Dark Harry...(No tan dark)

En busca de respuestas

El grupo se reunió en la mansión Black, sabiendo que romper ese horrocrux era solo un primer paso. Necesitaban encontrar los otros y para eso debían saber más sobre Voldemort y su pasado. Con la ayuda del testamento de Dumbledore, descubrieron que Voldemort había horrocruxes, pero no conocían la ubicación exacta.

Investigaron más en la biblioteca de la mansión y hallaron información sobre los posibles objetos valiosos que Voldemort pudo haber utilizado. La copa de Helga Hufflepuff, la diadema de Rowena Ravenclaw y el anillo de Gaunt eran los objetos más probables, éste último destruido por Dumbledore.

Sin embargo, la clave era saber cómo destruirlos. Encontraron la espada de Gryffindor y también el diente de basilisco, útil para romper horrocruxes. Era un camino largo y peligroso, lleno de incertidumbre.

Por otro lado, Draco estaba lidiando con la presión de ser un fugitivo y la responsabilidad que sentía hacia su familia. Sabía que debería enfrentarlos tarde o temprano, pero ahora su prioridad era ayudar a Harry y al grupo en la lucha contra Voldemort.

Harry también estaba cargado de preocupaciones. Sabía que cada día que pasaba, Voldemort se fortalecía. Se culpaba a sí mismo por la situación de Draco, pero sabía que debían mantenerse fuertes y enfocados.

Se embarcaron en una búsqueda incansable, enfrentando peligros y desafíos. A través de sus aventuras, descubrieron más sobre el oscuro pasado de Voldemort y la naturaleza de los horrocruxes. Cada pista los acercaba más a la verdad, pero también a enfrentamientos mortales.

Mientras tanto, el mundo mágico sufría bajo el régimen de Voldemort. La resistencia crecía, pero necesitaban más que valentía: necesitaban información y estrategia.

La búsqueda de los horrocruxes se convirtió en su misión principal. Sabían que si querían tener alguna oportunidad de derrotar a Voldemort, debían destruir estos objetos que ataban su vida a la inmortalidad.

Y así, con valentía y determinación, Harry, Draco, Ron y Hermione continuaron su lucha en la oscuridad, sabiendo que el destino del mundo mágico estaba en sus manos. Pero también sabían que no estaban solos; tenían la amistad y el apoyo mutuo para enfrentar lo que sea que estuviera por venir.

Mientras intentaban pensar como encontrar y destruir los horrocruxes restantes, Hermione decidió hacer uso de uno de los objetos entregados por Dumbledore en el testamento que les dejó el ministro. A Harry le dejó la primera snitch que atrapó, a Ron un curioso artefacto denominado desiluminador y la espada de Gryffindor, y a Hermione un libro infantil llamado Las Reliquias de la Muerte, de Beedle El Bardo.

Entonces, Hermione comenzó a leer el cuento en voz alta para todos, mientras comían un desayuno preparado por Kreacher. Según el cuento, existían tres objetos mágicos: una varita invencible, una piedra de resurrección y una capa de invisibilidad y uno de ellos curiosamente era similar al que tenía Harry, su capa de invisibilidad.

-Pero que tiene que ver todo esto con los horrocruxes?- preguntó intrigado Draco.

-Supongo que alguno de ellos puede ser un horrocrux- contestó Hermione.

-Pero esos objetos existen o es sólo un cuento?- interrogó Harry.

-Podrian existir, uno de ellos se asimila bastante a tu capa, Harry...- replicó Hermione- y si la varita la tiene Vo........

-Oigan todos: no lo nombren más- la interrumpió Draco subiendo el tono de voz - antes de huir de la mansión escuché que él le puso una maldición a su nombre, cualquiera que lo nombre él sabrá dónde está esa persona y se le aparecerá él allí o sus mortifagos, así que tengamos cuidado y usemos otras palabras para referirnos a él.

-Lo siento, no lo sabía- dijo Hermione muy asustada. Los demás también se asustaron.

Mientras tanto, Lord Voldemort seguía aumentando su poder e interviniendo en el Ministerio de Magia, los nacidos de muggles eran investigados y perseguidos. En Hogwarts los nacidos de muggles con edad para ingresar tenían prohibido estudiar magia. Por su parte, por precaución la mayoría de los hijos de muggles que ya eran alumnos de allí dejaron de asistir.

A su vez, Lucius y Narcisa buscaban a Draco incansablemente aunque imaginaban que podría haberse fugado con Harry. Si llegaran a tener una pista de su paradero jamás se lo dirían a Voldemort y con la oclumancia cerrarán su mente para evitar la intrusión del señor tenebroso.