Capítulo 34

165 21 27
                                    

Entré aún sin deshacerme de la expresión, cual sea, es más, seguía pensando en Lía y eso solo me inquietaba más.

—Ay, esa sonrisa —cantó Fiorella desde la sala, acurrucada con Colec. Están mirando una película.

—¿Cuál? —pregunté haciéndome tonta y fui a tomar asiento en el sofá individual.

—Esa —apuntó Colec a que sigo sonriendo.

—No sé de qué hablas —insistí.

—¿Te fue bien con Lía?

—Sí, fue entretenido —le respondí a la mujer.

—¿Qué te pasó? —Colec señaló mi cuello. Debe ser la sangre seca que quedó ahí.

—Un fuego artificial estalló cerca y me... me provocan hemorragias los ruidos fuertes. Es por... —rasqué la orilla del brazo del sofá y puse mi atención en ello—, los electroshocks —ambos se quedaron en silencio ante lo que dije, a lo que los miré—. Pero estoy bien —aseguré—, a veces.

—De acuerdo —musitó Fiorella sin parpadear.

Subí a cambiarme para luego dormir. Nada me importaba en estos momentos y por única vez concilié un sueño casi perfecto.

Por la mañana, bajé a desayunar enseguida de haberme dado un baño y me encontré con Colec preparando el desayuno.

—Buenos días —me saludó sin prestarme atención.

—Buenas —respondí.

—Lía vino hace un rato a dejar eso y luego se fue —el sujeto señaló una bolsa de papel. Apuesto que son croissants.

—... —me recargué en el marco y me crucé de brazos.

—Jane.

—Mande.

—¿Qué le hiciste? —preguntó al voltear a verme.

—... No le hice nada.

—Cuando viene y va así es porque no quiere verte, porque algo le hiciste.

—Por favor... —lo pensé y admito que tiene algo de razón—. Tal vez, pero no fue tan importante —corregí.

El sujeto, ya teniendo la mesa lista, tomó asiento con una taza con café en las manos, mirándome sin pestañear más de lo necesario.

—... —jalé una silla para sentarme al otro lado—. Es probable que se haya asustado con algo que hice —confesé.

—¿Qué? —entrecerró los ojos.

—Ella... —hice una mueca—... Ella me besó a mí —mencioné previamente.

—Ajá... —musitó con expresión cautelosa.

—Y quizá..., quizá —enfaticé—, hice más de lo que Lía esperaba.

—Jane —se quejó.

—Me dejé llevar —expliqué.

—Lía es una niña en comparación con lo que tú has vivido.

—Era novia de Enzo, estuvieron juntos tres años, creí que, por lo menos, tenía un referente de lo que prosigue, suprimiendo unas partes —hablé por el hecho de que no hay miembro masculino.

—Si no le gustaba, ¿tú crees que alguna vez siquiera pensó en relacionarse con él? —No contesté. Me quedé recapacitando en la sensación de alivio que esa idea me trajo—. No —respondió por mí, espantando mis pensamientos. Suspiré y me crucé de brazos—. ¿Te molesta que no tenga experiencia?

[4] CCC_Viraha | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora