Capítulo 3.

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Y sin embargo, ella hubiera jurado que había habido momentos, al principio de la relación, en que Justin la había mirado con odio; un tiempo en que cada palabra de él sonaba como una amenaza hacia ella, cuando la sola presencia de Justin la hacía sentir en peligro. Entonces había aprendido a evitarlo siempre que podía. Había aceptado casarse con ella por las acciones. Pero no obstante el divorcio no parecía se una idea que lo convenciera. Y esto era algo que _____ no alcanzaba a comprender.
Y ahora Justin, que no había dado la más mínima señal hacia ella en cinco años, había vuelto a casa y la estaba esperando. Era algo que la ponía nerviosa. Subió los escalones de la enorme casa aferrada a su bolso como si buscase protección en algo. "La esposa infiel ", pensó con tristeza. Pero ella no era su esposa en realidad, se recordó, como lo había hecho desde que había conocido a Paul. Tendría que haberle pedido su libertad mucho tiempo atrás. Pero su padre se hubiese puesto fuera de sí, y se hubiera sentido terriblemente decepcionado.
_____ se había pasado los primeros diecisiete años de su vida complaciendo a su padre, Max. Y hacía cinco años, por consejo suyo, se había casado con Justin, y ése había sido el error más grande de su vida. Justin le había quitado la libertad, y no le había dado nada a cambio. Pero todo eso era historia pasada, se recordó a sí misma. Hacía apenas dos meses que su padre había muerto, a causa de la enfermedad coronaria que había dañado su salud durante años.

— El señor Bieber la está esperando en la sala —Le informó Petros, el mayordomo.

_____ se puso más nerviosa aún. Como norma general, ella no veía a Justin hasta la hora de cenar, por lo que sospechó que algo no iba bien. Justin estaba de pie, cerca de la chimenea recubierta de mármol. Era un hombre alto, que irradiaba una presencia extremadamente masculina. Alguna vez había sentido que su corazón se estremecía al mirarlo, que se le aflojaban las piernas, y que le costaba pronunciar cualquier palabra frente a él. Ahora en cambio, _____ lo veía como si entre ellos hubiera una mampara de cristal. Había aprendido a distanciarse de él, como primera medida.
Justin Bieber, el legendario magnate griego, poseedor de un gran poder y una gran fortuna. Tenía una elegancia natural que aumentaba con el exquisito gusto en la elección de la ropa: zapatos de piel acabados a mano, o un fabuloso traje en tela de mohair y seda. Era un hombre por el que cualquier mujer se moriría, había pensado _____ con la ingenuidad y excitación de los diecisiete años.
Y Justin en efecto, era un atractivo hombre, seductor por donde se lo mirase. Un pelo grueso color ébano, la piel dorada, los ojos negros. Y lo sabía, le gustaba que así fuera, y se valía de ello cuando le venía bien. Una vez, aunque ella casi no lo recordaba, ella había sido el blanco de esa energía sexual que irradiaba.
Pero luego todo había cambiado. 

Un matrimonio diferente.Where stories live. Discover now