C43

24 3 1
                                    

Anahí y Maite se levantaron de sus sillas en cuanto las llamó la recepcionista. Any respiró hondo.

Maite: Relájate, todo estará bien.

Any: Ajá... ¡Gracias por venir conmigo! Ella sonrió y los dos entraron en la habitación del ginecólogo.

Médico: Hola, buenos días... ¿Quién de ustedes es Anahí Portilla? La ginecóloga sonrió mientras los miraba a los dos.

Any: ¡Yo! - sonrió mientras se acercaba.

Médico: Siéntate, por favor. Señaló las dos sillas y se sentaron. -¿Cómo estás?

Maite: ¡Pozo! - sonrió asintiendo.

Médico: Perfecto... Buenas Anahí, ¿en qué te puedo ayudar? Él sonrió mirándola fijamente.

Any sonrió y, respirando hondo, comenzó a contar lo que estaba pasando.

Marichello tiró los papeles sobre la mesa y se cubrió la cara con las manos.

Henrio: ¿Dificultades para memorizar las líneas? —preguntó, deteniéndose en el marco de la puerta.

Marichello: ¡Sí! -Suspiró.

Henrio: Nunca has tenido un problema con eso, ¿qué pasa?

Marichello: Estaba pensando en Anahí... Ella es rara conmigo.

Henrio: Me sorprende que estés pensando en ella, ¿qué hizo para llamar tu atención?

Marichello: No estoy seguro... Ha estado reaccionando de una manera a la que nunca antes había reaccionado... A pesar de todo lo que le hice, Any siempre ha sido educada, dulce conmigo, ahora está siendo grosera, estúpida... En estos días llamó por teléfono a la madre de Alfonso, Vitória, su madre y cuando fui a hablar con ella me trató con frialdad diciéndome que fuera a por Giovanna.

Henrio: Nuestra hija ha madurado mucho desde que empezó a salir con este chico, nunca le había levantado la voz a Giovanna y ¿cuántas veces se han peleado los dos? ¿Unas tres, cuatro veces?

Marichello: Todo es culpa de este tipo.

Henrio: Este chico ama a nuestra hija y fue él quien la hizo más fuerte, más segura, hay que agradecerle no reprocharle, el problema es que Giovanna ha estado en desacuerdo con él, pero claro, tiene que ser mejor que Any en todo.

Marichello: Por favor, no quiero pelear. - suspiró, cerrando los ojos.

Henrio: De acuerdo... Simplemente no te quejas de algo que tú mismo provocaste... 20 años de abandono y ¿qué quieres? ¡Que Anahí corra a tus brazos llamándote madre?... Cada uno cosecha lo que siembra.

Marichello: Vale, tienes razón, como siempre. - bromeó. - Ahora, si me disculpas, tengo muchas cosas que memorizar.

Henrio: Cómodo... Puedes dejarme la cena a mí, cuando llegue Any la llamaré para que me ayude, hace mucho tiempo que no cocinamos juntos. - comentó y se alejó, cerrando la puerta.

Marichello suspiró y se volvió hacia las hojas, tratando de concentrarse

Christian, Aaron y Angelique se quedaron mirando la bandeja de comida de Giovanna, sorprendidos por la cantidad de cosas que comió. Era al menos tres veces más de lo normal.

Giovanna: ¡¿Qué están mirando?! —preguntó, tomando un sorbo del jugo.

Angelique: Nada... Creo que es raro que te comas todo esto y... Ser flaco así.

gemelasDove le storie prendono vita. Scoprilo ora