CAPITULO 15

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Cuando termine de limpiar toda la sangre derramada en el suelo me recosté en el sofá era tan suave como una almohada de plumas que te hacía volar hasta las nubes de lo relajante que estaba muy de a poco me fui quedando dormida soñando que iba corriendo en las nubes me sentía tan libre sin ataduras, pero de pronto llegue a una puerta en donde no me dejaba pasar quedándome encerrada en un solo lugar sin salida detrás de mí estaba el emperador con su espada y me degolló  me desperté toda transpirada y muy asustada de ver esa imagen en mi cabeza producto de una pesadilla que me había ocurrido volviendo a la realidad entran a la habitación dos soldados que se paran enfrente de mí queriéndome agarrar de mi brazo uno de ellos para llevarme.

¡Vamos zorra que el emperador te necesita!.

Me resistía y les decía que me suelten que no quiero ir me comenzaron a lastimar las muñecas de tan fuerte que me apretaban para sacarme del sofá uno de ellos tenía un látigo y comenzó a amenazarme de que su no les obedecía me pegarían con él, pero no les hice caso porque si les obedecía algo peor me iba a tocar igual así que me pegaron una sola vez en el brazo lográndome llevar otra esclava se interpone delante de ellos para que no me llevaran, pero la agarran del cabello y la tiran al suelo con mucha fuerza lastimándole las rodillas del roce que tuvo con las piedras pequeñas del pasillo gracias a ella por distraerlos un momento yo le pise el pie al soldado que me sostenía para poder escapar y salir corriendo llegue a la puerta principal del palacio, pero no la podía abrir busque en todos lados en donde poder escapar de aquí, pero todo estaba cerrado los soldados llegaron a donde estaba yo agarre una barrilla que estaba al costado mío en un jarrón grande de color marrón hecho de barro al parecer.

No se me acerquen o les juro que les voy a golpear con la varilla -dijo Amy.

Ellos solo comenzaron a reírse y a decirme una esclava como tú no tendría las agallas para enfrentarte a unos soldados como nosotros de tanta ira acumulada que llevo de hace años aquí ya los soldados no me daban miedo solo el emperador así que decidí enfrentarlos se me acercaron con un látigo le pegaron al suelo para asustarme, pero aún me quedaba firme ante ellos no les mostraba el miedo para que comenzaran a tenerme respeto por la mujer que soy.

Vamos preciosa, no te haremos daño, ven con nosotros, te vas a divertir y después vas a pedir de rodillas todos los días que nos vas a buscar por todas partes de lo desesperada que vas a estar.

Me daba rabia su forma de ser y de tratar a las mujeres del palacio ellos solo nos veían como un objeto que se utiliza para un beneficio y después tirarlo a la basura porque ya no necesitan de su uso aun así se siguieron acercando levante la barrilla y le pegue a uno de ellos en su mano comenzó a gritar del dolor  mientras que el otro se puso detrás de mí y agarró la barrilla apoyándola en mi cuello con mucha fuerza trate de quitármela, pero no podía respirar me comencé a desmayar y saco la barrilla de mi cuello tosí muchas veces mire hacia arriba el otro soldado se me acerca y me da una bofetada muy fuerte por pegarle en su mano.

Porque le pegaste noves que es la favorita del emperador.

Es una ramera igual que todas las demás.

Me quedo marcada la mano de él en mi rostro de color rojizo, me tocaba la mejilla para disminuir el dolor, mi pelo me tapaba, pero mis ojos tenían lágrimas de sufrimiento, el soldado me agarra para levantarme del suelo llevándome casi inconsciente a una habitación en donde estaba el emperador en una tina con agua en ella el sumergido sin nada de ropa en él tomando una copa de cristal con vino en su interior que dejo a un costado para mirarme en la habitación había una esclava se retira de la habitación de baño con muchas toallas limpias de color blanco.

Acércate, esclava, necesito que me ayudes a asearme-dijo el emperador.

Los soldados se retiran cerrando la puerta suavemente porque el emperador no quiere ruidos en los lugares que él está yo me quede mirando al suelo, pero el emperador una vez más me dice que me acerque y lo hice agarre una esponja con jabón lo comencé a enjabonar y fregarle en cuerpo con la esponja suavemente mientras él miraba mi cuerpo ya desarrollado yo pensaba en ahogarlo en el agua hasta matarlo, pero le tenía mucho miedo y él tiene mucha fuerza para poder dominarme el apropósito tira agua mojándome el pecho marcándose mi busto porque no traigo nunca conmigo nada que me los tape.

Para ser una niña de catorce años tienes un cuerpo de una chica de veinte sabes, tengo que confesarte que me gustas mucho y quiero tenerte en mi lecho una noche de estas ¿qué dices? -dijo el emperador.

Yo solo quede en silencio aun bañándolo me levante del banquito de madera pequeño para traerle una toalla seca y limpia para secarse él antes de levantarse me señala con su mano que me dé la vuelta para que él se pueda cambiar más privado yo no sabía cuanto tiempo podía tardar, pero se puso atrás de mí y comenzó a tocarme el pecho trague saliva él olía el aroma de mi cabello y me dice al oído.

Aún no escucho tu respuesta a mi pregunta, supongo que te parezco atractivo y piensas que como eres una esclava no deberías estar con un emperador como yo, pero eso no me interesa mientras te tenga en mis manos.

Me salí rápidamente de él, me acerqué a la puerta y salí, comencé a caminar lo más rápido que podía para irme del palacio, pero recordé que las puertas estaban cerradas antes de llegar al baño.

MALTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora