XI

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SeHun no salía de su asombro mientras se arreglaba por segunda vez en el día y se ponía unos pantalones grises y una camisa negra sin cuello. Lo único en lo que podía pensar era en el error que había cometido con el brazalete que había elegido como primer regalo a JunMyeon. Por bonita que fuera la joya, debería haber elegido algo más romántico y con historia.

¿Cuándo había dedicado tanto tiempo y energía a elegir un regalo para un chico? En el caso de LuHan siempre se había decantado por vistosas joyas, cuantas más caras mejor, y su generosidad siempre se había visto recompensada.

Su puso el reloj en la muñeca y miró la hora. Tenía media hora hasta que llegara JunMyeon para ir a buscar alguna pieza al sótano.

—Tengo que ocuparme de algo. —le dijo SeHun a Dongwook —. Si el Príncipe Kim llega antes de que vuelva, sírvele una copa de champán y dile que no tardaré.

Salió de su habitación y se dirigió al sótano donde guardaban todas las joyas históricas de la corona, con la mente puesta en el regalo perfecto para su prometido. Tardó diez minutos en encontrar el collar y volver. Dongwook seguía solo.

—La cena se servirá a las ocho. —informo Dongwook.

—Perfecto. —asintió SeHun buscando relajarse, se estaba comportando como un chiquillo enamorado.

SeHun no tenía ningún interés en darse prisa. Al mismo tiempo, quería disponer de todo el tiempo posible para conocer bien a JunMyeon.

—¿Has pedido sus platos favoritos? —interrogo SeHun buscando consentir a JunMyeon en todo.

—Desde luego. —contestó, y se volvió hacia la puerta al oír que llamaban—. Debe de ser Príncipe Kim. Le abriré y me iré.

SeHun sonrió, contento de que JunMyeon estuviera tan ansioso por empezar la velada como él. Dongwook fue a abrir la puerta y SeHun sintió que el pulso se le aceleraba. Hacía mucho tiempo que la idea de estar a solas con un chico no le entusiasmaba tanto. JunMyeon no era un chico cualquiera.

Desde LuHan, nadie lo había excitado tan rápido e intensamente. JunMyeon era elegante, estiloso y desenvuelto. No era la clase de belleza exuberante y llamativo que hacía volver cabezas, era uno más exquisito e inolvidable. Ese mismo día había descubierto en JunMyeon a un esposo vibrante y sensual, y estaba deseando conocerlo mejor.

Junto a la puerta, estaba teniendo lugar una tensa conversación. SeHun frunció el ceño al ver a un chico menudo en el pasillo. No era JunMyeon, sino su secretario. Aunque SeHun sentía curiosidad, no hizo amago de escuchar. Enseguida se enteraría.

La conversación llegó a su fin y Dongwook se acercó a él.

—¿Qué ocurre? —pregunto SeHun.

—Alteza, el Príncipe Kim ha rechazado su invitación.

Estupefacto, SeHun se quedó mirando a su secretario. ¿Su invitación rechazada? ¡Increíble! Estaba deseando pasar la noche a solas con JunMyeon.

—¿Está enfermo? —cuestiono SeHun poniéndose inmediatamente de pie.

—No me ha dado esa impresión.

—¿Qué impresión te ha dado? —preguntó SeHun impaciente.

Dongwook se cuadró de hombros.

—Que quizá esté molesto con usted.

—¿Conmigo? —inquirió SeHun completamente confundido.

Entre el Amor y el Poder- SEHO {Terminada}Where stories live. Discover now