XVI

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Mi nuevo suegro me lleno de elogios y comida, además de decirme que su gran palacio tenía las puertas abiertas para mí, cosa que era fantástico, aunque prontamente eso iba a desaparecer

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Mi nuevo suegro me lleno de elogios y comida, además de decirme que su gran palacio tenía las puertas abiertas para mí, cosa que era fantástico, aunque prontamente eso iba a desaparecer.

Steve no tenía un relación conmigo y eso era aceptable, ¿Quién saldría con alguien tan feo y poco sensible?, además de que tenia un bebé de otra persona.

- Ya es demasiado tarde, ¿Por que no te quedas a dormir?

- Es muy amable Señor Rogers, pero mañana tengo trabajo.

- Te he dicho que me digas Padre y de eso no hay problema, te llevaremos a el. Steve te dará ropa y una cama, ¡así que ponte cómodo, hijo!

¿Como decirle que no a este maravilloso sol?

- Si, muchas gracias.- Antes de poder estrechar las manos de este encantador Alfa, Steve me tomó de lo hombros y me arrastro fuera de la sala.- Que maleducado.

- Cállate, esto es tu culpa.- Menciono algo enojado al mirarme directamente.

- ¡¿Mía?!

- Si, eres como el estereotipo que mi padre quiere para mí.

- ¿Osea que soy tu tipo?- Pregunte juguetón.

- Ya quisieras. Aunque lamento eso, quizás no debí de meterte en mis problemas. Las salidas fueron mala idea.

¿Ahora se retracta de las citas?, al menos me puedes romper el corazón de manera más amable, ¿sabes?

- Debimos de quedarnos en tu casa viendo Netflix.

Eso dijo mi ex y mírame todo embarazado.

Me llevó por un largo pasillo hasta abrir una de las puertas del costado.

- Puedes usar esta habitación, te traeré ropa y un cargador.

- Si, gracias.- Salió de la habitación y me dejó admirando lo que parecía ser mi piso en una habitación. Había una gran cama en el centro, muebles a sus costados, una gran televisión en la pared de enfrente de la cama y muchos muebles que adornaban alrededor.

La puerta fue golpeada y pensé que era Steve, pero era el ardiente suegro.

- Oh, Tony, que alivio que aún no esté acostado, ten.- Me paso una manta muy esponjosa y de un color celeste muy pálido.- Es la manta para hacer bebes.

¡¿Qué?!

- Que tengas dulces sueños.

Y se fue.

¿Steve lo sabrá?

Estaba acostado en medio de la cama con una polera del doble de mi talla, me sentía cómodo ya que no apretaba mi vientre, y era fresco por la temperatura que había en la habitación, sin embargo, algo no estaba bien

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Estaba acostado en medio de la cama con una polera del doble de mi talla, me sentía cómodo ya que no apretaba mi vientre, y era fresco por la temperatura que había en la habitación, sin embargo, algo no estaba bien.

Me sentía de alguna forma incomodo, algo asfixiado aun con la temperatura moderada en el cuarto y triste. Tenía muchas ganas de llorar y temía saber la respuesta a eso.

Creo que extrañaba el calor de cierto Alfa rubio.

Y puede que me haya acostumbrado a su presencia por las noches.

¿Dónde estaba Steve?

Esta habitación ya no olía como él y tampoco había una prenda que pudiera reconfortarme.

Búscalo.

Me senté en la gran cama y busque mis zapatos, una vez puesto salgo de la habitación envuelto con la manta para hacer bebes.

En el largo pasillo busque el aroma del Alfa, siendo muy abundante en la última puerta, la abrí con mucha confianza y las feromonas de Steve golpearon mis sentidos.

- Steve...- Murmure una vez me posicione a su lado de la cama. Escuche un gruñido muy leve para después verlo abrir sus ojos.

- ¿Qué pasa?- Murmuro algo desorientado y con voz ronca.

- ¿Puedo dormir aquí?- Mencione avergonzado, de seguro se reiría de mi.

- ¿Qué pregunta es esa?, ven acá, estúpido Omega.- Abrió sus sábanas para dejarme entrar en ellas y una sonrisa apareció en mi rostro.- Ya sabía yo que te traía loco.

- Ya quisieras.- Entre en su pequeño refugio y sus manos me envolvieron cuidadosamente.

- ¿No te sientes mal?- Dijo mientras pasaba sus tibias manos por mi espaldas, una de ellas terminar en mi vientre dejándola en esa posición por unos instantes.

No lo quería decir, pero el desgraciado tenía razón, una cama grande era mucho mejor que la pequeña que tenía en mi casa.

- No, solo...- Ugh, ¿como le digo que quería dormir con él sin que se burle de mi?- Tenía frío.

Muy bien Anthony, tu padre estará muy orgulloso de tu ingenio.

- Esta bien, te creeré por ahora.

Y aunque estemos bajo la oscuridad de si cuarto, podía decir que me había sonrojado por un simple gesto del Alfa.

Y quizás Steve me atraía más de lo que quería admitir.

¡Lo siento!, manche tu camisa |Stony, Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora