La omega que no quería a su predestinada | Jenlisa

Capítulo 22

—Jennie —la alfa líder dejó de caminar para mirar hacia atrás, allí estaba la princesa, con la mirada desviada y con un tenue sonrojo en sus mejillas, a la vista de Jen eso parecía muy adorable, miró a las manos de Lisa y encontró una pequeña pila de algunos panes.

—¿Qué desea, princesa Lalisa?

La omega lo que deseaba era que dejara esas formalidades y así poder siquiera tener un poco más de confianza para acercarse a ella, pero sentía que seguramente Jennie le reprendería por pedirle algo como aquello.

Tomó aire con algo de valor, y esta vez miró a Jennie.

—He traído algo para ti —dijo, acercándose un poco y mostrando el plato que contenía la pila de panes de avena.

La alfa se sintió un poco extrañada. ¿Para ella? ¿Por qué Lalisa tendría que darle algo de regalo? No debería de hacerlo, se suponía que no debía de mostrarse de esa forma, pero aun así sus pies la guiaron hacia la princesa y cuando por fin estuvo frente a ella, pudo ver el alimento, se veían muy delicioso, ladeó un poco su cabeza, y terminó agarrando uno de los panes, lo acercó a sus labios bajo la atenta mirada de Lisa y le dio una mordida, ¡estaban deliciosos!

—Son una delicia —dijo, haciendo que Lisa se sintiera un poco más tranquila, miró hacia la castaña que tenía su vista puesta en ella, y sintió que la poca confianza que había adquirido había desaparecido por completo, la necesidad de esconderse era mucha—. ¿Se encuentra bien, princesa?

La omega se sintió tensar ante la pregunta, y más cuando vio como la alfa colocaba su mano justo sobre su frente, al parecer midiendo su temperatura, los ojos de Jennie estaban conectando mirada con los de ella y sentía como su corazón comenzaba un notorio cambio de bombeo de su sangre por su cuerpo, casi sentía que los latidos podían ser audibles por todo el pasillo en el que se encontraban.

—Está muy sonrojada, debería ir con Miyeon o Dasom a que le dé un remedio —pero claro, no estaba enferma, estaba muy avergonzada, nerviosa por la cercanía y las acciones de la alfa.

—Estoy bien, Jennie, no hay de que preocuparse.

—Claro que me preocupo por usted, debe de mantenerse sana y a salvo, y si de eso me tengo que encargar, lo haré. ¿Está segura de que se encuentra bien?

Manoban dio un pequeño asentimiento con la cabeza, no podía apartar la mirada, pero aún así extendió de nuevo sus manos con el plato en sus manos, para indicarle que podía tomarlo.

—Son para ti, es parte de mi gratitud, por salvarme —al menos no había tartamudeado en el proceso, pero sentía que era capaz de hacerlo, jamás se había sentido tan insegura de sí misma como ahora lo hacía.

—No debe de darme gratitud, es mi deber como alfa líder el protegerla, princesa —Jennie tomó el plato en sus manos—. Pero aceptaré el obsequio que me da, muchas gracias.

—No hay de que, alfa.

Y ambas se miraron algo sorprendidas por aquellas palabras, Lisa llevó sus manos a su boca de inmediato, tapándola por completo, sentía que sus mejillas comenzaban a arder más, bajó la mirada de inmediato. ¿Cómo es que eso pudo salir de sus labios?

—L-lo lamento mucho —susurró de inmediato.

—No se preocupe, princesa.

Y Lisa deseó que por lo menos le hubiera dicho 'omega' en lugar de ese típico 'princesa' que siempre le decía.