Capítulo 45: Horrible noche.

1K 111 40
                                    

Italia. Monza.
10:40 am. 4 de Septiembre del 2023.

Lando.

Mi cabeza dolía ligeramente por la entrada de luz mañanera que se colaba por la ventana dando justo en mis ojos, por un momento quise deshacerme cual chocolate en una tarde de calor.

No despegué mis párpados por varios minutos hasta que decidí que tal vez ya era tarde y era momento de levantarme para disfrutar del día con mi chico.

Al girarme en la cama de dos plazas me encontré con que el australiano no se encontraba recostado a mi lado con su cabello desordenado y sus labios entre abiertos, solo sentí un gran vacío que hizo que me alertara de inmediato.

Abrí los ojos con cuidado de todas formas, sentía que si hacía hasta el más mínimo movimiento de forma brusca no ganaría nada y al final haría que mi dolor se intensificara.

Al abrirlos por completo no encontré a nadie a mi lado, y es que normalmente duermo con Oscar quien me abraza o viceversa, pero esta mañana sin su calor sentí que algo había pasado. Algo inusual.

Al sentarme con cuidado mi cabeza comenzó a dar un tipo de palpitaciones que pronto desaparecieron para mi suerte, froté mis ojos con mis manos para despertar mejor y al hacerlo me di cuenta que la habitación en la que había descansado no era la mía ni la de Oscar.

Mierda ¿Me acosté con alguien más? Pensé.

Por un momento la desesperación de haber sido infiel por el consumo excesivo de alcohol de la noche anterior me hizo sentir muy mal, al punto en que quería salir corriendo de la habitación pero que era casi imposible que pudiera pararme sin ayuda.

Las lágrimas no se hicieron esperar, la idea de haber cagado la relación cuando a penas comenzaba me atormentaba.

Luego me di cuenta que la bañera estaba siendo utilizada, y que no mucho después fue cerrada, por lo que supuse que vería con quién había sido el idiota con el que me acosté.

Y para mis sorpresa salió un Charles Leclerc todo cambiado pero con un semblante de preocupación. Pensé que posiblemente era por lo mismo que pensaba yo.

Aunque aún no había notado un pequeño detalle.

— Buenos días Lan. — se acercó sentándose a mi lado pero yo no podía dejar de verlo con preocupación.

— Buenos....días. — suspiré y me giré dándole la espalda — ¿Qué pasó anoche?

— Oscar viene para acá para poder hablar sobre eso. — sobó un poco mi espalda — ¿Recuerdas algo de anoche?

Claramente no, pero cuando comencé a intentarlo se me vinieron fugaces imágenes muy extrañas donde estaba incluido el español, el cual al pensarlo, sentía una repulsión más allá de las feas palabras que me dijo en su momento.

Aunque supuse que si había llamado a Oscar era para contarle la verdad desde un principio de que posiblemente nos hayamos acostado. Que puta mierda.

— No, pero supongo que tu si. — me giré encontrándome con los orbes verdes que se veían tristez, y eso no ayudaba a mis pensamientos.

— Si, pero hay que abordar el tema con cuidado y calma ¿Si? — tomó mi mano pero yo la quité de inmediato.

Él me miró extrañado.

— Pero no pude haber sido más estúpido ¿Verdad? — una risa agria salió de mis labios.

— ¿De qué hablas?

— De nosotros. — lo señalé a él y luego a mi.

— ¿Nosotros? ¿Cómo?

— Dios Charles, nos acostamos.

Te odio  ⎯   LandoscarUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum