Capítulo 13

187 25 19
                                    

A media noche, ya bastante inmersa, me di la vuelta y terminé boca abajo, con la cabeza casi colgando fuera del sofá, sin tocar el suelo. En esa postura me encontraba cómoda, algo que hace mucho no había conseguido y por fin me fue posible dormir durante varias horas después de tantos días.

—Jane —me hablaron—. Jane —repitió en un tono melodioso. Abrí los ojos en el preciso momento en que una mano me iba a tocar y le di un manotazo con el que terminé dándole una bofetada en la cara—. ¡Dios! —se quejó Lía cubriéndose la mejilla izquierda.

Me senté en la orilla del sofá, con las piernas abiertas.

—Perdón, pero me asustaste —justifiqué con la cabeza agachada y me tallé los ojos, intentando terminar de despertar.

—¡No era motivo para que me golpearas!

—Ya te dije que me asustaste —repetí en calma, sin siquiera mirarla.

Me coloqué el calzado, me incorporé y subí al sanitario a hacer mis necesidades matutinas, así como lavarme los dientes, al igual que la cara.

Mientras le colocaba dentífrico al cepillo pensé en que, sin importar que no fue tan grave el golpe que le di a Lía, no debí haberlo hecho. Comencé a cepillarme los dientes, todavía pensando.

Enseguida de acicalarme, bajé a doblar las mantas y, del mismo modo, volver a acomodar el sofá tal como estaba.

—No tenías que dormir aquí —apuntó Lía, ayudándome a colocar los almohadones.

—Había alguien en la cama —repuse entre dientes.

—Podías dormir conmigo —mencionó en voz baja. La volteé a ver y le eché un vistazo de arriba hacia abajo.

—No, gracias.

—... —carraspeó. Me quitó la manta que estaba extendiendo y la dobló ella—. ¿Qué te parece, si, para compensarte, te llevo a un recorrido? Para que conozcas la cuidad, te despejes, salgas un rato... —murmuró lo último—. Me da la impresión que nunca sales a la calle.

Iba a negar con la cabeza, a lo que Lía colocó las manos juntas y frente a ella, a modo de súplica.

—Ve —sugirió Fiorella bajando, recién levantada—. Colec va a estar haciendo trámites y yo voy a ir al médico.

Suspiré. Tampoco me quiero quedar aquí sola, pues, si algo se presenta, no voy a saber qué hacer.

No quiero salir ni quedarme aquí, por consiguiente, me queda ir por la opción menos peor.

—Está bien —acepté sin convencimiento alguno.

Posterior al desayuno, además de la ducha, vestí un pantalón negro, playera gris y la chaqueta roja que Fiorella me regaló. Si pienso salir tan seguido, debería conseguir algunas prendas más. Todo el dinero que tengo conmigo es de Alexey, del cual no pretendía hacer uso, aunque tampoco es como que no pueda. Su tarjeta la tengo por ahí.

Esperé a Lía mientras esta iba a su casa a cambiarse de ropa, así como también darse un baño.

—No te alejes mucho —indicó Colec—. Si te pierdes, nada más dale nuestros nombres a cualquier guardia que veas por ahí, ¿de acuerdo?

—Claro...

«Como si supiera sus nombres completos», pensé.

A pesar de que no tengo cinco años, la expresión en sus caras me dice que me ven como tal. Quizá sea porque, de cierto modo, soy su responsabilidad, a razón de que ellos me ofrecieron venir aquí, o bien, de verdad les preocupa lo que ocurra conmigo.

[4] CCC_Viraha | TERMINADA | ©Kde žijí příběhy. Začni objevovat