CAPÍTULO 24

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HANA

Llegué a casa después de un largo día de trabajo. Allí, la situación era la de siempre: Jay estaba en su habitación trabajando, mi madre estaba preparando la comida y mi padre estaba en el trabajo. Ese día él llegaba un poco más tarde. Resulta que a mi padre le cambiaron su día de descanso así que ahora libra el mismo día que yo.

Tenía que hablar con Jay ese mismo día sin faltar. Sabía que mis padres estarían allí pero no pienso contarles que entre Jay y yo hubo un trato ni nada de eso. Más tarde, cuando tuviera tiempo y fuera el momento oportuno le contaré a Skye lo que estaba pasando.

Ya habíamos comido, había limpiado los platos y podía ir a descansar un rato. En ese momento, fui a la habitación y empecé a pensar en la manera para pedirle eso sin que nadie se diera cuenta y me rendí. Esperaba que mi padre le dijera a mi madre que fuera a dar una vuelta con él o todo lo contrario, pero nada. Así que, fui a la cocina por un vaso de agua y se me ocurrió una idea al ver preparar café.

        - Mamá, ¿qué estás haciendo? -Pregunté curiosa.

        - No ves que estoy haciendo. Café. -Dijo malhumorada como siempre. En ese momento me fijé que había una taza de café con un pequeño plato a juego con galletas caseras que había hecho nuestra vecina. Es una señora anciana que vive sola y mi madre suele ir a visitarla. El otro día fue a su casa y le dio galletas que había hecho. Las probé cuando mi madre las trajo y eran muy ricas.

        - Ahhh. ¿Por qué en esa palangana solo hay una taza? -Esperaba que me dijese que era para Jongho.

        - Esa taza es para Jongho. -Dijo mientras seguía colocando galletas en otro plato a parte que parecía ser para ella y mi padre, ya que a este lo acompañaban dos tazas de café en una palangana diferente.

        - Ahhh entiendo... ¿Quieres que se la lleve a su habitación? -Pregunté cariñosa.

        - ¿Desde cuándo te interesan las cosas que tienen que ver con el señor Kang? -Me preguntó con los ojos entrecerrados y la mirada fija en mí. Uy, me ha pillado... ¿Qué le respondo? Piensa Hana, piensa Hana.

        - No... Es que... -Dije dudando.

        - ¿Qué pasa señorita Hayun?

        - Nada... Solo que el otro día cuando me dijiste que me disculpara al señor Kang, pude reflexionar y llegué a la conclusión que tenías razón mamá. Lo siento mucho. Me sabe mal no haberte escuchado antes. Tenías y tienes razón cuando intentas tratar mejor al señor Kang. Es que él se lo merece y eso no lo veía antes. Perdón mamá... -Mentí. Creo que soné muy arrepentida.

        - No puedo creer que seas mi hija Hayun. -Dijo sorprendida con la mano en el corazón. La verdad que me asusté por un segundo porque no sabía sí se lo había creído o no.

        - ¿Por qué? ¿Dije algo malo? -Pregunté asustada.

        - No, no, solo que no me puedo creer que lo digas tú sabiendo como eres, hija mía. -Dijo con los ojos mojados. ¿Estaba a punto de llorar o me lo estoy imaginando? Esto es algo que nunca pensé que iba a pasar.

        - Ohhh, mamá. En serio, gracias por hacerme reflexionar. -Dije para abrazarla.

        - No hay de qué, mi Hayun. -Dijo en mi oído. La solté del abrazo.

        - Si quieres le puedo llevar la palangana al señor Kang. -Dije aún sentimental después de todo el discurso que le dije a mi madre.

        - Claro que sí. Toma. -Dijo para darme con cuidado la palangana con la taza de café y el plato de galletas.

        - Gracias mamá. -Dije para sonreír, salir de la cocina e ir rumbo hacia la habitación de Jay. Ojalá un día pueda abrazar a mi madre y que ella esté orgullosa de mí sin tener que mentirle.

Nunca Se SabeWhere stories live. Discover now