18 | El sueño del comandante

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𝙴𝚛𝚠𝚒𝚗


Mi momento favorito al regresar de una expedición es cuando me siento en el sofá de mi oficina, y junto a una Victoria curiosa por todo lo vivido, me permite un monólogo de muchas horas donde le cuento todo lo que he visto y aprendido, de mis errores y aciertos, de mis expectativas para la siguiente expedición. Ella suele sonreír y decirme que me calme, que aunque yo estoy efusivo, muchos de mis soldados no se sienten igual, han perdido amigos, familiares, y lo que menos desean es oírme hablar de la siguiente expedición.

Lo comprendo y suelo darle la razón. No me considero demasiado empático, tal vez porque he dedicado mi vida a entregar mi corazón a la verdad detrás de las murallas, por lo que si bien entiendo el daño de la muerte de uno de mis soldados, no puedo tomarle más importancia de la necesaria. Nosotros seguimos vivos, y más allá hay cientos de secretos esperando que sean revelados.

Me prometí a mi mismo hacer feliz a Victoria Ackerman. Es hermosa, es brillante, astuta y amo cada detalle de ella, aunque no tolero cuando me contradice con respecto a las expediciones, porque sé de primera mano que lo que sabe, es gracias a mí, por lo que inconscientemente o no, su opinión en este tema no me genera nada. Aun así, en todo lo demás estoy dispuesto a oírla.

Es curioso. Muy curioso, el efecto que Victoria Ackerman tiene sobre las personas, como si fuera capaz de entrar en tu mente y jugar con ella a su antojo. La amo, de eso no tengo dudas en absoluto, pero hay algo que me hace sentirme tal y como cuando tuve que renunciar a Marie. Sé que con Tori no debo sacrificar nada, pero hay algo, una espina cuando me mira fríamente, que me hace pensar lo contrario.

Sé que le he fallado últimamente, sobre todo desde que Eren Jaeger apareció en nuestras vidas. Pocas veces dormimos juntos como antes, ya no hay tardes de merienda en el jardín ni noches de lectura. Aunque Victoria se muestre independiente, sé que disfruta el tiempo de calidad, además de ser altamente materialista para mostrar afecto, su otro lenguaje del amor es el tiempo.

Algo que yo nunca tengo.

He pensado cientos de veces si esto es lo correcto, si no hay algo mejor para ella, pero suele calmarme diciendo que no se imagina en otro lugar, pero que espera que así como ella cambió, yo también lo haga.

Los primeros años de su presencia en el cuartel fueron demasiado conflictivos, tanto que pensé que era un error y estaba dispuesto a devolverla a Sina y ayudarla desde lejos. Pero Levi me convenció de que no lo hiciera, que aunque él no quisiera tratarla, ayudaría en su adaptación. Victoria no tenía a nadie más que nosotros.

La veo sentada en el sofá cuando llegó. Esta expedición fue un total fracaso, Levi estaba furioso tras perder a su escuadrón, yo debía afrontar pérdidas terribles y exigencias de parte de familiares, Eren casi había sido secuestrado y ahora lidiaba con descubrir la identidad de esa titán hembra.

Intento relatarle todo a Tori lo mejor posible, intento hacer hincapié en lo positivo pero es que no lo hay, y eso me frustra. Lo único relativamente positivo es descubrir a esa titán, pero no se si llamar a eso algo bueno dentro de todo el caos que se avecina.

-Iré a llevarle al papá de Petra sus cosas-menciona, su voz es varios tonos más bajos, desde que le conté el fallecimiento del escuadrón de Levi su emoción ha sido nula, y la entiendo, acaba de perder a su amiga más cercana.

-¿Qué es eso?-apunto a la caja decorada que está sobre la mesa de té.

-Bueno, íbamos a tener una tarde de té con Petra y Hange. Petra siempre me dijo que le encantaría llevar vestidos como los míos, pero nunca tuvimos oportunidad de ir a comprar, junté dinero y pensaba que esta tarde sería buena excusa para que tuviera uno. Ella amaba cuando le contaba de mis tardes con la princesa en los jardínes de palacio, solo quería...

Victory | Levi AckermanWhere stories live. Discover now