[4] CCC_Viraha | TERMINADA | ©

Capítulo 48 Final

Los ojos de Alexey sobre mí no me permitieron decir una sola palabra. Lo que sea que esté pasando por su cabeza no es bueno... Me estoy muriendo de miedo.

Me dolió el estómago como si acabara de recibir un golpe. Siento un nudo en la garganta que me retiene el aire de la última respiración y mi corazón está agonizando.

Los dientes me tiemblan tanto que me mordí la lengua. Las uñas de mi mano izquierda las enterré en mi estómago y las de la mano derecha en el marco de la puerta.

—¿Me permites hablar con Janette? —se dirigió a Lía, a lo que esta me volteó a ver.

No pude responder.

—Pero...

—Lo que tengo que hablar con ella no le incumbe, señorita —le instó Alexey.

Lía endureció la expresión y una vez más buscó una respuesta mía. No puedo ni respirar, no voy a decir nada.

—Es que yo no puedo...

—No, no, no, no —hablé con rapidez al ver que Antonio se le acercaba, enseguida de la indicación sin palabras de Alexey para que la sacara. Con la boca temblando, me dirigí a Lía—. Vete —le pedí en voz baja.

No sé ni me importa si reconoció a Alexey, porque el terror me está comiendo viva.

Con todo y la angustia además del miedo, salió de la casa sin poner objeción o decir nada más.

Una vez que la puerta se cerró y nos quedamos solos, se me acercó y, como reacción inmediata, intenté alejarme, sin embargo, me sujetó la cara enterrándome los dedos entre los dientes, además pegó mi nuca a la pared. El golpe se escuchó perfectamente.

—¡¿Cómo se te ocurre irte?! ¡¿Sabes la cantidad de problemas que me ocasionaste?! —vociferó a unos cuantos centímetros de distancia.

Lo golpeé en los hombros para que me soltara, lo cual hizo, solo que tomó mis muñecas para detener mis manos en la pared.

—Suéltame —le dije sin mirarlo a los ojos. No quiero ni puedo llorar delante de él.

—No me interesa si quieres o no, nos vamos en este momento —intentó arrastrarme tirando de la misma mano que antes me destrozó e intenté quedarme donde estaba.

—¡No quiero ir contigo a ningún lado!

—No te estoy preguntando.

—... Siquiera deja que recoja mis cosas —insistí.

Me miró. Poco a poco dejó de apretarme la muñeca y terminó por acceder a mi petición, misma que nada más era para ganar tiempo.

—Tienes diez minutos —dijo y me soltó.

Lo dudé, a razón del miedo que tengo encima como para moverme. Igual subí corriendo al ático y cerré la puerta con seguro.

Pasé las manos por mi cabello, para luego emitir un grito ahogado.

—No puede ser... —musité con la voz cortada. Me limpié las amenazas de lágrimas de la cara, así como la nariz y fui a asomarme por la ventana. No pude evitar comenzar a llorar al ver dos camionetas de la seguridad de Alexey.

No puedo ir a ningún lado. Ahora sí no tengo salida.

Tomé asiento en la cama, agaché la cabeza y lloré, con mucha más desesperación.

Mi teléfono está abajo, no hay manera de hablar con Logan. Fiorella y Colec no pueden ayudarme y es mejor que no se encuentren aquí, es más, espero que no regresen hasta que me haya ido, hasta que Alexey se haya ido.