—uh, puedo hacerle unos ajustes

Todos rieron hasta que Astrid llegó por detrás para golpear al oji esmeralda con fuerza.

—¡AH-!

—¡Esto es por asustarme!

—Hey, hey, ¡¿SIEMPRE VA A SER ASÍ?! PORQUE-

Antes de poder continuar, fue sorprendido por un abrazo de su amiga.

—Podría acostumbrarme... —murmuró en pequeñas risas.

—¿cuánto a que se besan?—Murmuraban algunos vikingos en el fondo—yo apuesto 5 pepitas de oro a que Astrid besa primero a Hipo.

Claro, nadie aparte de Astrid, Estoico y los gemelos estaba enterado de tu relación con Hipo... Bocón sospechaba, pero nada seguro.

No podías reclamar.

—Oye Hipo, te tengo un regalo—alardeó Bocón entregándole al mencionado una nueva prótesis para Chimuelo—dale un buen uso.

Inmediatamente el joven fue por Chimuelo para colocarle la prótesis y montarse en él, observando a Berk orgulloso.
No tardó más de un par de minutos en alzar el vuelo junto a sus amigos, ni siquiera notó que te había dejado atrás.

Suspiraste comenzando a caminar en silencio y de manera lenta, los vikingos chocaban constantemente contigo y ni siquiera se disculpaban o trataban de ver si estabas bien.
Saludaste con la mano a algunos cuántos, pero tus saludos fueron ignorados.

Finalmente llegaste al muelle donde te sentaste para ver el mar, el bonito mar azul...

Azul... Como el plumaje de ese dragón que te salvó la vida meses atrás, ¿qué habrá sido de él?... Nunca volviste a verle.

Algunos vikingos se paseaban por el muelle mostrándole el lugar a sus nuevos amigos dragones, pero todos te ignoraron.

Habías vuelto a ser invisible.

Veías a los demás volar libremente por ahí, hacer carreras, nuevos amigos, conseguir novias...

Y a ti tus mejores amigos y tu novio te habían dejado de lado.

—¿Por qué ellos si y yo no? Se supone que este es un momento feliz, ¡el momento que he anhelado ha llegado! Humanos y vikingos somos amigos ahora... Y no puedo ser feliz.
¿Por qué aunque todos nuestros sueños se cumplan, no podemos ser felices? No lo entiendo

Antes de que te dieras cuenta, el ocaso había llegado y eso significaba que ningún vikingo o dragón iría a molestarte al muelle.

Abrazaste tus piernas sin quitar tu mirada del cielo... Aquel cielo azul ahora estaba pintado en tonos rosados y anaranjados, se veía hermoso.

Pero el sonido de un rugido te sacó de tus pensamientos.

Te diste la vuelta para encontrarte con Hipo que venía descendiendo de Chimuelo.

—¡Ahí estás! Llevo 30 minutos buscandote

—¿tus nuevos amigos ya te abandonaron?

—¿Qué?, ¡no! Solo que me di cuenta de que ya no estabas y me asusté

—¿Recién te diste cuenta?

—Ay, por favor... ¿estás enojado conmigo?

—No, solo me siento mal

—¡Vamos, ________! Es la primera vez en mi vida que Berk me nota, por primera vez no soy una molesta piedra en su camino, ¡no puedes enojarte conmigo por eso!

—No me hiciste enojar, me hiciste sentir mal

—¿Qué?, ¿solo porque no estuve contigo absolutamente todo el día?

Rodaste los ojos y te levantaste, comenzaste a caminar y Chimuelo comenzó a seguirte.

—Vamos amigo, ¡no puedes estar de su lado y no del mío!

—Grrr...

El pecoso suspiró e inmediatamente se puso frente a ti para bloquearte el paso.

—¡Lo siento!, ¿de acuerdo? No volveré a irme así

—Me dejaste en segundo plano

—Y no sabes como lo lamento, por favor perdóname, no voy a volver a hacerlo... Encontraré la forma de estar bien con Berk pero sobre todo contigo

Miraste al joven con recelo, pero no tardaste mucho en lanzarte a él para abrazarlo y llorar en su pecho mientras que él te besaba la coronilla de la cabeza y te abrazaba con fuerza.

—Te perdono..

Si bien en ese momento las acciones de ambos parecían muy sinceras, ninguno de los dos se imaginaba que ese día la vida iba a comenzar a jugarles en contra.

Recién era el principio del fin.

♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)

➴ Tenías que ser tú ➶Where stories live. Discover now