Capítulo 36: Pelea de nuevo.

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Bélgica. SPA-Francorchamp.
2:40 pm. 30 de Julio del 2023.

Carrera.

Lando.

La clasificación no había sido mala ni para mi ni para mi compañero, el cual mantuve alejado durante todos estos días, no por el hecho de que Zak o los medios sospechara algo, era porque me sentía observado de sobremanera. Era incómodo incluso caminar desde la entrada del hotel hasta mi habitación.

Sentía ojos detrás mío cuando solo había un vacío que nadie llenaba en ningún momento, pero ya me estaba volviendo paranoico.

Cuando estaba en el motorhome me sentía observado aún, y no lograba dormir bien. Incluso la noche anterior había vuelto a tener la manía de no comer nada y descansar poco. Pasé más horas viendo el techo que intentando cerrar los ojos y conciliar el sueño.

Las entrevistas de ayer había sido normales, nada de otro mundo que me hiriera, pero me sentía mal estando cerca de Oscar.

No por él ni nada, no me había hecho absolutamente nada, es más, incluso intentó durante estos días acercarse más pero yo simplemente lo alejaba con miedo.

Antes de la carrera quería pasar un tiempo a solas en mi motorhome sin que nadie me molestara ni por un segundo, incluso le dije a Max que por favor se lo dejaran muy en claro a los de mi equipo.

En este momento me encontraba sentando viendo un par de videos intentando distraerme un poco, en media hora tenía que subir al monoplaza y comenzar todo por lo que no podía estar mucho tiempo así.

No fueron muchos los minutos que pasaron cuando decidí terminar de alistarme para dirigirme a mi garaje. Tomé el picaporte y cuando abrí me encontré con un Oscar pensativo.

Yo respiré profundo intentando tranquilizarme y no cerrarle la puerta en la cara porque sino todo empeoraría.

Pero no sabía cómo mierda enfrentarlo.

- ¿Podemos hablar Lan? - su voz salió tristeza y algo desganada, pero también se notaba preocupado.

- No. - dije seco y de una sola vez - En realidad, si. - me contradecía pero es que no sabía como hacerlo.

- ¿Si o no? Podemos sino... - lo interrumpí.

- Si, hablemos ahora.

Me hice a un lado dejando el paso libre para el menor quien ingresó sin más que decir y se quedó parado esperando a que cerrar la puerta. Una vez lo hice él quiso acercarse para abrazarme pero yo le alejé hacia atrás.

Me miró extrañado con los brazos abierto y su mirada parecía cada vez más confundida.

- ¿Qué sucede cariño? - quiso acercarse de nuevo pero yo hice para atrás otra vez deteniendo sus intenciones.

- No te acerques. - yo agaché mi cabeza y mordí mi labio con fuerza.

- Pero... - bajó los brazos y se hizo para atrás - ¿Por qué? ¿Hice algo mal?

- ¡Si Oscar! Todo. - claramente no sé sobrellevarlo.

- ¿Pero que hice mal?

- Hiciste mal en acercarte a mi. - ahora subí mi cabeza encontrándome con Oscar y su semblante triste - Hiciste mal en querer que nos llevemos bien y me terminaras besando. - mis pasos se dirigían a él - Hiciste mal en llegar a este equipo, hiciste todo mal y más difícil para mi. - mi voz sonaba enojada aunque yo me sentía tan mal de decir todo aquello.

- Lan...

- Nada de "Lan", para tí soy Norris ahora y no me vuelvas a molestar en tu miserable vida. - me acerqué a la puerta para abrirla.

- Lando, no hagas esto, dime que pasó. - tomó mi brazo deteniéndome de abrir la puerta.

- ¡Tú me pasaste! Me acosté contigo como alguna vez lo hice con Carlos y al final siempre es la misma miserable mierda, no merezco ser feliz y ambos tenemos una carrera por delante, ahora vete. - mis ojos se habían llenado de lagrimas pero ninguna salía.

- Lando podemos arreglarlo.

- ¡No! ¡Vamos a dejarlo así y ya! - lo empujé - No quiero que te me acerques, ni si quiera en las entrevistas o los programas. Lo nuestro nunca iba a funcionar y de todas formas solo era para no sentirme solo, fuiste lo mismo que fui yo para Carlos, un puto chiste y juego.

- ¡LANDO NORRIS!

Y mi casi llanto se detuvo, el aire dejó de entrar por mis pulmones y mis ojos lo veían con miedo.

- Eres un imbécil, siempre lo fuiste y siempre lo serás, pero por egoísta y no porque realmente lo seas, no sé que carajos causó esta reacción repentina pero no voy a dejar que me hagas daño por querer alejarme. - se acercó y sus ojos ya no brillaban, eran opacos - Y puedes huir de mi, me cansé de acercarme para saber más de tí y porqué reaccionas así, si me quieres de vuelta en tu vida ven a buscarme, yo siempre te voy a esperar, incluso si intentas que cambie de opinión, pedazo de mierda egoísta.

No dijo más nada y pasó a un lado mío golpeando sin fuerza mi hombro, abrió la puerta, salió y volvió a cerrarla de un portazo. En ese momento mis lágrimas...no lograron salir.

Respiré profundo con dificultad y tomé algo de agua antes de salir yo también.

En el garaje tomé todo lo que debía ponerme y me subí al monoplaza con la mente en blanco, y juro que fue así.

Hice la vuelta de calentamiento donde avisé que todo se sentía normal, esperaba que al menos la carrera fuera un éxito.

Nos posicionamos en la línea de salida, todos los motores rugían con fuerza y mi mente solo estaba centrada en ganar, la rabia de la situación con mi padre se volvía una motivación para ganar.

Las primeras vueltas fueron normales, bajaba y subía de posición por las paradas en boxes, en todo momento mi mente se concentró solo en la carrera.

Pero entonces pedí entrar a boxes porque sentía que las llantas ya estaban muy desgastadas para seguir usándolas, pero me dijeron que aún no porque mi compañero de equipo entraría en esta vuelta.

Y todo se fue al carajo.

Los recuerdos lindos con él vinieron de inmediato a mi mente, cuando fuimos a mi lugar favorito hace no mucho, las veces que me daba pequeños besos discretos antes de alguna entrevista, o cuando simplemente se metía a mi habitación para dormir juntos abrazados. Pero también me hirvió la sangre cuando me di cuenta que prefirieron hacerlo entrar a él antes que a mi, y las veces que le hicieron más halagos a él que a mi, incluso mi propio equipo, o las veces que le prestaban más atención a los detalles de su monoplaza que al mío.

Pero en esos pensamientos y sentimientos surgió algo físico. Y que no me gustó en lo absoluto.

En una de las curvas no frené a tiempo haciendo que me fuera a las lajas y chocara contra el muro de ruedas, por un momento maldije todo lo que me estaba pasando y que esto era la cereza del pastel.

Pero de la rabia logré llorar todo eso que me estaba guardando desde que salí todo golpeado de mi casa, lloré ese dolor que estuvo presente desde que Carlos me habló tan feliz de Charles, lloré todo eso que bloquee, incluyendo lo de hace pocos minutos atrás.

Pero de nuevo estaba solo, en el monoplaza chocado, con todos mis pensamientos y voces, con mi corazón destrozado.

Te odio  ⎯   LandoscarWhere stories live. Discover now