Punto de quiebre
(Día tres)
El olor a humedad se incorpora en mi cerebro, no había sentido ese olor hace mucho tiempo. Siento el óxido en mis labios, y el dolor se apodera de mi mejilla. ¿Acaso me habían golpeado? No lo recordaba.
Abro los ojos, y parecía estar en un cuarto viejo, la bombilla se encendía y se apagaba constantemente. Intento moverme pero las sogas en mis manos y piernas lo evitaban. Los dos encapuchados estaban en las sillas contiguos a la mía.
-Despertaste pequeño solecito.- Suelta Timothy, ahora podía ver muy bien su rostro, (su patético rostro).- Tenemos planes para ti.
-Son dos contra uno.- exhibo.- estoy desolado...- suspiro y este apretó los puños.- y aburrido, podrían golpearme de nuevo y así perder la conciencia.
-Anthony, tu suerte no te va a ayudar esta vez.- suelta una carcajada, y alza un cuchillo al aire, escribiendo mi nombre.
-Tienes un cuchillo.- revelo.- y con eso se supone que tengo que tener miedo.
-¿Qué hiciste?- se acerca y coloca el filo de la navaja en mi cuello.- Porque no estas sufriendo.
-Porque esa parte ya la cubriste tu Timothy.- me carcajeo, este enfurece aprieta su mano en puño, y golpea mi rostro, el sabor a sangre se penetra en mi lengua.
-Puedo matarte si quiero.- denuncia.
-Hasta los momentos no has hecha nada, que pueda herirme.- trago una boconada de aire.
Observo ahora mis sogas no están del todo amaradas, su trabajo de secuestradores es de novatos, podía notarlo.
-Timothy, ¿Qué estamos haciendo?- Pregunta su compañero, quien tenía todavía la capucha. Su voz dudaba y esa era mi ventaja.
-Hasta los momentos, el ridículo.- interrumpo.
Este se acerca con el cuchillo en mano, desliza la navaja en mi pierna, y mi pantalón se llena de sangre, no sentía dolor. Pero a juzgar por la mancha, solo era un corte superficial.
-Vas a sufrir lo que yo sufrí.- sus ojos se oscurecen, parecía enloquecer de rabia.
-Y así, el león juega con la presa.- contengo la risa, y su amigo parecía desconcertado. Se quita el pasamontañas, y me mira con recelo.
-Esto no está funcionando.- enloquece.- solo has que conteste.- se rinde. Dejando ver como el sudor corría por su frente.
-Cálmate, Roy.- Ordena el jefe, soltando el nombre de su cómplice, y esa era la señal que necesitaba; su punto de quiebre.
Uso toda mi fuerza para zafarme de las sogas, este se queda perplejo al ver mi cuerpo libre, tomó la navaja de sus manos y me lanzo hasta su compañero. Entierro el filo en su pierna, y giro del mango, éste grita, y suelta alaridos del dolor con el cuchillo enterrado se arrastra hasta una esquina.
No me muevo, espero que Timothy me arranque la cabeza, o me hiera al ver a su compañero retorciéndose del dolor.
-¡Qué diablos hiciste!- chilla Tim, y corre a socorrer a su amigo.
Podía correr en ese momento, incluso escapar de estos ineptos. Pero no lo haría, comenzaba a divertirme...
-Soy lo que representa su pasado inocente...- sonrío.-No van hacer algo que realmente pueda hacerme daño.- indico, y ellos quedan boquiabiertos; como si se tratara de un fantasma.- Lo acaban de probar...
Avanzo hasta la misma silla, me siento esperando los golpes, gritos, y maldiciones que nunca llegaron.
-¿Qué es lo que haces? y como regresas a la normalidad.- me tantea con la mirada Tim.
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Todo Depende de ti
ספרות נוערEntre secretos, sentimientos y muerte… Para Anthony las cosas nunca fueron fáciles, sobre todo porque su forma de sentir las cosas es diferente a los demás, siendo un artista siempre se expresó mejor con la pintura que con los labios, pero su arte...