¡Lo siento!, manche tu camisa |Stony, Omegaverse|

IV

El ambiente era algo tenso, y obviamente él se había ganado lo más lejos que podía de mi. Quizás temiendo que le vomite su nueva camisa.

Pasaron unos minutos y de los altavoces mencionaron mi nombre y el número de la sala.

- Vamos.- Le dije a Steve.

- ¿Que?

- Tu iras conmigo, no pienso entrar solo. Que tal si el tipo ese es un viejo verde. Me gustaría que, por lo menos, tener a quien culpar cuando lo haya golpeado.

- Omega miedoso.

Caminamos hasta las número siete donde nos esperaba una Beta algo mayor.

- Debes ser Anthony. Pueden tomar asiento.- Hice lo pedido.- Cuéntame, ¿qué es lo que te trae aquí?

- No para de vomitar todas mis cosas, recetele algo para que deje de ser un vomiton de primera.- Menciono con brusquedad, ¿no tiene modales?

- Ya veo, ¿algún malestar?

- No que yo sepa, solamente el vientre a veces.

Eso al parecer dio una alerta a la doctora, levantó una ceja y buscó en sus papeles.

- ¿Como es tu celo?, ¿regular o acorde a tus fechas?

- R-regular.- Se tenía que mencionar frente al Alfa, ahora seguramente me molestara por no tener un orden para los calores. Que vergonzoso.

- Y este mes, ¿lo has presentado ya?

Oh...

- N-no, pero aún no se acaba el mes, así que puede llegar en cualquier de esos días.

- Aún así, las probabilidades son muy bajas. Esperen, denme unos segundo.- Tomo el teléfono que estaba en su mesa y marco un numero, pregunto por una sala con un artefacto y se alegro de que estuviera desocupado y se levantó.- Vamos, iremos a una sala para ver más de cerca lo que pienso que es.

Caminamos por el pasillo y entramos a una habitación más extensa, la diferencia de aquí era que había una camilla, un máquina a su lado, una pesa de y una repisa llena de vitaminas.

- Necesitaré que te acuestes en la cama y levantes tu camisa. Tu pareja puede acompañarte.

¿Mi que...?

Hice caso a lo que menciono y Steve, como buen perro que era, se ganó a mi lado. Sin embargo, cuando vio mi vientre soltó una risa.

- ¿De qué te ríes?

- Estas gordo.

- ¿Ha?, pues lo siento por no tener una maldita barra de chocolate en el abdomen.

- Quizás por eso estás vomitando todo, solo tragas y ya.

Iba a decir algo pero la doctora había llegado, tenía unos guantes en sus manos y una mascarilla cubriendo su boca.

- Pondré un poco de gel en tu vientre, estará algo frío pero es tratable.- Y como lo había dicho, ella esparció en la zona una cosa viscosa y trasparente, con una maquina aparte la llevo por el vientre bajo dejando ver una imagen interna.

Un momento, yo venía por vómitos, no para que me vieran en vientre.

Estaba a punto de quejarme de algo cuando el grito de felicidad de la doctora se presentó.

- ¿Puede ver eso?, ese es su bebé.- Con su mano apunto en la pantalla una mancha apenas visible.- Felicidades, serán padres.

¡¿Que?!

- E-espere no es mío, ¡solo es del estupido Omega!

- ¡Oye!, estupidas tus bolas, Alfa de cuarta.- Mencione furioso, ¿cómo insulta a la gente de la nada?, maldito rubio egocéntrico.- Además, ¿cómo dices eso de nuestro bebé?, fue fruto de nuestra unión y amor. ¿Por que lo rechazas?

La cara de impacto del Alfa fue para morirse, me encantaría tener una cámara, su rostro era épico.

- Yo no...

- Bien, escuchen, padres primerizos, el Omega pasará por una etapa difícil, y las feromonas de su pareja serán esenciales para el desarrollo de su bebé, además debes tomar muchas vitaminas y hierro, no debes saltarte las comidas y tener un horario fijo.- De sus hojas saco un planificador.- Aquí está una recomendación para tus comidas y vitaminas.

- ¿Solo la feromonas de los padres son esenciales?, ¿puede ser solamente de uno?

- Eso podría presentar enfermedades futuras para el bebé, o incluso, por la ausencia de uno él podría morir.

Oh...¿ahora que haré?