Capítulo 30

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Jisoo miraba a la alfa que se la pasaba cuidando de los jardines, dio un mordisco a la manzana en sus manos y siguió mirándola, esa tal Roseanne Park se la ha pasado de un lado a otro por más de tres horas allí, dando vueltas por el lugar y estar ...

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Jisoo miraba a la alfa que se la pasaba cuidando de los jardines, dio un mordisco a la manzana en sus manos y siguió mirándola, esa tal Roseanne Park se la ha pasado de un lado a otro por más de tres horas allí, dando vueltas por el lugar y estar presente a todo movimiento que se presentase en el lugar y fuera de estos. Le había dado algo de sorpresa el ver que no se había percatado de su presencia, o simplemente es muy bueno ignorándola como amenaza.

Dio un último mordisco a la fruta pensando hace cuánto que no hace alguna travesura.

Tomó el corazón de aquella manzana en su mano derecha y apuntó a Rosé, no le haría mal recibir un buen golpe... Hizo su brazo hacia atrás, impulsándose un poco y por fin lo lanzó.

Pero desafortunadamente no le había caído a la alfa, todo pasó tan rápido que ni siquiera podía creer lo que había visto. Una flecha había atravesado aquel corazón de la manzana a medio morder y había terminado siendo clavada en una de las murallas que rodeaban el palacio. Jisoo simplemente estaba más que impresionada, Rosé se puso en alerta al ver los restos de la manzana clavados a la pared.

—Más vale que salgas de tu escondite, Kim Jisoo —dijo la alfa líder, Jisoo observó entre las hojas, allí estaba Jennie junto a Lisa, al parecer estaban dando un paseo. Se encontraban juntas y aun así algo separadas, la cercanía parecía ser incómoda para ambas.

—¡Eres impresionante, Jennie! —la voz de la azabache se dejó escuchar para después ver como bajaba del árbol. Rosé gruñó molesta, ¿acaso esa omega planeaba golpearla en la cabeza con aquellos restos de manzana? Eso sí la ponía furiosa—. ¿Qué me gruñes tú, tonta?

—¡Vuelve a insultarme o a lanzarme algo y te daré una lección! —gritó la neozelandesa, estaba molesta, y más porque al parecer la omega lo único que quería era fastidiarla en su día a día.

—Rosé —la voz de Jennie hizo que de inmediato, y con una mueca de disgusto, dejara de mirar a la omega, cruzó sus brazos sobre su pecho, Jennie soltó un suspiro mientras escuchaba la suave risa de parte de Lisa al presenciar la escena frente a ella—, Jisoo...

—¡Lo lamente! —rodó los ojos—. Por cierto, eres increíble con el arco. ¿Podemos tener una competencia? ¡Quiero ver si puedes vencerme!

—Ella te vencería hasta con los ojos cerrados, es una grandiosa tiradora —dijo Lisa con una sonrisa, de alguna forma aquel halago de parte de la princesa había hecho sentir bien a Jennie.

Jisoo sabía que le posibilidad de perder era mucha, al igual de que podría ganar, claro si le pedía a Jennie que la dejará. Siempre ha sido amable con ella, y con todas las personas que la rodean.

—La alfa líder no tiene tiempo para tus juegos, Kim —eso había hecho sentir a Jisoo irritada, miró a Rosé, quien ahora se mostraba indiferente ante su mirada.

—Tampoco tiene tiempo para tus quejas —respondió, de nueva cuenta se escuchó un gruñido de parte de Park.

—Estas dos son irritantes —comentó Jennie, frunciendo levemente el ceño.

Sintió como una de las manos de la princesa curioseaba con su mano más cercana para después tomarla y entrelazar sus dedos con los suyos.

—No te enfades por eso —la rubia le regaló una sonrisa—, las dos serán irritantes a veces, pero son buenas, debes dejar de concentrarte en que dejen de discutir, alfa.

—Le daré la razón, princesa —asintió, mostrándole una apenas visible sonrisa, que había hecho que la menor le sonriera mostrando sus brillantes dientes, Jennie volvió a mirar al par que la sacaba de sus casillas—. Ustedes dos —tanto Jisoo como Rosé miraron en su dirección—, dejen estas peleas sin sentido, o pensarán que son amantes en secreto —las otras dos fruncieron el ceño para luego pasar a mirarse de pies a cabeza y negar rotundamente con la cabeza, la sola idea les asqueaba.

—¿Cómo crees que pueda amar a una alfa como esta? —habló Jisoo, mientras fruncía su nariz.

—Pues no eres el tipo de omega que me gustaría cortejar.

Las chicas seguían discutiendo mientras Jennie soltaba un suave suspiro, Lisa solamente sonreía a su lado, pues le había encantado que Jennie no separara sus manos.

Las chicas seguían discutiendo mientras Jennie soltaba un suave suspiro, Lisa solamente sonreía a su lado, pues le había encantado que Jennie no separara sus manos

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La omega que no quería a su predestinada | JenlisaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu