Capítulo 20.

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—Me alegro de que te sientas mejor. Pero se te ve muy seria.
_____ respiró hondo, y descubrió en el rostro de Justin las huellas del estallido de humor que había expresado anteriormente.

—Tenemos que hablar.

—Es un poco tarde ya, pequeña.
Allí estaba el engreído de su marido. Nunca la había tomado en serio. Quizás no tomaba en serio a ninguna de sus mujeres. O tal vez fuera porque ella era rubia y pequeña, y una vez había estado loca por él.
Pero hacía cinco años él había alzado una pared de hielo entre ellos, y la había dejado en un mundo irreal que no era ni el de una mujer casada ni el de una soltera. Y ahora no se le ocurría que sus sentimientos pudieran haber cambiado, y ya no estuviera interesada por él. Ni lo mucho que había podido sufrir.
Justin había dado por hecho que ella no iba a sacrificar un mundo de privilegios para ganar su libertad. Pero ésas eran las barreas que _____ tendría que romper.

—Justin, tenemos que hablar. Y si es posible, quisiera que no te pusieras furioso, ni que me amenazaras o fueras sarcástico.
Justin estaba apoyado en un escritorio, y la miraba con indulgencia, como quien mira a un niño que quiere demostrar su madurez a pesar de la obviedad de sus pocos años.

—Justin...

—Tu comida —Justin atravesó la habitación y fue a recibir la bandeja que le traía un sirviente.

—Come. —le puso la bandeja en el regazo.

—Sé lo tuyo con Eleni Kiriakos.

—Ponia. —murmuró Justin casi inaudiblemente con el ceño fruncido—¿Qué es lo que sabes?

—Estabas comprometido con ella.

—Durante años —admitió él.
_____ miró la ensalada con apetito.

—Bueno, entiendo cómo te habrás sentido cuando Max te obligó a romper con ella, y perder a la mujer que amabas.

—El momento no era el mejor...

—¿No era el mejor momento?

—Yo conocía a Eleni de toda la vida. Estábamos prometidos desde la adolescencia. No lo habíamos decidido nosotros. Había sido el deseo de nuestros padres, el acuerdo entre dos líneas de barcos. Eleni quería ser médica. Su padre no lo aprobaba, pero con mi apoyo le hizo ceder. Tanto Eleni como yo sabíamos que tarde o temprano íbamos a decepcionar a nuestros padres, pero mientras tanto jugábamos el papel que nos habían asignado.

—¿Jugabais?

—Si hubiese dicho que no quería casarme con Eleni, su padre la hubiese obligado a casarse con otro y le hubiera impedido que siguiera sus estudios de medicina —explicó Justin— Eleni es una profesional entregada a su vocación, a la que se dedica al cien por cien. No tiene tiempo para otra cosa. No es el tipo de esposa que yo hubiese elegido, ni yo el tipo de hombre que ella hubiese deseado como marido.
_____ tragó saliva. Había algo que no casaba con la imagen que ella había visto en el hospital. Pero tal vez era el producto de una afectividad entre dos personas que se conocían de toda la vida, y que no se veían desde hacía años.

—¿No estabas enamorada de ella?

—Hace tiempo creí que lo estaba. Pero en cuanto ella se sumergió en sus estudios, me di cuenta de que éramos incompatibles.

—Querías que se dedicara a ti exclusivamente.

—Me conoces bien.

—Simplemente era un comentario. ¿Y por qué has dicho que no había sido el mejor momento el de nuestra boda?

—El padre de Eleni me maldijo por cortar la relación a causa de la dedicación de Eleni a su profesión, y ella empezó a tener serios conflictos con su familia antes de que pudiera independizarse.

—¿Y cómo reaccionó tu familia?

—Con horror y vergüenza ante mi comportamiento. Un compromiso es algo muy serio en Grecia, sobre todo para familias tan tradicionales como la mía. Me acusaron de deshonrar el nombre de los Bieber. Es cierto que el compromiso iba a romperse de todos modos, pero el que yo me casara inmediatamente con otra persona agrandó las cosas.

—Lo siento —dijo _____ pensando en su padre, que había manejado las cosas sin importarle el daño que pudiera hacer.

—Ahora es ya imposible. Eleni se casó con otro doctor el año pasado. Y ambas familias aplacaron su ira. Aunque no estaban dispuestas a concederme el derecho a elegir nuestras parejas, pienso que en el fondo sabían que no éramos el uno para el otro.
¿Por qué había malinterpretado una demostración de afecto amistoso entre dos personas? Tal vez porque no le habían enseñado a demostrar sus emociones, sino a mantenerlas inhibidas. _____ se quedó pensativa mientras comía lentamente la ensalada.

—Te comportas como si fuera invisible para ti. Cuando haces eso me dan ganas de romper cosas y gritar —dijo Justin.

—Es infantil...
Justin se encogió de hombros.

—Hay un niño en cada uno de nosotros.
_____ se quedó asombrada ante su contestación. No le había molestado aceptar su parte infantil. Justin era una caja de sorpresas.

—¿Por qué no me dejas marchar?

—Eres mi esposa.

—No soy suficientemente buena para el papel.

—El certificado aun está por ahí —le recordó secamente él.

—Pero mi padre está muerto... Tal vez lo destruyó.

—No destruyó nada. Y Max era muy listo. Puede que lo desprecie, pero debo reconocerlo. ¿Quién sabe qué habrá podido planear? Ante la posibilidad de que nos separásemos, seguramente alguien en alguna parte esté autorizado para usar ese certificado para hacerle daño a mi familia...

—¡No seas paranoico! —murmuró _____. Le empezaba a doler la cabeza.

—No es un riesgo que quiera asumir. Para él, hasta su muerte, tu estabas contenta con ser mi esposa. Y seguramente se aseguró que lo pagase si se me ocurría divorciarme de ti.
De todas las razones que había imaginado para que Justin quisiera seguir unido a ella, la de que estuviera obligado a estar con ella eternamente era la peor. Y tal vez si no fuese porque ya estaba acostumbrado a esa condena, hasta se podría haber planteado que un accidente de ella podría liberarlo.

—Te has puesto pálida.

—Me duele la cabeza.
Recordaba la furia con que había ido a buscarla al hotel. Y se daba cuenta de que no tenía nada que ver con sentimientos personales. Simplemente no podía dejar que lo abandonase.
Ahora se daba cuenta de la verdadera dimensión de los hechos. Comprendía la rabia y el desasosiego que habría sentido él los primeros tiempos de su matrimonio. Y lo que habría deseado que ella enamorase de otra persona en vida de su padre, para que lo dejara libre. Por eso la había acusado de ser estúpidamente fiel, obcecadamente fiel. 

Un matrimonio diferente.Where stories live. Discover now