Beach Saturday EP 2

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—Eres un malcriado ¿No te da vergüenza? Tratas así a una mujer ¿Dónde están tus modales? Eres un niñato de cuarta. —Ese era el regaño pronunciado por aquel extraño sentado a su lado en el bordillo de la acera.

Minho lo miraba asombrado, pestañea varias veces para comprobar que era real ¿Cómo había terminado escuchando esta charla de aquel señor de la tercera edad en la calle? No lo sabía con claridad, pero extrañamente luego de una riña que tuvo con él por dejarse llevar por su enojo y patear un contenedor de basura público el extraño había deducido su mal de amores y sus conflictos internos, y claro que el joven tenía que abrirse con alguien, aunque no lo conociera de nada.

Luego de contarle lo sucedido aquel día del jardín y los incidentes anteriores se encontraba escuchando con atención todos sus insultos.

—¿Malcriado? —pregunta con dudas.

—Malcriado, sí. Eso eres, si fueras mi nieto te daría unos cuantos coscorrones por tratar de esa manera a una señorita. Te gusta pero no puedes decirle, quieres su atención pero no puedes obtenerla así que simplemente la enojas y la tratas mal para que según tu estúpida ideología de niño tonto ella se enamore de tí.

Minho vuelve a pestañear, aquel señor estaba siendo ofensivo pero tenía razón.

—Si tan solo tuviera tu edad, tomaría a esa chica y la tuviera en la palma de mi mano, no para hacer con ella lo que quisiera sino para cuidarla como cuidas una perla valiosa que encuentras en el mar.

Lee Know recuerda las palabras del anciano mientras mira un pequeño caracol en la palma de su mano frente a él, no era una perla pero contaba también la comparación, la chica estaba a su lado totalmente callada. Su estado de embriaguez había pasado y ahora solo le quedaba la vergüenza de lo patética que fue, según ella.

—¿No te irás? —rompe el silencio logrando que el chico deje de mirar el caracol y la mire a ella.

—No quiero hacerlo —responde con voz neutra.

—Ahorrame el mal rato por favor, si quieres una disculpa te la doy pero vete de una vez. —suplica la joven desesperada.

—No quiero una disculpa Dalyla, quiero ver el mar en paz y tu interrumpen mi tranquilidad.

Ella lo mira nuevamente, rayos, podía morir de tanta belleza en el perfil del chico, estaba muy enamorada.

—Entonces me voy yo, odio este lugar y solo estoy aquí para autotorturame, me merezco sufrir después de lo de hoy.

—Por favor detesto las personas como tú que pueden comerse al mundo y sin embargo se vuelven miseria humana.

—Es que soy humana Lee Know, me avergüenzo como normalmente se avergonzaría cualquier persona que halla hecho el ridículo.

Él suelta una risa nasal y la mira.

—No hiciste el ridículo, te portaste malcriada y molesta pero no fue ridículo, no hay nada de malo en que los chicos con los que vives sepan de tus sentimientos.

—Te insulté y te golpeé, te culpé por no gustarte ¿Eso no es ridículo?

—Siempre me insultas, cada día de este mundo lo haces y aveces me golpeas también, no veo diferencia. Además yo me pasé con mi comentario de ayer y es entendible que estés así de molesta conmigo, yo me hubiera pegado más fuerte.

Ella lo mira extrañada, él estaba calmando y ella no estaba acostumbrada a verlo así.

—¿Me odias verdad? —pregunta ella en un hilo de voz, tal vez sea mejor así para que pueda estar lejos de él.

Minho mira al cielo estrellado y sonríe.

—Puede ser, —bromea.

Ella suspira con tristeza y seguidamente comienza a sollozar.
Él vuelve a girar su cabeza en dirección a ella sin comprender su llanto.

—¿Qué pasó ahora? Porque lloras de repente.

—Te lastimé y ahora me odias, juro que lo último que quería en este mundo era lastimarte. —comenta mientras comienzan a salir lágrimas de sus ojos.

Minho mira nuevamente el caracol en su mano y suspira, era suficiente para ella sufrir sin razón, debía de dejar su cobardía de lado así que lanza lejos el contenido de su mano y se levanta en silencio. Ella aún lagrimeando no quita sus ojos de todos los movimientos de él.

Una vez de pie a su lado él le brinda su mano para que ella se levante también, después de dudar un segundo la acepta y se levanta.

Él baja un poco la mirada por la diferencia de tamaños entre ellos dos, posa su dedo pulgar sobre las mejillas mojadas por las lágrimas de la chica y con suavidad las seca. Luego lleva su mano libre hasta el otro lado de la cara de ella y sin perder un segundo más acerca sus labios a los de ella fundiéndose en un beso.

A ella le sorprendió tanto que tardó un momento en reaccionar y corresponderle, ese beso hizo que su estómago se encogiera porque estaba lleno de ternura y había descubierto que adoraba ese lado de él.
Luego de unos segundos se separan lentamente sin romper el contacto visual.

—Perdoname Lyla. —solo alcanza a decir para ver a la chica con cara de no entender nada, —Soy la peor persona del mundo, te he dejado sufrir sin razón todo este tiempo. He sido el mayor de los cobardes contigo, me gustas mucho, me gustas creo que desde la primera vez que te ví y soy tan idiota que no pude decirte cuando me confesaste tus sentimientos.

—¿Qué dices? ¿Yo te gusto? Pero pero tú... Y luego... —Intenta hablar ella sin lograr coordinar la oración.

—Sé que fui un grosero y merezco que me insultes y... —Su oración es interrumpida por la mano de ella estampandose en su cara. —Lo merezco.

Ella pestañea con estupefacción, aún no creía lo que había escuchado, antes bromeaba con él diciendo que ella sabía que él también gustaba de ella pero eran solo bromas porque él nunca perdió un momento para dejar caer que no era correspondida, o al menos eso percibía.
Ahora que sabía esto no sabía como reaccionar, lo golpeó, sí lo hizo pero entiendanla él la vió llorar y sufrir por no gustarle tantas veces en las que pudo decirle la verdad.

Sin embargo algo dentro de su cabeza se repetía una y otra vez, era un deseo insoportable de volverlo a besar, lo había golpeado pero también quería besarlo, así que sin más haló su prenda de vestir hacia ella y lo volvió a besar. Esta vez las manos del chico bajaron hasta su cintura acercándola un poco más a él. La brisa del mar, su olor corporal, las olas sonando detrás y sus labios era todo lo que necesitaba en este mundo. Tal vez el mar no sea tan malo después de todo.

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Una Chica en Stray Kids Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang