¡Lo siento!, manche tu camisa |Stony, Omegaverse|

XXXVIII

Para sacar el mal sabor de boca que nos había dejado la visita de la Peggy esa, Steve me llevó a conocer unos amigos que tenia.

Por un momento pensé que iríamos donde su guapo amigo ruso, pero cuando pregunté me dijo que no, que James se había ido de vuelta al país Europeo, pero no tardaría en volver.

Entonces mis dudas crecieron, ¿Steve tenía tiempo para hacer amistades?, si casi siempre estaba en mi departamento o entre mis piernas.

¿Le sobraba tiempo como para salir con amigos y pasarla bien?

No lo sé.

Así que decidí ponerme en la duda y esperar a que sea una sorpresa.

Steve condujo por unos pocos minutos en dirección contraria a donde estaba su mansión junto a mi suegro. Llegamos a una villa poblada con grandes casas y una pinta algo más Europea, como si me hubiera teletransportado a Noruega o algo por el estilo.

El lugar se hacia llamar "El nuevo Asgard". Un nombre muy curioso.

Estacionamos en una gran casa de dos pisos, me gustó demasiado como tenían su pórtico y mucho más su patio delantero, y me imagine una vivienda muy parecida para poder criar a mi bebé.

Steve tocó y a los pocos segundo apareció un Alfa rubio y de cabellos cortos.

- ¡Amigo Steve!, ¡viniste!- Saludo con mucho entusiasmo el Alfa. Steve recibió el abrazo con gusto y finalmente estrecharon sus manos.- Me alegro que vinieras, Loki estaba como loco, ¿Quién es él?- Pregunto mirándome con una sonrisa.

- Thor, hermano, él es Tony, me vomito mi ropa y ahora somos pareja.

Ugh, ¿tenías que recordarlo?

- ¡Ja, lo normal!, a mi Loki me apuñaló cuando eramos pequeños, actualmente estamos comprometidos.

Ah, muy normal.

¿Será cosa de Alfas rubios conseguir pareja de esa forma?

- Tony, él es Thor Odinson, hermano de la universidad y el encargado de tratos al exterior.

- Un placer conocerte, amigo Tony, espero que nos veamos seguido, al amigo Steve le gustan las apuestas y frecuentamos el casino.

- El placer es mío, Thor.

- Será mejor que entremos o Loki terminará sin uñas.- Dijo y nos dio el paso a su casa, por dentro se sentía el ambiente muy hogareño, las paredes eran adornadas por muchas fotos y habían diversas flores en los muebles.

Había un agradable aroma a albahaca que hizo que mi estomago gruñera. Por la puerta que llevaba a la cocina apareció un Omega pelinegro, era delgado y tenía un bonito cabello largo.

Paso de la vista de Steve y me dio una mirada de arriba a abajo.

- ¿Tu también tienes a un rubio Alfa posesivo y troglodita a tus pies?

- Si.

- Genial, seremos mejores amigos.

Y sonreí.

Al fin alguien me entiende.

- A veces no lo puedo dejar solo con su dinero, llega a la casa con cinco packs de cerveza de diez unidades cada uno, llama a Steve y se las acaban jugando en la consola.- Me comento.

- Steve se desvela jugando en el departamento, debo aparecer desnudo frente a él para que me preste atención.- Mencione recordando la anécdota.

Recuerdo que ese día estaba muy sensible por la falta de tacto que tenía el Alfa, su escusa fue que había salido un nuevo juego y debía probarlo.

- Los Alfas son unos insensibles.- Murmuro bebiendo de su taza.

Después de una exquisito almuerzo donde había idolatrado la buena comida de Loki, nosotros nos fuimos hasta su cocina a beber una taza de té. Los rubios estaban en la sala metidos en la consola de videojuegos.

- No puedo creer que Steve se haya conseguido a alguien tan bonito, por unos segundos pensé que se moriría por el rechazo de Peggy.

Ah si, esa.

- A mi me sorprende que yo gustará de él, pensé que sería el típico millonario egoísta, aunque en un principio muy egocentrico y narcisista, pero me alegro que mis vómitos lo hayan cambiado de opinión.

- Me hubiera gustado ver eso. Pero no debería de pensar así, era un castaño muy bonito y tu embarazo hace resaltar esa belleza materna.

- ¿Tu no piensas tener?, aunque eres muy joven aun.

- No, o por lo menos no ahora, imagínate que salga como Thor, necesitaría dos correas para bebés.- Menciono riendo, yo le seguí y disfrute el momento.- Ven, tengo unas cremas y mascarillas que te dejaran tu piel muy suave, en mi cuarto podemos seguir hablando mal de los rubios.

- Eso me encantaría gracias.

Y si, creo que también encontré un mejor amigo.