Capítulo 40

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Por fin la noche había caído y Lisa se sentía mucho más tranquila, aunque seguía sin querer despegarse del lado de Jennie

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Por fin la noche había caído y Lisa se sentía mucho más tranquila, aunque seguía sin querer despegarse del lado de Jennie.

La alfa había aceptado quedarse unos minutos más con ella para que pudiera estar en paz, pero ciertamente deseaba irse, Lisa la tenía envuelta en un abrazo, disfrutando de su aroma.

—¿Deseas algo de comer, alfa líder? —preguntó Somi viendo con una sonrisa a su amiga que prácticamente había sido aprisionada por la princesa.

—No, estoy bien, he cenado un poco —respondió soltando un suspiro, sintió a Lisa removerse un poco—. ¿Usted quiere cenar algo, princesa?

—Quiero que cenes conmigo, alfa —aquella respuesta había sido solamente para la mayor, Somi sonrió al escucharla.

Le parecía interesante ver toda esa escena frente a sus ojos, después de todos los constantes rechazos de parte de Lisa hacia Jen, y ahora ver que los papeles prácticamente se habían invertido, le parecía divertido, y a la vez triste. Todos estaban enterados sobre lo que a Jennie le había pasado, pues que le hayan roto su lazo del destino es lo más duro que podría pasarle a cualquiera, y lo más doloroso de igual forma. Jeon se preguntaba si acaso Lisa había logrado unirlo nuevamente.

—Somi —la beta las miró a ambas—, ¿podrías traernos algo de comer? Creo que algo dulce estaría bien por el momento, supongo.

—Por supuesto, les traeré algo de té también.

—Gracias —Somi dio una pequeña reverencia—. ¿Sabes si Jisoo ha regresado con las hierbas que le he encargado?

—Las trajo, pero no se las entregó por un pequeño percance que sufrió.

—¿Percance? ¿Le ha pasado algo? —soltó preocupada, recibiendo un pequeño gruñido de parte de Lisa, lo que la dejó algo impresionada.

—Su celo se ha presentado, Roseanne se ofreció a llevarla a casa —respondió Somi—. ¿Quiere que le traiga las hierbas en té a la princesa?

Jennie observó a Lisa, se percató de que esta no quería eso, lo que ella quería era seguir en la misma posición con Kim, nada más.

—No —respondió la castaña—, está bien así, gracias.

Somi dio un asentimiento para por fin retirarse de la habitación, la alfa líder sintió como Lisa se removía un poco, separándose de ella.

—¿Desea algo, princesa?

—Sólo... ¿por qué te has mostrado tan preocupada por Jisoo? —el cuestionamiento de la omega la desconcertó, frunció el ceño confundida.

—Me preocupa su bienestar.

—¿Ella te preocupa? —Lisa no se escuchaba para nada contenta—. ¿Por qué debes sentirte preocupada por otra omega? ¡Yo soy tu omega!

¿Jennie estaba escuchando correctamente?

Lisa estaba celosa, y lo demostraba. Su aroma lo decía a gritos, se había vuelto levemente amargo y Jennie simplemente se sentía increíblemente sorprendida, no debía de estar así, además ni siquiera eran algo importante como para comportarse de esa forma.

—Princesa —dijo Jennie en un suspiro—, debe entender que proteger a todos es un deber que tengo, me preocupo por todos, no solamente por Jisoo.

—Lo sé, pero yo debo estar en tus mayores prioridades, alfa —Jennie parpadeó un par de veces, a pesar de que la princesa se mostraba seria ante sus palabras, no podía evitar pensar que no se veía para nada atemorizante, lucía tan tierna—. No sonrías, esto es serio.

Jen soltó una risa ante eso, y es que verla enojada no le causaba más que gracia, parecía como si una tierna cachorra se enojara porque no le dan lo que desea comer. A los ojos de la mayor, Lisa parecía todo un tierno perrito enfurruñado, el más adorable del momento.

—¡No te burles!

—No me estoy burlando, princesa, se ve muy adorable de esa forma —esas palabras habían salido sin ser para nada contenidas por la castaña.

Dejó de sonreír al percatarse de lo que había salido de sus labios, ¿qué le pasa? ¿Por qué había dicho algo como eso? Miró a la rubia, las mejillas de la misma estaban totalmente encendidas en un rojo intenso y su mirada estaba apartada de la suya, mostrándose cohibida y avergonzada por lo que había dicho Jennie.

—Disculpe, esas palabras no debieron salir de mis labios, lo lamento, princesa.

—No... —de inmediato negó con la cabeza—, no te disculpes, me ha gustado. ¿En verdad crees eso? —el brillo esperanzado podía verse sus grandes ojos.

—Por supuesto, princesa.

Lisa le regaló una sonrisa a su alfa, y Jennie no sabía qué decir, o qué hacer. Sólo vio esa hermosa sonrisa que hacía que se sintiera tan extraña, tal vez le estaba afectando demasiado aquella convivencia, pero aún así no quería dejar de tenerla. Era como si hubiera sentido eso mucho antes, pero no tenía cómo explicarlo mejor.

 Era como si hubiera sentido eso mucho antes, pero no tenía cómo explicarlo mejor

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La omega que no quería a su predestinada | JenlisaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt