CAPITULO 18

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Sigo soñando que algún día todo esto terminara y podré tener la libertad que tanto deseo desde hace años no quiero desistir sobre eso, pero mis energías se van agotando poco a poco dejándome débil para seguir continuando salí de las cosechas ya es media noche todos los esclavos se estaban yendo a sus habitaciones a dormir para mañana continuar teniendo la vida que aún siguen teniendo ellos también deben pensar igual que yo cuando será ese día que obtengamos esa libertad llegue a mi habitación junto con los demás esclavos tan exhausta que me tire a la cama sin pensarlo dos veces ni siquiera me daba cuenta la incomodidad que tenía al dormir hay me sentía tan relajada que me quede dormida profundamente que comencé a soñar con mi madre es tan bonita que parece tallada por los mismos ángeles sentía que me abrazaba mientras acariciaba mi cabello me decía que lo tengo tan largo desde la última vez que me vio acerco su rostro frente al mío para darme un beso en la frente para decirme no confíes en el emperador no como lo hice yo que caí en sus caricias y sus buenos tratos no confíes mi amada hija no confíes me lo dije como más de cinco veces hasta que desperté con mucha temperatura transpirada veía todo borroso sentía que la cobija era muy pesada como si tuviera piedras sobre mí me mareaba muchísimo al levantarme y tenía un dolor de cabeza insoportable me sujetaba de las cosas para no caerme así poder llegar al río para refrescarme al llegar me senté sobre la orilla del río con un trozo de tela blanca humedecida comencé a quitarme la transpiración y a bajar mi temperatura se empezaron a ver los primeros destellos de luz del amanecer algunos esclavos ya se levantaban a seguir en las cosechas debía apresurarme antes de que me viera algún soldado que no estoy trabajando levante mi túnica para poder limpiarme en partes más privadas en donde nadie me pueda ver detrás del árbol más grande de aquí que al parecer tenía algunas manzanas que podría agarrar para comer sin que nadie sepa comencé a treparme en el árbol es un poco riesgoso y resbaloso por la lluvia de anoche sus ramas más finas comenzaron a cortarse por mi peso haciendo que me resbalé me sujete muy fuerte de la rama me daba mucho miedo de caer que no miraba para abajo ni un segundo, pero llego alguien a ayudarme. Sujétate de mí que te ayudaré a bajar -dijo la esclava.
Muchas gracias -dijo Amy.
¿Pero qué querías hacer hay arriba del árbol, niña? -dijo la esclava.
Quería agarrar aquellas manzanas que están hay -dijo Amy.
Pero estos árboles no tienen manzanas, tú estás ardiendo en fiebre -dijo la esclava.
Entonces comenzamos a caminar las dos juntas abrazadas me llevo a la habitación las demás esclavas preguntaban que me había sucedido si la tocaron o golpearon, pero no les dijo que solo estoy enferma entonces me recostaron en mi cama y remojaban mi frente con un paño temblaba muchísimo no sabía que era lo que me estaba pasando entraron los soldados prepotentes diciendo que todas salgan ahora mismo a trabajar que las cosas no se van a hacer solas las agarraban y tironeaban sacándolas de la habitación una de ella les dijo que yo no podía hacer nada porque estoy muy enferma entonces me levantaron entre dos soldados llevándome a las cosechas igual para seguir trabajando sentía que me iba a desmayar me dejaron sentada en el suelo sacaba los algodones poquitos a poquito como podía, pero al soldado al parecer no le gustaba y me exigía que trabaje más rápido porque así nunca vamos a terminar con el trabajo el soldado sigue caminando para verificar que todos estemos obedeciendo me levanto para irme sin que nadie me vea, pero de repente me tapan la boca con una mano llevándome para atrás me resistía pero escuche.

Hija soy yo tu padre no temas.

Papá que haces aquí te pueden ver y te van a matar, eres el único que me queda -dijo Amy.

Si eso lo sé, pero solo vine a verte estas tan grande parece que fue ayer que eras una niña cuídate mucho hija no dejes que nadie te toque -dijo el padre.

Papá, llévame contigo -dijo Amy.

No debes de quedarte aquí, solo vine a verte, vendré cuanto antes a sacarte, de aquí solo resiste hija y ya pronto todo esto pasará - dijo el padre.

Él se retira cruzando por la puerta real muy sigilosa, pero los soldados lo vieron yendo detrás de él uno de ellos alerto al emperador, él sale del palacio enfurecido, se sube a su caballo junto con los demás soldados, dejando a la doncella a cargo temía que el emperador matara a mi padre ahora que él sabe que aún está con vida puede llegar a sacarme de este lugar.

Viste lo que ocasionaste esclava mugrosa, ahora mi marido está muy enfadado, nadie puede entrar aquí sin su permiso, pero tú y tu padre son iguales, unos cerdos sin vida vas a quedar huérfana porque es lo que te mereces -dijo la doncella.

Me agarra del cabello y lo zamarrea de un lado al otro ocasionándome dolor no aguante más y la golpeé tirándola al suelo salí corriendo para entrar a mi habitación me escondí detrás de la alfalfa con una daga que tengo desde que soy niña de repente se abre la puerta y se escuchan pasos cuando se acerca saco la daga, pero no era la doncella, sino una de las esclavas que quiso ver que sucedió le dije que casi la podía haber matado por entrar de esa manera comencé a llorar y ella me quito la daga tirándola al suelo me abraza diciéndome que aquí hay que ser fuerte si te ven débil nunca vamos a obtener nuestra libertad para toda la vida tienes que seguir continuando obedeciendo al emperador no a la doncella.

MALTRATOWhere stories live. Discover now