Capítulo 25.

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_____ estaba sentada en la playa, a orillas del mar, abrazada a sus piernas flexionadas, escuchando el susurro del viento. El ritmo de las olas tenía un efecto tranquilizante, y el calor que iba dorando poco a poco su piel, la dejaba en un estado de pereza y calma que casi la adormilaba. ¿Cuántos días habían pasado? ¿Diez, once? Había perdido la noción. Lo importante era que Justin estaba con ella. No estaba por llegar, ni por irse, ni la iba a dejar sola durante interminables semanas, y ese convencimiento le daba una creciente seguridad.
Se sentía feliz, tanto que por momentos le daba miedo.
Cuando hacía un balance de su vida anterior, no recordaba haberse sentido así nunca. Y le asombraba que un motivo tan práctico como el que había llevado a Justin a poner lo mejor en su matrimonio hubiese producido el cambio, y que la hubiera hecho feliz.
Pero ella amaba a Justin Bieber. Era normal que se sintiera feliz por compartir interminables horas con él, por que él hiciera el amor una y otra vez, haciéndola sentir la mujer más deseable del mundo. ¿Entonces de qué se quejaba?
Nada era perfecto. Y ella tenía lo que siempre había deseado. Tenía a Justin. Tenía de Justin más de lo que cualquiera de sus mujeres había tenido. Se comportaba como un marido. Empezaba a hablar de "nosotros", "nuestros", y parecía pensar en términos de una pareja. Y eso era un logro en él.
Aunque tuviese unos lazos familiares estrechos, era evidente que Justin era una persona individualista. Y si bien era aparentemente extrovertido, guardaba en su interior un aspecto muy reservado de su carácter, que contrastaba también con la arrogancia que a veces mostraba. En cuanto a las emociones le resultaba más fácil ser sarcástico que cándido.
_____ jugaba con la arena y se preguntaba si realmente importaba que no la amase. Porque él la deseaba, la deseaba siempre, en todo momento. ¿Pero alcanzaría eso? ¿Adónde iría a parar ese sentimiento con el tiempo? ¿Se aburriría Justin? ¿Qué sería de ellos después de un año de relaciones? Ésa era una pregunta que nadie podía contestar.
Unos pasos interrumpieron los pensamientos de _____. Dimitri, un empleado de la casa, se acercaba a ella, con un paquete que parecía ser el almuerzo preparado como para hacer un picnic. La saludó en un inglés pausado y cuidadoso, y después, con gran ceremonia, extendió el mantel sobre la arena. Puso en él dos botellas de vino y dos vasos de cristal.

—Kyrios Bieber llegará de un momento a otro —le informó Dimitri.

—Gracias. Esto tiene muy buen aspecto —respondió ella.
_____ espió en la caja sin desenvolver y se le hizo agua la boca.

—Yo no esperar, ¿kyrie?

—No hace falta —respondió _____, tratando de disimular su entusiasmo, cuando el criado dejó el sacacorchos sobre el mantel.
Era el último día que pasarían en la isla, pensó _____ con tristeza. Al día siguiente volarían a Atenas, y conocería al resto de la familia. Ponia se había ido hacía dos días, comprendiendo que tal vez era una molestia para dos enamorados.
Justin se aproximo a ella con una sonrisa ancha. Llevaba un par de vaqueros gastados y transformados en pantalones cortos, y el pecho desnudo. Su aspecto era irresistible, pero la sonrisa era lo que más seducía a _____.
Por un momento pareció tener un aire juvenil y vulnerable, pero luego dejó paso a una mirada más profunda, interrumpida por el pestañeo de color ébano, por el que cualquier mujer se hubiese rendido a sus pies.

—Te queda bien el blanco —le dijo mirando la ropa de _____ y sentándose en la arena.

—Iba de blanco el día que nos conocimos —no supo por qué se lo dijo, en realidad se le había escapado.

—Sí —contestó Justin tenso, y levantó el sacacorchos.
No quería hablar del pasado. Era evidente. Pero ella, sin querer, ignoró su incomodidad.

—¿Te has tomado una gran molestia viniendo hasta aquí para estar conmigo, no?

—¿Sí? Dame tu vaso.
_____ alzó los dos vasos, y centró su atención en la boca sensual de Justin mientras éste servía el vino.
Tenía la sensación de que cuanto más cerca estaban, él más se alejaba de ella, poniendo una distancia casi invisible, como si no confiara en ella. ¿Y por qué iba a confiar en ella? Al fin y al cabo, él pensaba que ella aún suspiraba por Ryan.
¿Por qué no le había dicho la verdad aún? ¿Por orgullo? ¿Por ego? ¿O porque la existencia de Paul lo había llevado a querer a demostrarle que era su verdadera esposa? Justin era muy competitivo, posesivo, defendía su territorio. La había mantenido atrapada como a una mariposa, a quien había impedido el vuelo durante cinco años, pero en el momento en que ella había podido escaparse y levantar sola el vuelo sin previo aviso, había querido establecer un desafío. No había podido soportarlo. Y si le contaba la verdad, ¿perdería Justin su interés en ella? De pronto _____ se sintió incómoda ante esa realidad. No le parecía muy conveniente jugar con una persona como Justin.

Un matrimonio diferente.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt