🥀El Reino Erudito🥀

🥀21🥀

No podía moverme...

Belfegor dormía acurrucado en mi cuerpo, mientras yo acariciaba despacio su cabello sin nada más que hacer.

Su cabello enrulado pasaba entre mis dedos con facilidad, él dormía en absoluta paz, a pesar de que todo temblaba y se oían gritos.

Me desespera no poder ir a ver.

Cerré mis ojos lentamente, sin embargo, no logré relajarme ni un segundo que la puerta estalló en pedazos junto a toda la pared.

Los escombros volaron por todos lados, rebotando en el escudo que me rodeaba gracias a Belfegor.

Él me apretó más a su cuerpo y abrió lentamente sus ojos con suma tranquilidad.

Ambos nos quedamos mirando a mamá, quién estaba totalmente cubierta de sangre, una de sus alas estaba totalmente quemada, parte de su cuerpo incluso ardía en llamas aún.

¿Qué...?.

Yuki - No sólo es desepcionante que sientas deseo por Demonios, es aún más desepcionante que estes traicionando a tu abuela, acostándote con los Pecados.

Tragué duro agitada, observando aquel mirar lleno de odio y desprecio.

Yuki - ¿Cómo te atreves a seguir viviendo?.

¿Cómo me atrevo...?.

Me senté lentamente haciendo que Belfegor se apartara un poco, él me miró y miró a mamá fijamente.

Yuki - Dentro de tu vientre portas a un inmundo bebé de Asmodeo. ¿¡CÓMO TE ATREVES A SEGUIR RESPIRANDO AL SABER QUE TENDRÁS UN HIJO DE UN PECADO!?.

Su grito provocó que todo temblara aún más, haciendo que me aferrara a las sábanas, sin apartar la mirada de sus ojos.

Un hijo de Asmodeo...

Toqué mi vientre lentamente, viendo sus ojos sin poder evitar agitarme ante aquella mirada repleta de odio e ira.

Yuki - ¿Cómo puede importarte tan poco tu familia?, ¿cómo puedes deshonrar tanto a tu familia?, ¿a caso no sientes vergüenza?.

No podía pensar en nada...

Mi corazón dolía, mis latidos tan fuertes podían oírse en esa habitación, mis oídos sangraban con aquellas palabras que eran dagas.

Dagas cubiertas de veneno...

Mis manos temblaban tanto como mi vista, no podía mantener la mirada en sus ojos, no podía ver su mirar con odio, mirar que antes fue cálido.

Aquellos ojos que alguna vez me vieron con amor y orgullo, ahora sólo tenían odio y asco.

Yuki - Si pides perdón en nombre de toda nuestra familia y Reino, te asesinaré sin dolor y te daré un descanso digno, únicamente porque eres una Princesa.

Duele...

Yuki - Pero deberás arrancar eso que llevas dentro.

Aquellas palabras hicieron arder mi interior como si fuesen brasas que me cocian por dentro.

Mi vientre ardía...

Yuki - No aceptaré a una hija que posea tal rebeldía, no aceptaré a una Princesa con deseos torcidos, no aceptaré una heredera que escupa el nombre de las Erudito.

Ella extendió su mano lentamente, señalando mi vientre totalmente seria.

Yuki - Entrégame esa vida y te dejaré morir en paz, diré que fuiste asesinada por estas bestias, diré que no pudimos salvarte, nadie sabrá la verdad por el bien de nuestra familia y Reino.