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Una vez, termina de leer el contrato de servicio sobre el tratamiento de separación de feromonas destinadas alza su mirada para observar, fijamente, a SeokJin que ha estado moviendo la pierna derecha; signo de nerviosismo.

—Bien. Todo está en orden —comenta evitando fruncir el ceño porque aquella molesta opresión en su pecho aumenta—. Es un contrato de servicios impecable.

—Sí. La clínica es la mejor. Muy prestigiosa —no la mira. No puede. Si lo hace va a arrepentirse.

—Absolutamente —el ambiente entre ellos es demasiado tenso. Incómodo. Ambos tienen mucho qué decir, pero ninguno se atreve a dar el primer paso—. Entonces, ¿solo firmo?

—Mhm, sí. Solo necesito su firma para que sepan que da el consentimiento a que el tratamiento inicie.

—Correcto —agarra su bolígrafo y su respiración se vuelve pesada, de repente. Puede sentir como su lobo gruñe en su interior. No está de acuerdo con permitir que su omega se someta a tal tratamiento— ¿Solo es este documento o debo firmar más?

—No, alfa —responde con la mirada baja, todavía—. Únicamente, es este documento. Luego, iré a la clínica a presentarlos…, no volveré a molestarle si eso quiere saber

Trata de no ponerse a llorar. Es muy doloroso todo lo qué está pasando. El rechazo de su alfa lo está matando en vida.

—Después de presentar los documentos, no volveré a verle, alfa. No debe preocuparse.

— ¿No volverás?

—Quiero decir. A lo mucho, le pedirán que acuda a la clínica para dejar su muestra de feromonas. Es parte del tratamiento para ver cómo reemplazarlo —explica sin parpadear. Se centra en sus manos, sus uñas, para no derramar lágrimas—. Pero, no será  necesario vernos. Así que, no debe preocuparse. No sabrá nada más de mí, luego de que firme. Lo prometo.

—Comprendo —se limita a decir y lee el título del contrato una, y otra vez.

La punta del bolígrafo está suspendida en la línea en donde debe escribir su firma. Se mantiene en esa posición por largos minutos; por alguna extraña razón, le está costando mover su mano para firmar.

— ¿Alfa? — Le llama curioso. Quizás, ha encontrado un error a último momento.

—Tú…

No debe preguntar. Es consciente que no debe preguntar. Solo firmar, aún así, no puede evitar los sentimientos de su lobo y el recuerdo de una promesa de hace más de 12 años.

— ¿Tú, realmente, quieres dar inicio a este tratamiento?

— ¿Eh?

—Quiero decir…

—Disculpe, alfa —le interrumpe con delicadeza; no quiere sonar irrespetuoso—. No entiendo su pregunta, ¿si realmente quiero el tratamiento? Alfa, por favor —suplica parpadeando para no llorar—. Por favor, no haga esto más difícil. No apuñale más mi corazón. Mi alma sufre, alfa. Por favor. Solo firme y acabemos con todo. Por favor.

Limpia sus lágrimas con frustración. No quería montar esta patética escena.

—Al-Alfa… —vuelve a suplicar. Sin tener nada más por perdé.

—No. No voy a firmar.

SeokJin levanta su cabeza, completamente, aturdido y jadea horrorizado cuando la Directora rompe el contrato.

— ¡Pero, alfa!

—Pero, nada, SeokJin —tira el contrato partido a la mitad al bote de basura de su oficina—. No te obligaré a tomar esa decisión. No permitiré que te hagas esto —se pone de pie sintiendo cómo su lobo se ha colmado, al menos por ahora—. Tú mismo lo dijiste. Somos una pareja destinada, ¿no? Aquello es un fuerte vínculo que ni los médicos o la ciencia puede separar, menos sustituir con feromonas artificiales.

—En-Entonces, ¿cu-cuál será mi destino, alfa? — Solloza sacudiendo sus cabellos castaños de una lado a otro porque está confundido y asustado. Era su única salida para dejar el tormento en el cual se encuentra—. Us-Usted no me quiere. No desea que estemos juntos más en nuestros celos, ¡y no quiero que nuestra relación sea así! ¡No lo quiero!

La Directora observa con tristeza y culpa, mucha culpa, cómo SeokJin no para de llorar. No pensó que sus acciones pudieran tener tales consecuencias. Al contrario, creyó que estaba haciendo lo correcto al mantener una distancia apropiada con el omega.

Solo lo hizo porque quería protegerlo. Mantenerlo alejado de ella, alguien que no puede ofrecer amor; únicamente, penurias y oscuridad.

Sin embargo, no imaginó que el omega se negaría a aceptar su propuesta y buscaría la opción del tratamiento de feromonas.

Al no ver venir aquella propuesta por parte del actor cantante, se encontró acorralada entre la espalda y la pared.

Al comienzo, pensó que era la mejor opción para los dos. El tratamiento de feromonas los liberaría. SeokJin podría buscar a un alfa digno para él cuando el tratamiento terminará, y ella no lo arrastraría a una relación miserable. Ambos ganarían.

Que ridícula fue. El tratamiento de feromonas no es la opción idónea. Aquel tratamiento funciona, solamente, cuando la pareja destinada es muy diferente en años o si uno está al borde la muerte por alguna enfermedad. Solo así es efectivo el reemplazo de feromonas.

Si SeokJin se somete a tal tratamiento estaría viviendo en una ilusión y siempre estaría añorando a su alfa destinado.

Tiene la leve intuición de que el omega de ojitos marrones es consciente de ello, sabía sobre aquel dato; aún así, decidió callar porque consideró era lo mejor para su alfa.

Ese pensamiento incrementa su culpa y aprieta los labios cuando la voz de la persona a quién más amo en este mundo se apodera de su mente.

"Recuerda, lo más importante para que una relación prospere es que entre la pareja haya confianza, respeto, fidelidad y amor. Si nutren ello podrán superar cualquier discusión y obstáculo."

Su corazón llora en silencio. Siempre lo ha hecho. Desde hace 12 años, su corazón está de luto; no importa a cuántos psicoteraupistas acudía, cuantas pastillas tome, nunca podrá recuperarse.

"Quiero verte feliz, amando a tu omega. Disfrutando de una vida juntos. Encuentra un buen omega. Sean felices juntos."

Hace cinco años creyó que había encontrado a ese omega para ser felices juntos y amarlo. Sin embargo, se equivocó y desde ese momento cerró toda oportunidad para conocer a alguien de forma romántica.

"Prométeme. Prométeme que lo harás. Que sea nuestra última promesa antes de mi eterna partida."

—Lo prometo —susurra para sí abriendo sus melancólicos ojos al recordarla.

Por cinco años se había sentido mal al creer que había roto tal promesa cuando aquel omega la engaño. Dejando en claro que no quería ser feliz a su lado, menos amarla.

Ahora, se da cuenta de que dicha promesa no era para cumplirla con ese omega, sino con Kim SeokJin, su omega destinado.

Atado A Tu Ley © (Omegaverse) (JinOmegaxAlfaMujer) Onde histórias criam vida. Descubra agora