Reencarnando en Crepúsculo

Capítulo 22: Diarios

“Ellen entro el labor de parto, pero su forma de hablarme es como si fuese una despedida, tengo miedo, ya lleva una hora en el quirófano” “tenía razón, ella siempre la tuvo… fue Julie, pero Ellen falleció… tiene sus ojos, pero hay algo raro con ella” “Charlie dice que Ellen no pudo haberme sido infiel, y lo sé, pero no quiero verla…”

“el doctor al ver mis dudas sugirió una prueba de paternidad; Charlie y yo estábamos de acuerdo en algo después de mucho tiempo, no sometería a la hija de Ellen a esas pruebas, por respeto a su memoria y el amor que tuvimos” “traje a Julie a casa, puedo ver que realmente se parece a mí, pero el tono de su cabello me inquieta”

“Charlie se ha hecho cargo de Julie, no llora a menos que este durmiendo, parece que algo la atormenta por las noches ¿tengo que llamar a un sacerdote?” “Julie parece apegada a Charlie, sé que no tengo derecho, pero me duele que parezca incómoda conmigo, mientras que con Charlie siempre es risas y plenitud, ¿Qué tiene de divertido ver deportes?”

“mi empresa ha tomado un mejor rumbo, así que me iré con Julie a Nueva York, creo que será una gran idea para poder iniciar desde cero, pero sé que Charlie se pondrá triste, tiene una relación especial con Julie, además de su divorcio con Rene y la custodia de la pequeña Isabella”

“Julie habló, sé que Ellen en algún momento no dejó de decir que sería especial, pero no pensé que hasta este punto, ¿será esta mi hija? Me gustaría que Ellen me hubiese dejado respuestas si es que las sabía, respuestas que pudiese contestar sin necesitar de unos estúpidos estudios que pueden exponer su integridad física”

Así terminé el primer diario, y bajé a comer algo, el ver las situaciones desde los ojos de mi padre era lindo, pues nunca habló de mamá, este diario es especial para mí, ya deseaba leer los otros dos. Pero tenía que esperar, ya era hora de que volviera con tío Charlie.

Lamentablemente, sino me encontraba ocupada, mis pensamientos volvían con ciertos vampiros, por lo que procuraba llenarme de trabajo, al no poder dormir, hacía lo mismo por la noche, dormía un par de horas a la semana, por lo que mis momentos productivos aumentaron.

Dando por terminada otra novela que mandé a revisión, un retelling del Rey Arturo, cosa que dijeron que revisarían y me darían la respuesta en una semana. Me encontraba saliendo con Leah y los chicos, siempre procurábamos salir de vez en cuando, evitando a los chicos de la reserva, por lo menos un tiempo.

Los meses comenzaron a pasar, aprendí a surfear gracias a Jessica y Mike, quienes, no sabía exactamente en qué momento, pero comenzaban a tomar papeles de padre y madre, mientras que Angela y yo éramos las hijas, Lauren aseguraba que era la tía favorita, no quise romper con su burbuja, así que les seguí el juego, claro que no fue por el soborno que recibí de chocolates y helado, y por supuesto que no acepté deliciosa pirámide de brownies que me prepararon entre Jessica y Lauren.

Bueno, lo acepté, pero no como soborno, Mike siempre me integraba a los equipos de deportes, jurando a Jessica que era porque quería pasar tiempo padre e hija, aunque lo que realmente pasaba, era que me usaba para elevar el nivel de su equipo, llevándonos a competencias nacionales con otras escuelas del país.

Claro que el director parecía complacido, realmente veía muy a futuro, lo que entendía hasta cierto punto, mas no de forma tan exagerada, queriendo que entrenara al equipo, lo que logré, pero me convertí en una dictadora que los sobrexplotaba pero los recompensaba al final, técnica que hasta ahora había dado buenos resultados.

No había querido leer el segundo diario de mi padre, por obvias razones claro, no quiero acabar con ellos tan rápido, pero era hora de por lo menos, comenzar a leer. Así que me encaminé nuevamente a lo que ahora es mi zona de emergencia, mi santuario y refugio, el jardín estaba perfecto y el invernadero estaba terminado, además de que el jardín con las remodelaciones y la fuente estaban listos.