Capítulo- 29

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Estaba acostada en la cama mirando la pared dándole así la espalda a Jung, sentía mi corazón latir al mil y mis manos no paraban de sudar, toda la noche estuve con dolor de estómago por la ansiedad de que hoy Jung sepa todo lo que hice, a pesar de todas las veces que dije que prefería morir a estar con él en este momento me arrepiento, merezco una vida que sea mía.

Salieron unas pequeñas lágrimas que rápido limpié al sentir los labios de Jung depositarse en mi mejilla, me hice la dormida y él salió del cuarto, me dejo completamente sola.

Pasando 10 minutos me levante de la cama y fui al tocador más cercado, me miré y comencé a llorar, no quería morir realmente, solo quiero ser feliz por primera vez en mi vida, por qué debe terminar así todo, no es justo, jamás pude ser mi propia prioridad ante nada.

No sabía cuándo llegaría Jung, me puse a ver el cuarto había varios adornos pesados, cuando quise cargar uno me costó bastante ya que no se veían pesados, también había un viejo toca discos y ahí abajo varios discos de vinilos.

Baje las escaleras y me tope con una casa bastante fría, era acogedora toda su decoración era simple, pero elegante como una cabaña lujosa.

Camine más y llegue hasta la cochera, había un carro y una camioneta, comencé a buscar las llaves de los carros y las encontré, mi corazón dio una fuerte volcada.

Será que podía huir, comencé buscar las llaves que hicieran que se abriera las puerta de la cochera, pero nada era completamente inútil buscar, carajo me emocione para nada.

Aún tenía esa horrible sensación de querer vomitar, no había comido nada y me dolía la cabeza.

Fui a la cocina y lo único que encontré fue agua y bebí un vaso, no podía calmar estos nervios, obviamente no sería fácil cuando sabes que te matarán.

Me senté en la sala a esperar, no podía hacer nada técnicamente, estoy como desde un principio sola, siempre lo e estado.

Se dio el atardecer y me di cuenta que casi el sol se escondía y fue cuando escuché un juego de llaves cerca de la puerta, no me moví de mi sitio y miré el suelo.

Escuche unos pasos aproximarse a mi, lentos y pesados y para eso vi los zapatos lujosos de Jung.

- tal parece que mi amada esposa me extraño mucho, tanto que estás aquí sentada como un perro ¿cierto? -

Respire hondo y me relaje, giré mi mirada hacia sus ojos y ahí los vi otra vez, esa mirada aterradora que jamás voy a superar, la duela de todos mis traumas, podría distinguirlo a kilómetros de mí.

- Hola Jung -
Dije sin miedo alguna y sosteniendo la mirada.

Él soltó una risa y depósito un beso sobre mis labios, este es el primer beso que me da sin ser asqueroso o quererme casi que tragar.

- ven Catalina, necesito que vayamos a la habitación juntos, tengo tanto que hablar y hacer contigo mi amor mío -

Camino y yo lo seguí, varias cosas pasaron por mi mente, ¿así se sentía Ana Bolena el día que el Rey la mandó a decapitar?

Abrió la puerta y como todo el ridículo caballero que nunca fue me dejo pasar primero.

Pase y no tardo mucho para sentir como Jung agarraba fuertemente mi cabello doblegándome asi toda y quedar casi sentada en el suelo.

- Vamos a jugar algo pequeña Catalina -

Su respiración era anormal se notaba la molestia en toda su cara, sus ojos desbordaban coraje absoluto.

~𝑱𝒖𝒏𝒈~Where stories live. Discover now