CAPÍTULO 1

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HANA

Nueve y cincuenta y cinco de la noche. Ciento treinta y cinco pedidos en sus respectivos paquetes. Solo falta enviarlos a sus dueños. Eso lo haré mañana por la mañana temprano. Ahora sólo quiero cenar e ir a dormir. Sentada en la silla del escritorio mientras siento la necesidad de girar mi torso por los dos lados para escuchar un crack de mis huesos y luego sentirme mejor con mi preciada espalda. Derecha. ¡Crack! Izquierda. ¡Crack! ¡¡Woaaaaah!! ¡Qué bien se siente! Hasta puedo ver mejor. Parpadeo unos segundos y siento que he vuelto a la vida. De repente, escuché a alguien hablarme:

       - ¿Ya has terminado? -Me preguntó mi hermana menor Skye que se estaba mirando en el espejo el vestido corto que se estaba probando en ese momento.

       - Sí, acabo de terminar. Qué alivio la verdad. -Dije con un tono cansado. -¿Te vas a poner eso mañana?

       - Sí... pero no estoy segura. No sé si me queda bien o no, es decir, creo que me queda bien pero a la vez no. -Decía mientras se miraba en el espejo con una cara dudosa. Me parecía muy mona porque hacía pucheritos.

       - Me gusta como te queda. O sea es un vestido perfecto para llevar a Porto Cristo, ya que hay playa. -Le dije desde la silla del escritorio porque había quedado con sus amigos mañana por la noche para ir a Porto Cristo, un pequeño pueblo con playa y que normalmente en verano está lleno de turistas que vienen de diferentes sitios del mundo para pasar un verano inolvidable.

       - ¿Pero si hace frío qué hago? -Se estaba quejando mientras daba pequeños saltitos. Mientras me levantaba de la silla quejándome de mi espalda, me iba acercando a donde ella estaba.

       - A ver es un vestido corto con tirantes, con flores de colores pastel... Mmmhh... Y si te pones debajo una camiseta blanca. Yo creo que así te quedará perfecto y no pasarás frío por la parte de arriba. -Le decía mientras miraba el vestido puesto sobre ella desde el espejo. -¿Qué te parece? -Me giré para mirar su cara para buscar su aprobación. 

       - Hana Unnie. ¡¡Me encanta la idea!! ¡¡Gracias!! Te amo mucho ahora mismo. -Decía mientras me abrazaba.

       - ¡Oye! ¿Solo ahora mismo? -Le pregunté mientras sentía que me asfixiaba por el abrazo que me dedicaba. -Ya de paso me puedes soltar. En serio, ¿me puedes soltar? No puedo respirar. -Le pedía a Skye para luego soltarme.

       - Ahh sí... Perdón... -Me decía mientras sonreía feliz.

       - No pasa nada. -Le dije mientras sonreía artificialmente. Después del abrazo no me dejó ni fuerzas para sonreír como la gente hace. -Voy a preguntar a mamá qué hay de cenar. Tengo mucha hambre. -Dije mientras tocaba mi barriga haciendo pucheros.

       - De acuerdo, después de poco voy a la cocina. -Me dijo antes de salir de la habitación.

Iba por el único pasillo que conducía a las habitaciones de la casa. Me dirigía a la cocina pero la luz de esta estaba apagada. Era extraño porque normalmente mi madre está en la cocina preparando la cena como de costumbre. De repente, escuché unas voces desconocidas en la sala de estar. En un principio pensé que podría ser imaginación mía y que lo que estaba escuchando era un vídeo que mis padres estaban viendo, ya que podría ser verdad esa posibilidad, pero las voces eran demasiado reales para ser parte de un simple vídeo. 

Nunca Se SabeWhere stories live. Discover now