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El hombre entró a la casa abriendo la puerta y llevó a Anahí atada, amordazada y con los ojos vendados a un dormitorio. Ella gimió y refunfuñó desesperadamente mientras luchaba.

Secuestrador X: ¡Rubia tranquila! - dijo tirándola sobre la cama.

Any se asustó y se revolvió tratando de liberarse.

Secuestrador X: Voy a dejarla ir, pero no tiene sentido gritar, nadie te escuchará. —dijo, quitándole la venda de los ojos y destapándole la boca—.

Any: ¡¿Por qué me hacen esto?! Ella lo miró llorando.

Secuestrador X: Estamos siguiendo órdenes. - respondió soltando sus brazos.

Any: ¡¿De quién son las órdenes?!

Secuestrador X: Oh, eso es un secreto, ¿verdad? Él sonrió y tiró de su pierna, desatándola.

Any: Por favor, déjame ir... O llama a mi papá, él te dará todo el dinero que quieras.

Secuestrador X: Ya hemos ganado un buen dinero para ti. -Sonrió.

Any: ¡Por favor! - suplicó sollozando. -Yo... Hablo con mi papá, no los denuncia a la policía, te lo juro.

Secuestrador X: Puede ser, pero tenemos que divertirnos, ¿verdad? Le acarició la pierna.

Any se apartó asustada y se acurrucó en la cama, apoyando la espalda contra la pared.

Secuestrador X: Eres muy hermosa, ¿sabes? Se acarició la barbilla. - ¡Y qué ojos!

Any miró fijamente a la puerta y, en un momento de desesperación, empujó al hombre y corrió a ponerse en pie. Tan pronto como entró por la puerta, un hombre la agarró por la cintura y Any gritó, revolviéndose.

Secuestrador Y: Para nada, ¿acabas de llegar y ya quieres ir?

Any: ¡Por favor, déjame ir!

Secuestrador V: No llores, te cuidaremos bien. - acarició su rostro.

Any se desenganchó y se acurrucó contra la pared junto a la puerta. Su pánico aumentó cuando los tres hombres se pararon frente a ella, formando una especie de muro. No tenía a dónde huir, podían hacer lo que quisieran con ella.

Secuestrador G: ¡Deja a la chica en el dormitorio! - Otro hombre se le acercó con una pistola.

Anahí trató de tragarse las lágrimas y negociar con el hombre que parecía ser el líder de los otros tres.

Any: Por favor, déjame ir, te daré el dinero que quieras.

Secuestrador G: Resulta que tenemos un arreglo, tienes que quedarte aquí por fecha.

Any: ¡No! - se alejó cuando otro hombre se acercó.

El hombre sonrió y la agarró por la cintura, llevándola al dormitorio. La tiró sobre la cama y Any tiró de su vestido encogido.

Secuestrador G: ¡Se comporta eh! Sonrió y cerró la puerta.

Any se estremeció de lágrimas y recordó horas después cuando había recibido ese vestido. ¿Cómo pude en tan poco tiempo salir de un sueño y sumergirme de cabeza en una pesadilla?





Giovanna se alejó de Aaron cuando escuchó sonar el teléfono celular.

Giovanna: ¡¿Hola mamá?!

Marichello: Hija, por el amor de Dios, ven a casa. - preguntó entre lágrimas.

Giovanna: ¡¿¿Qué pasó?!

gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora