➴ Tenías que ser tú ➶

13

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Esa misma noche, te encontrabas sentado en la cama escribiendo en tu cuaderno cuando escuchaste la ventana de la habitación abrirse justo detrás de tí.

—¿Hipo?...

—Si, soy yo... descuida

—¿Por qué entras por la ventana? No soy experto pero según yo es más fácil entrar por la puerta

—Quería sorprenderte

—Vaya que lo lograste...

—¿Aún no te irás a dormir?

—uh... no

El joven vikingo te extendió la mano mientras sonreía de lado.

—¿Vienes a dar una vuelta conmigo y con Chimuelo?

—¿Ya?, ¿ahora mismo?

—Claro..

A pesar de estar algo confundido por todo lo que estaba pasando, tomaste la mano de Hipo y él tomó tu mano con gentileza y dulzura. Te jaló hacia él para abrazarte por la cintura con una mano mientras que con la otra se sujetaba de una cuerda.

—¿Usaste esta cuerda para subir?

—Y ahora la usaré para bajarte

El joven te sonrió mientras aflojaba un poco su agarre a la cuerda hasta soltarse ya a pocos centímetros del suelo, una vez abajo te soltó con gentileza y después tomó tu mano con cuidado.

—¿No te lastimaste?

—Descuida, estoy bien... Vamos en silencio o podrían darse cuenta de que nos fuimos

Asentiste con la cabeza dejando que Hipo te guiara en el oscuro bosque, a pesar de ir a oscuras podías notar que no había raíces o rocas con las que pudieras tropezarte. Probablemente Hipo convenció a Brutacio y a Brutilda de que lo ayudaran a limpiar el camino para que no hubiera nada con lo que pudieses hacerte daño sin querer.

Después de un rato caminando llegaron a un claro donde ningún árbol cubría la luz de la luna y esta les iluminaba con su luz suave y tenue.

En ese claro se encontraba Chimuelo que inmediatamente corrió hacia ti para acurrucar su cabeza en tu mano pidiendo que lo acariciaras.

—¡Hey! parece que alguien ya está emocionado por ir a pasear

Chimuelo solo emitió un suave sonido similar a un ronroneo mientras se agachaba un poco para que ambos subieran. Hipo subió primero y después te extendió la mano para ayudarte.

—Nunca pensé que terminaría paseando en dragón por la noche junto al chico que se supone quería eliminarlos a todos

—Bueno, la vida da giros inesperados

Sonreíste tomando la mano de Hipo para subir sobre Chimuelo y después abrazando a Hipo por la espalda, a la señal del vikingo Chimuelo alzó el vuelo de forma delicada y suave.

Ahora estaban volando sobre el mar de manera lenta, era realmente gratificante volver a sentir el viento y la brisa marina golpeando suavemente tus mejillas y jugando con tu cabello. Incluso tomaste la confianza suficiente para soltar a Hipo y extender tus brazos en un intento de tocar las nubes y de dejar que la brisa los acariciara también. Hipo se dio cuenta de esto y solo rio en voz bajita.

A la orden de Hipo, Chimuelo atravesó las nubes dándote una vista preciosa de las estrellas, tomaste los hombros de Hipo con una sonrisa en tus labios. La primera vez que volaste no podías ver mucho el cielo porque era de día y el sol te lastimaba, pero ahora que era de noche podías observar el cielo, las estrellas, el mar e incluso a una lejana Berk... Era un paisaje tan hermoso que no podrías olvidar nunca.