La omega que no quería a su predestinada | Jenlisa

Capítulo 53

Sooyoung sintió un leve mareo, su mano derecha fue a dar a su cabeza, era demasiado fuerte, y pronto dejó de sentir la presencia de la alfa líder, abrió los ojos sorprendida, y miró hacia la princesa Juhyun que aún se encontraba allí con ella.

—¿Qué es lo que pasa? —preguntó la princesa.

—¡No! —exclamó furiosa, apartó sus manos en puños, la maldita princesa Lalisa lo había logrado, había logrado que por fin su lazo se uniera a su destinada, miró hacia la princesa Juhyun, efectivamente ya no tenía un lazo del destino que brillara, estaba como antes, sin nada—. Maldita sea.

Miró hacia Juhyun, era demasiado, esa princesa Lalisa le había quitado las posibilidades de por fin estar al mando de todo un pueblo, de gobernarlo y reprimirlo como tanto había deseado, apretó su mandíbula.

—Parece ser que... los planes han dado un giro algo inesperado, princesa.

La omega sintió un nudo en su garganta al escuchar eso, se percató de las manos de la hechicera estaba invocando algo, eso no era nada bueno, dio un paso hacia atrás atemorizada de lo que pudiese ocurrir en ese momento.

—La princesa Lalisa te ha quitado a tu nueva alfa. ¡¿Quién diría que lo lograría?!

La princesa Juhyun se sintió feliz de que por fin ambas destinadas estuvieran juntas, eso la tranquilizó, pero no el ver a Sooyoung enojada, se veía sumamente furiosa, como si estuviera dispuesta a arremeter con cualquiera que se metiese en su camino.

—Pero... —de nueva cuenta comenzó a hablar la hechicera—, debo decir que esto no es una total alegría para mí, ¿sabes, princesa? El plan era simple, la alfa venía hacia a ti, te marcaba y moría a la par que la princesa Lalisa, y yo tomaría el gobierno de esas tierras, ¡claro después de matar al emperador por supuesto!

La princesa apretó la mandíbula, así que eso era lo que quería lograr, ni siquiera la estaba ayudando a algo que ahora ya no quería, todo lo estaba haciendo para su beneficio propio.

—Ahora que esa omega lo ha logrado, no me queda más que... —miró con una sonrisa de oreja a oreja a la princesa—, deshacerme de usted, mi querida princesa.

La omega tembló al escuchar aquello.

—Ni creas que te lo permitiré —ambas miraron hacia la entrada, la princesa se negó de inmediato, Taeyong estaba allí con sus puños cerrados y mirando desafiante hacia la hechicera, quien sonrió al escuchar eso.

—¿En verdad crees que un alfa tan débil como tú, logrará que no pase nada con tu querida y antigua destinada? Ella te ha rechazado todo el tiempo, y sabes perfectamente que nunca llegará a quererte como lo que eras, su destinado.

—Podré no ser fuerte como un alfa líder, pero puedo defenderla con mi vida.

—Taeyong...

El alfa miró hacia la princesa dedicándole una sonrisa.

—Me juré siempre protegerla, y eso es lo que haré, no me importa si el destino no nos ha enlazado de nuevo, no dejaré que alguien la dañe, jamás lo haría.

Una risa casi estruendosa se escuchó de parte de la hechicera, en verdad que a ese tonto alfa le había cegado por completo su amor hacia aquella omega tan patética.

—Bien, en ese caso espero que sepas como defenderla, alfa tonto.

***

Dasom abrió sus ojos atemorizada, su respiración era acelerada, miró a su alrededor, ya no estaba nada de lo que había presenciado, pasó saliva mientras trataba de volver a regular su respiración, no podía permitir que les hiciera algún daño, su hermana estaba siendo controlada por su enorme furia, y es peligroso cuando se utiliza en las magias oscuras, podría matar a la princesa e inclusive a aquel alfa que le está defendiendo, tenían que ir a rescatarlos de inmediato antes de que sea demasiado tarde para ambos.

Se incorporó con cuidado, sacudió sus ropas y corrió hacia donde se encontraban la alfa líder y la princesa Lalisa, y antes de que pudiera llegar miró hacia ellas, que se encontraban tranquilamente una al lado de la otra, muy cerca hombro con hombro, y lo vio, sus lazos atados de nuevo, brillando tan resplandecientemente como en un principio.

Se habían unido, quería darles felicitaciones por estar juntas por fin, pero al recordar las escenas que había visto, dejó de lado su alegría ya habrá tiempo de celebrar tenían que ayudar a la princesa y a ese alfa de las garras de su hermana.

—Dasom —habló la princesa omega.

—Perdonen que las interrumpa, pero... hay problemas.

—¿Qué clase de problemas? —preguntó la alfa líder mirando con el ceño fruncido hacia la hechicera.

—Tenemos que ir con la princesa Juhyun, a su palacio, mi hermana podría matarla al igual que a su antiguo destinado, ha descubierto que en Jennie se ha ido por completo el hechizo.

—¡Oh, no! —la omega se levantó de inmediato—. Debemos ir.

—Está bien —dijo Jen, incorporándose, y manteniendo su mano en la empuñadura de su espada—, ¿hacia dónde?