10

52 9 0
                                    

La noche avanzó bastante rápido para ambos, a pesar de estar juntos, el ambiente nocturno solo duró un simple pestañeo.

Kurapika tenía un reloj mental, a penas fueron las 6 de la mañana abrió los ojos, la luz de la luna que entraba por la ventana tras la cama le daba un poco de la noción de la hora.

Lo primero que vio al estar consciente en su totalidad fue a aquella muchacha, con los ojos cerrados y la boca entre abierta.

Juró nunca haber visto algo tan lindo.

Sin darse cuenta estaba sonriendo con dulzura ante tal escena, pero no tenía tiempo de quedarse a admirar su belleza por mucho que quisiera.

Se sentó en la cama, habia caído en cuenta de que estaba desnudo, luego rememoró todo lo ocurrio anoche y murió de vergüenza por un par de segundos.

— está bien, es normal lo que ocurrió anoche, todo está bien...

Se levantó y buscó con la mirada su ropa, estaba desparramada en distintos lugares del cuarto.

Con cuidado y cautela recogió toda la ropa, dobló la de Eden y la dejó a los pies de la cama.

¿debería darme una ducha? — pensó, quizá iba a demorar en eso y a su vez meter ruido, pero sentía su cuerpo pegajoso por el sudor y le molestaba enormemente.

Pensó en despertar a su amada y preguntarle si podía usar la ducha, pero una voz interrumpió sus pensamientos.

— buenos días — volteó para verla sentada en la cama, tapada casi en su totalidad por la sábanas y un rostro somnoliento — que temprano es.

Tenía su camisa en la mano y rápidamente tapó su zona íntima con ella, eso hizo que Eden soltara varias risas dulces.

— no te tapes, ya conozco gran parte de tu cuerpo.

— tienes razón, aún así...

— tranquilo, te entiendo.

Ambos compartieron sonrisas algo tímidas, un silencio se apoderó de ellos, pero uno tenue y amable.

— quería preguntarte si puedo usar tu ducha, será corto lo prometo.

— obvio — respondio casi con sarcasmo — ¿te vas a trabajar?

— sí... creo que será el último día en el barco así que tendré que cuidar a mi jefa en todas las cosas que quiere hacer antes de irse.

— ¿cómo qué?

Kurapika terminó de levantar toda su ropa mientras hablaba — escuché algo sobre probar el buffet de postres de la tarde y conocer a los famosos de acá...

— que interesante — respondió Eden con sorna y con una gran sonrisa — ve a bañarte, no quiero que por mi culpa te regañen.

— bien... gracias.

Después de ducharse y preparar su vestimenta corrió hacia su cuarto con sumo sigilo, supuestamente nadie debía saber de su escapada nocturna.

Para su suerte Neon seguida dormida, no había ningún ruido en los pasillos de las habitaciones, Kurapika pensó que quizá se apuró demasiado y pudo aprovechar otro momento a solas con Eden, pero ya era muy tarde para arrepentirse.

Después de todo, cuando la travesía termine cada uno volvería a su vida cotidiana, seguir aflorando sentimientos por ella iba a ser contraproducente para ambos.

Pegó un sobresalto cuando vio a Melody salir de su cuarto, estaba, al igual que él con su traje pero hecho a su medida — buenos días Kurapika — esta rio levemente al ver a su amigo asustado — hola Melody...

Tragedia de la Libertad (Kurapika | Lectora)Where stories live. Discover now