CAPITULO 36

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Con el pasar de los minutos se comenzaron a distinguir perfectamente bien, quienes eran aún más debía apuntar para salvarnos. Tratando de no alejarme de mi padre lo miro, pero él se despierta confundido preguntando "¿quiénes son?". Al parecer ya se olvidó como es el tirano desde lejos. Ya cerca de nosotros intenté gatillar, pero me temblaban las manos, nunca en mi vida he utilizado un arma y mucho menos asesinar a una persona por muy cruel que sea, pero el miedo que le tuve de solo verlo aún muy cerca de nosotros gatille. Cerrando los ojos la bala nunca salió, el emperador aleja el mosquete de él, haciéndolo a un lado con su mano enfrente de mí.

Acaso creíste que me acercaría sabiendo qué tenías un arma cargada, siendo que es tan liviana de sostener - dijo el emperador.

Ojalá la bala haya salido para no escucharte hablar nunca más -dijo Amy.

Ja, ja, ja, Amy, Amy siempre tan graciosa, tú no puedes contra mí, así te hagas la rebelde -dijo el emperador.

¿Qué te trae por aquí? -dijo Amy.

Solo vine a buscar lo que me pertenece, obviamente tú -dijo el emperador.

Yo no te pertenezco ni ahora ni nunca en tu miserable vida -dijo Amy.

Acaso Amy quieres salvar a tu padre bien te concederé eso, pero a cambio debes de volver al palacio, otra vez estará muy bien atendido por esclavas y médicos que lo podrán atender antes de que muera enfrente de ti, ¿qué te parece? -dijo el emperador.

Entre en duda por mucho tiempo, pero mirando a mi padre con el sufrimiento de tener su pierna en ese estado me hizo pensar entre perderlo o volver a sufrir por manos de un tirano. Decidí que curaran a mi padre por sobre todo, así que a partir de ahora deberé de enfrentar al emperador, no me dejaré manipular nunca más, solo soportaré hasta que mi padre se cure. Para volver a escapar del palacio me acerqué al emperador para decirle que me lleve al palacio junto con mi padre.
Para poder curarlo antes de seguir, los soldados se acercaron con unas cadenas pequeñas dejándolas sobre mis muñecas.

Sé que podrá molestarte tener las cadenas sobre tus delicadas manos, pero es por tu seguridad y la mía de que no te vuelvas a escapar -dijo el emperador.

Tenlo por seguro de que no lo haré mientras mi padre este aquí en ese estado -dijo Amy.

La caminata se hace más larga, los soldados caminan aún más lento, cansados de tanto caminar desde el palacio hasta aquí. Para que yo volviera con ellos solo cumplen las órdenes del emperador, así que solo esperan que él les diga que ya pueden descansar por un tiempo para poder seguir. Creo que me estoy arrepintiendo de la decisión que tome hace un momento, pero mi padre no puede seguir así en ese estado su pierna está aún más peor de lo que estaba antes. Páramos unos segundos por órdenes del emperador a descansar, me senté en el suelo junto a mi padre.palpee mi túnica para sentir si aún tenía la daga por cualquier circunstancia que podría pasar, no dudaré en usarla. Mirando al emperador descansar tan tranquilo, mi mente me dice que lo asesine, pero sin el mi padre no estaría vivo, así que solo me quede en alerta un poco hasta que todos al fin se quedaron dormidos. Para comenzar a descansar, yo también después de un profundo descanso, ya dando los primeros rallos de luz del sol, comencé a abrir mis ojos, pero se oían ruidos de lejos, el emperador y sus soldados se percataron de ello. Los soldados defendiendo mientras el emperador esquivaba las balas hasta llegar a mí me tomo del brazo, nos escondimos los dos juntos detrás de un árbol. Mientras él apoyaba mi cabeza sobre su pecho para no oír tan fuerte los disparos de los mosquetes.

Suerte que estoy aquí, si no fuera que me he percatado de los tiros, antes no estarías aún viva -dijo el emperador.

Pero y mi padre, ¿qué sucederá con él? -dijo Amy.

Lo están resguardando unos soldados, quédate tranquila, esta balacera deberá de parar en algún momento, solo debemos de esperar salir de aquí, ahora podrá ser un riesgo para nuestras vidas -dijo el emperador.

¿Pero qué es lo que buscan?, ¿por qué nos atacan? -dijo Amy.

Porque eres una esclava, a ellos les sirves, pero no dejaré que nada te suceda mientras aun este vivo, tú serás solo mía y de nadie más -dijo el emperador.

Quede en silencio, solo esperamos hasta que la balacera terminara para que los otros se rindieran y así seguir con nuestro camino, al terminar los tiros uno de ellos grito muy fuerte "que ya no tienen más municiones, no disparen más". Pero los soldados aun así no bajaron la guardia, puede que sea una mentira para asesinarnos más fácil, el emperador aún sigue esperando resguardado junto conmigo. Mientras ellos se acercaban a entregarles sus armas a los soldados que  gritaron "ya está todo seguro, pueden salir". Él se levanta ayudándome a levantarse del suelo, corrí junto a mi padre para ver si no le sucedió nada.

Papá, ¿estás bien? -dijo Amy.

Si hija no te preocupes, mi protegieron en todo momento -dijo el padre.

Quede mirando a esos sujetos que nos quisieron atacar mientras el emperador estaba enfrentándose con ellos, preguntándole "porque quieren atacarnos de esa manera". Ellos solo le respondieron señalándome a mí con su mano, diciendo "queremos a la esclava su padre, no porque no nos sirve, pero ella puede estar a nuestra disposición en todo momento del día que queramos". El emperador solo los observo en silencio mientras yo solo me sentía asustada por lo que me pueda pasar hasta que él dijo "ella no está a la venta, así que márchense antes de que los asesine a todos de una buena vez". La tranquilidad volvió a mí, ellos solo se fueron  marchándose lentamente. Con los soldados apuntándolos por seguridad de lo que pueda pasar.

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