xii | yule ball

1.4K 215 19
                                    

        

           Me las arreglé para llevar al sótano de Honeydukes y después ir hasta la sala común de Slytherin, para encerrarme en mi habitación y ponerme a llorar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

           Me las arreglé para llevar al sótano de Honeydukes y después ir hasta la sala común de Slytherin, para encerrarme en mi habitación y ponerme a llorar. La pobre almohada pagó las consecuencias, la destripé con Excalibur.

A partir de ahora soy la asesina de almohadas.

¿Por qué nadie me había explicado nada de aquello? Dumbledore, Hagrid, Cornelius Fudge... ¿Por qué nadie le había explicado nunca que mis padres habían muerto porque les había traicionado su mejor amigo?

No me presenté a la cena aquel día, sólo me quedé en la oscuridad de mi cuarto, tumbada en mi cuarto.

A la mañana siguiente, Blaise y yo tomamos el Hogwarts Express. El viaje fue tranquilo, apenas hablamos. Cuando llegamos al andén nueve y tres cuartos, me percaté que era justo el solsticio de invierno.

La señora Zabini era una mujer alta, morena, con tacones morados y túnica negra con un cinturón morado oscuro. Sonrió al ver a Blaise y nos dió un abrazo.

No fue el primer abrazo que me habían dado en la vida, pero se había sentido tan... Maternal.

Sonaba raro decir la palabra, siquiera pensar en ello.

Llegamos mediante un traslador a la mansión Zabini, ubicada en algún lugar de Italia, no pregunté. La vista me presentaba el lugar más grande que habría visto en mi vida, Incluso más que la Casa Grande en el Campamento Mestizo.

Era una mansión enorme de piedra, la nieve caía sobre ella. Había arbustos perfectamente cortados, unas escaleras de piedra para llegar a la puerta y un elfo doméstico perfectamente vestido con un traje de seda italiana estaba en la entrada, con mirada seria e intimidante, lo que contrarrestaba bastante con su tamaño.

El elfo doméstico abrió las grandes puertas de madera completamente negra de la mansión sin el menor esfuerzo, la señora Zabini nos dijo que pasáramos.

—Blaise —llamó la señora Zabini —Lleva a Arlette a su habitación, ¿Sí?

Blaise asintió enérgicamente.

—Sí, mami —dijo —Digo, sí, madre —se corrigió con voz gruesa —¡Vamos, Arlette!

Subimos por las gigantes escaleras de piedra hasta el segundo piso, Blaise me guío hasta mi habitación, la puerta era gigante, pero ligera. La abrí con cuidado.

—Wow —fue lo único que pude decir ante la vista.

No podría describir cada rincón de la habitación, pues era increíblemente inmensa. Las ventanas estaban abiertas, dejando entrar la luz del sol, no había cortinas y en el umbral de la ventana era tan, pero tan ancho, que podría acostarme a dormir allí. Las paredes eran de piedra perfectamente lijada y había un arco de esta misma encima de la cama, que tenía cortinas verde opaco. En el suelo había una alfombra gigante, incluso había alfombras para las alfombras. Había dos sillones, incluso un sofá en otra esquina. Había un escritorio de roble oscuro en una esquina, dos estanterías inmensas con cientos de libros y había una puerta a un baño privado.

¹ENEMY (PJO&HP)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora