ni oír.

Salí enseguida antes de oír otra palabra suya, al girar observe a Satanachia, quién caminaba por el pasillo a mi dirección.

Satanachia - Mi señora. -Dijo haciendo una reverencia-

T/n - ¡NO SOY TÚ SEÑORA!. -Le grité enojada-

Yo me alejé y él me siguió con la mirada atento, Satan salió despacio y se asomó.

Satanachia - ¿No le gustó el helado mi señor?.

Satan - Lo amo, pero está molesta por otra cosa...

Satanachia - Es idéntica a usted...

Satan - Que halago. -Murmuró sonrojado-

🥀🥀🥀

Al salir al jardín mordí mi brazo gritando furiosa, viendo como todo se iluminaba alrededor por las llamas de mi cabello.

–Podrías lastimar a alguien con ese fuego.

Giré enseguida viendo los ojos verdosos y medio amarillos de Belcebú.

T/n - ¿Tú qué haces aquí?. -Dije seria-

Belcebú - No es manera de hablarle a tu amado esposo. -Sonrió-

Él tomó mi brazo y observó la mordida en este, pasó su mano curandolo y me miró con tranquilidad.

Belcebú - Los pecados estamos en diferentes habitaciones, optamos por dormir aquí por un tiempo, al menos hasta que estemos seguros de que Yuki no tenga otro plan.

Él señaló los asientos con delicadeza y caminé a estos seria, me senté y él se sentó frente a mi.

Belcebú - Tengo un oído muy bueno. -Dijo sonriente- Puedo oír cosas a kilómetros de mi, por lo que oí todo lo que pasó con Satan.

Yo chasquee la lengua ante su nombre y miré a otro lado.

Belcebú - Sabemos que Satan se ganó tu corazón antes que nosotros, y tiene cierto favoritismo.