¡Lo siento!, manche tu camisa |Stony, Omegaverse|

XXXVII

- Ay Steve al fin te encuentro, no puedo creer que vinieras a este habitat a buscar la ayuda de este Omega y no la mía. De seguro te debiste sentir muy insatisfecho y me preguntaba ¿por que no había ido a mi casa?- Dijo muy sinicamente, la verdad es que pensaba que ella tendría algo más de decencia.

La Omega entró al departamento sin siquiera pedir permiso, me dio un leve empujón que fue apaciguado por Steve, el Alfa me mantuvo detrás de él protegiendo mi vientre con uno de sus brazos.

- ¿Qué haces aquí, Peggy?- Pregunto con confusión.

A nadie les agradaba que interrumpieron los momentos calientes de las personas, y mucho menos diciendo tales cosa.

Es como si me estuviera rebajando a ser simplemente algo de un día.

¿Acaso no sabia quien era mi padre?

- Vine a hablar contigo, Jeff me dijo que habías entrado en celo y pasé por tu casa, tu padre me explicó que no estabas aquí, que estarías con un tal Tony, así que hice que buscarán su casa y aquí estoy.- Explico con calma.

Eh ¿hola, policía?, tengo en mi casa a una psicópata, no está armada pero estoy segura que sus miradas me asesinaron quince veces. ¡Vengan rápido!

- Pude haber hablado con tu padre, no hay necesidad de que tú vinieras, mucho menos ahora.

¡Eso, márchate anciana!

- Pero te lo quería decir en personas.- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.- Eh venido a decirte que si quiero casarme contigo, lo he pensado mucho y la verdad es que si me atraes, además de que hemos sido amigos y nuestros padres estarán muy felices.

Eh, ¿hola?

- ¿De que demonios hablas?, Peggy, eso fue hace tres años y que yo recuerde tu me rechazaste.

Dios santo, ¿Quién diablos rechaza a tremendo semental?

Gracias por colocarlo en mi camino, quien quiera que este allá arriba, porque ahora tengo a alguien que me mantenga.

- Ay si, pero eso esta en el pasado. Podemos comenzar de nuevo y formar una familia, piensa en lo que dirá el Señor Rogers porque yo sea tu esposa.

Al parecer alguien no ha visto mi vientre.

- Pues se pondrá triste que ese no sea Tony.- Dijo sacándome una sonrisa.- Peggy agradezco tu preocupación pero no te necesito, ya tengo a mi Omega.

Eso significa que ya no está disponible, perra.

La reacción de la castaña fue de incomodidad y enojo, me miró de forma muy fea y camino hacia la salida.

- Solo estas confundido, Steve, y yo haré que elijas correctamente.

Luego de que se fue la visita, Steve se puso triste.

No porque haya a decirle que se querían casar con él.

Sino más bien porque había pensado que el que estaba afuera era el de la comida. Además de que nuestro momento se había opacado por su visita.

Yo lo había intentado de tranquilizar con suaves palabras en su oído, no era muy buena idea alterar el Alfa de Steve, pero tenía fe en lo nuestro.

Y, obviamente, funcionó.

Lo había cautivado con mis feromonas y un suave masaje en sus hombros. Deje suaves besos por todo su rostro hasta terminar en sus labios con un muy profundo. Le susurre en oído cuanto me gustaba y quería, además de lo bien que nos cuidaba con nuestro bebé.

Pareció olvidar el mal rato, así que cuando llegó la comida de verdad, nos fuimos hasta la habitación y nos quedamos viendo alguna película de Disney.

El celo de Steve pareció estar con menos frecuencia, por lo que el próximo día iríamos a salir a comprar al mall y tomar batidos de oreo.

- ¿Es una cita?- Pregunte recordando la extraña manera que tenía el Alfa de llevarme a algún lugar.

- Tómalo como quieras, Tony.

Y sus palabras me alegraron el sistema.