3. Mi procesador explota

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Reí negando con la cabeza.

—No, se divorciaron hace como dos años —pude ver qué la picardía aparecía en su rostro—, pero papá empezó a salir con una mujer el año pasado.

—Diablos, bueno, suertuda las mujeres que han estado en la vida de tu papá.

—Es raro que me digas eso —hice una mueca—, raro y asqueroso.

—Oye, yo solo digo la verdad —alza ambas manos a los lados de su cara—. Tú papá está bueno.

—¡Phoebe! —protesto en queja, tapando mi rostro entre mis manos. Uhg, que raro y asqueroso.

Ella se carcajea, divertida de la situación.

—Vale, mejor dejo el tema. ¿El que está a tu lado quién es?

Me toma un momento responderle. Estaba haciéndome un lavado mental, no era la primera vez que escuchaba algo así. Cuando salía con papá siempre habían mujeres dándole miraditas de más, cosa que nunca me gustó pero que soportaba porque solo eran mujeres que veía en la calle, nunca me toparía con ellas. Todo cambia cuando es tu compañera de habitación que hace esos comentarios referentes a tu papá.

Uy, no.

—Ese... ese es mi abuelo —respondí al fin.

—Se parecen —analiza la foto con el ceño fruncido en lo que parece concentración—. De hecho, se parecen mucho. Excepto tu mamá. ¿Es tu abuelo paterno?

—Sí, todos nos dicen que nos parecíamos a él.

—¿«parecíamos»? ¿Qué le pasó?

Suspiro quitando las inexistente arrugas de ls frazada, aunque haya pasado ya un año de que falleció, aún era difícil hablar del tema.

—Murió de cáncer hace un año.

—Oh... —la oí musitar.

La habitación se llenó con un silencio algo incómodo, aunque también estaba agradecida de que no dijera las típicas palabras de duelo. Prefería ese silencio a frases solo dadas por lástima.

—¿Y eres de aquí? —pregunta unos largos minutos después.

El cambio de tema tampoco me molestó, como dije, prefiero eso a que comentarios solo dados por costumbre.

—No precisamente —me mira confundida—. Mi papá es de Oklahoma, yo nací allá pero luego nos mudamos para acá. Mi mamá sí es de aquí, de Central Holbrook.

—Oh... —murmura, comprendiendo—. Oye, dónde está el famoso Downtown City —nota emocionada—. He escuchado de ese lugar, ¿Es cierto que hay unas torres de telecomunicaciones igual de altas que el edificio Empire State?

—Bueno... «igual de altas» no precisamente. Son altas pero ¿Como el Empire State? Eh, no. No tanto.

—Oh —parecía decepcionada—, pero ¿Son altas?

—¿Qué tienes con la altura? —pregunto entre una risita que se le contagia.

—Lo siento, es que de las cosas que hay aquí son una de las que me parecen más interesantes. No estoy segura, pero creo que esas torres también dan señales televisivas a la ciudad que está cerca —agrega, pensativa, entrecerrando los ojos a un punto no especifico frente a ella.

—No lo creo... —ladeo la cabeza, pensando en ello—. Ciudad Nevada está a cinco horas de aquí. No creo que la señal llegue tan lejos.

Phoebe se encogió de hombros.

—Uno nunca sabe.

—¿Por qué tanto interés en el tema?

—Me gusta todo lo que tiene que ver con tecnología, comunicación y eso. Quiero estudiar periodismo y comunicación en la universidad, y un día me gustaría ir a Central Holbrook y visitar las torres.

A Través De Mis Ojos Where stories live. Discover now