Capítulo 24: Diversión.

2.2K 212 83
                                    

Canadá. Montreal.
1:25 am. 21 de Junio del 2023.

Oscar.

Al llegar a la tienda donde compraríamos las botellas pude sentir un par de miradas sobre nosotros, supuse que tal vez algunas personas se habían dado cuenta de quienes eramos.

A veces sonreía con timidez cuando sentía como susurraban sobre nosotros como si fueran muy discretos.

— Lleva las botellas, yo buscaré algo para comer. — me dió la pequeña canasta en la que había puesto las botellas.

Yo asentí y me dirigí hacia la caja para poder ir pagando esto, habíamos quedado con Lando que yo pagaría el alcohol y él pagaría la comida.

Puse las botellas en la caja y la chica pasó todas las botellas por el escaner para después mirarme.

— ¿Identificación? — estiró su mano esperando que se lo diera.

— ¿Disculpa? — la miré con el ceño fruncido pero por confusión — ¿Me veo menor de edad?

— Si, por eso se lo pido. — hizo un gesto de que se lo diera.

— Es que no la tengo ahora mismo. — busqué tontamente en mis bolsillos sabiendo que no lo tenía.

— Entonces no puedo darle las botellas. — tomó la bolsa donde había puesto las mismas y la colocó a un lado suyo.

— Pero... — me interrumpió alguien.

— Yo lo pago, vengo con él. — apareció Lando a un lado mío con una dulce sonrisa — Y también quiero comprar esto. — puso unas bolsas de papas y algunas otras frituras.

— Claro, está bien. — dijo la cajera con una sonrisa boba mientras también escaneaba los snacks — Y aquí tiene las botellas.

Nuevamente esa sonrisa boba se hizo presente para luego darle el precio de lo que costaba todo en total. Él pago y nos fuimos sin mucha prisa.

— ¿Y que haremos primero? — me entregó la bolsa donde estaban los snacks.

— No lo sé, lo que tu quieras. — respondí con un tono algo seco y enojado.

Me frenó en seco ya que íbamos caminando, de todas formas las cabañas no estaban lejos del lugar donde compramos las cosas.

— Te pasa algo, estás raro desde que se fue Carlos. — me miró algo enojado y confundido.

— No importa, es algo tonto. — comencé a caminar de nuevo pero no pasó mucho para que de nuevo detuviera mi paso.

— Nada de lo que pienses o sientas es tonto. — dijo tomando mi brazo y dándome vuelta para mirarlo bien.

— ¿Te pondrás sentimental? — sonrió altanero y me acerqué un poco más a él.

— Me caes mal. — me soltó y pasó a un lado mío golpeando no muy fuerte mi hombro.

— Solo era un chiste.

Caminamos a la par hablando de otros temas y para suerte de ambos nada era relacionado a la carrera de este fin de semana.

Al entrar a la cabaña nos quitamos los abrigos y las bufandas para ir directamente a una de las camas.

— ¿Y si juntamos las camas para tener más espacio? — propuso Lando mientras dejaba la bolsa de botellas en la cama.

— Me parece buena idea.

Juntamos las camas para luego yo ir a buscar unos vasos.

— Listo. — dejé los vasos y me quité las zapatillas para ponerme bien en la cama.

Te odio  ⎯   LandoscarWhere stories live. Discover now