Todo Depende de ti

Capítulo 5: Mis Demonios

Escucho a lo lejos el sonido del agua, lo cual indicaba un rio, o una cascada. Me dejo guiar por mis instintos, la humedad crece en el bosque y el olor a húmedo se prolonga, acelero mi paso y llego justo a la orilla de la enorme cascada.

La vista es hermosa, me inclino para ver cuán profundo es el descenso del filo tierra hacia la cascada; parecía más de cinco metros. La corriente chocaba con las rocas, y su sonido hacia que mis oídos dolieran, podía ser una caía mortal si alguien no lo hacía bien, de la misma manera podía ser un gran acto de adrenalina si me tiraba de esta altura.

-Anthony, aléjate de la orilla.- exhibe Derek alzando sus manos al aire. Justo detrás de él aparece Annie con ojos de pánico me observa y su cuerpo se tensa.

-Tenías razón.- respondo, y sus ojos se abren para exteriorizar todos los puntos a mí alrededor.

-Anthony, espera.- su voz se quiebra y sus ojos perforan los míos.

Al ver su rostro ese sentimiento regresa, ¿Por qué se preocupaban? Pueden conseguir otro juguete como yo, en menos de tres días.

-Tenían razón.- repito.- Ya no tengo nada, y a nadie.- sonrío.

Dejo caer mi cuerpo en dirección a la cascada, mi respiración se corta, y mi cada terminación nerviosa de mi organismo cobra vida.

Siento como miles de agujas golpean mi espalda al chocar con el agua, el impacto hizo que alguien arriba gritara, ese fue el último sonido que escuche, mi masa corporal como una roca se sumerge; el agua está demasiado fría, mis músculos se tensan y mi peso sigue su curso hacia lo más profundo, como si algo me jalara, tragándome lentamente...

¿Voy a morir? Me pregunto a mí mismo. No era ese el pensamiento que tenía cuando me lance hasta lo profundo, de hecho no estaba pensando en nada, y ahora no estaba luchando por mi vida, simplemente dejo que mi cuerpo se hunda sin pelear.

Abro los ojos dentro del agua, y estos arden. La oscuridad del lago me evita ver un rayo de esperanza, quizás estaba bien morir, quizás tenía que morir y reunirme con mis seres queridos. Cierro los ojos de nuevo y trato de tener mi último recuerdo antes que mis pulmones se llenen de agua.

**********Recuerdo**************

-Anthony.- me llama mi padre, observo su maleta en el automóvil, <> incluso después de la muerte de mamá; las veces que estaba con él se reducían por sus viajes de negocios.

Alejandra y Timothy decían que él tenía otra familia, por eso nunca estaba conmigo.

Ellos no lo decían de mala fe, solo repetían lo que escuchaban de sus padres.

-¿Que sucede?- digo y me acerco hasta el coche.

-Volveré en dos semanas.- anuncia y me abraza.

-Está bien.- manifiesto monótonamente.

-Anthony, estarás bien.- arrulla y su voz es de culpa. - Si me necesitas me llamas, y estaré aquí en menos de dos horas.