La mejor forma de conocer a un multimillonario y heredero es, sin duda, vomitando su camisa de mas de un millón de dólares.
→⨠ 𝑳𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒋𝒆𝒔 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒕𝒆𝒏𝒆𝒄𝒆𝒏, 𝒔𝒊𝒏 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒈𝒐 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒔𝒊. 𝑵𝒐 𝒄𝒐𝒑�...
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Desperté gracias al taladro que tenia por celular.
Gruñí algo bajo al tener que comenzar otro día fuera de mi cama.
Separe con cuidado el brazo de Steve que rodeaba mi vientre y deje en su lugar una almohada con mi aroma.
Me senté en el borde de mi cama admirando mis pies que en algunos pocos meses más iba a dejar de verlos.
Busque con la mirada mis pantuflas de Batman y me las coloque.
Debo decir que Bruce Wayne era demasiado cómodo para mis pies, además de que me veía muy divino con ellos puestos.
Camine hasta la cocina y puse a calentar el café para Steve, y para mi un poco de leche blanca. Puse en el microondas unos rollitos de canela que habíamos comprado el día anterior y saque las tazas.
Unos minutos después llega Steve con su cabello despeinado junto con sus pantuflas de Superman, camina hacia mi y acaricia una de mis nalgas con ternura, finalmente besa mi mejilla.
- Buenos días, Tony.- Saluda sin apartar su mano.
- Buenos días, Steve.- Salude dejando un beso en su mejilla a la par en que el Alfa se agachaba.
- Hoy tenemos cita con obstetra, ¿pediste el dia?- Asentí ante lo último.
Además, me encantaba como sonaba eso de "tenemos", sentía que éramos de él y eso me volvía loco.
Steve sirvió mi chocolate en mi taza de totoro y yo su café en la taza del castillo ambulante, en mi otra mano tenía un plato con los rollitos.
Nos tomamos nuestro tiempo y cuando estuvimos listos fuimos a que vieran mi quinto mes de embarazo.
Mi vientre se iba notando cada día más y creo que llego el momento en decirle a mi querido suegrito.
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- ¡Steve!- Grite lleno de pánico.
Una vez que habíamos llegado yo fui directo al baño a darme una ducha, aunque no esperaba encontrarme con esto cuando me miré al espejo.
Esto era muy horrible, ¿como no me habían advertido por algo así?, sabía que iba a tener cambio, pero no espere que fueran tan denigrante.
Y humillante.
- ¡¿Qué sucede?!, ¿estas bien?- El Alfa llegó corriendo con su delantal de cocina.
- ¡No, no lo estoy!, ¡mira esto!- Me gire de donde estaba para enseñarle a Steve lo horroroso que era mi cuerpo, bueno, solo una parte de este.
No es por nada frijol, pero estas deformando mi figura.
- ¿Tu...tierno busto?- Pregunto como si esto fuera una tontería. ¿Los Alfas no se preocupaban en los detalles?, obviamente sabía que ciertas partes iba a aumentar, solo que no me dijeron que se vería mal.
Así que me altere y mi ganas de llorar iban en ascenso.
- ¡No!, ¡esto!- Dije al borde del colapso y le señale mejor mi pezón todo deforme.
- ¿Es un pezón?- Pregunto aun mas confundido acercándose y con su pulgar le da una suave caricia.
- Y uno deforme.- Murmure algo avergonzado, quería llorar y esconderme de la vista de Steve.
Estúpidas hormonas que aparecen de la nada.
- Para mi se ve sexy, bebé.- Menciono muy cerca de mi cuello.- O acaso, ¿Debería de recordarte lo bonito que eres para mis ojos?- Beso con lentitud mi cuello haciendo que los pequeños pelo de mi nuca se erizaran.
- ¿No te parezco feo?, me estoy convirtiendo en una ballena.
- Estas esperando a nuestro primer bebé, cariño. ¿Por que pensaría que sería horrible?
