Cap10. Bajo Verbergen.

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Dioses mencionados:

Durzetzen. Diosa de la paciencia.

Efflorelume. Diosa de las flores.

Gedulh. Diosa de la tierra.

Lungschmer. Diosa de la curacion.

Mestionora. Diosa de la sabiduria.

Vantole. Dios del alcohol.

Wissbegier. Dios de la curiocidad (fic, vida).

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"Lord Ferdinand nos envió una carta con algunos esquemas," comenzó Benno, su rostro sonrojado, y la mirada desviada. Considerando que solicitó hablar bajo una herramienta de rango especifico, debía sentirse muy incómodo. Se tomó su tiempo antes de volver a hablar.

"En la carta escribió que la idea se le ocurrió mientras estaba en Dunkelfelger debido al intenso calor... Corina, Otto y otros modistas se han reunido con los miembros de la casa archiducal. Incluso después de la sorpresa inicial, tengo entendido que todos han aceptado probar los diseños"

Asentí a sus palabras, sintiéndome confundida y un poco inquieta debido a sus actitudes. Benno carraspeo dos veces, mirando a Marc detrás de él, sus ojos seguían evitándome, lo cual comenzaba a volverse frustrante. Lo vi respirar un par de veces, pero su rostro se estaba poniendo cada vez más rojo.

"Fran, ¿podrías preparar té helado?", le pregunte a mi asistente principal tras apagar un momento la herramienta de rango especifico. "Me parece que el señor Benno lo apreciaría más ahora."

Con el té cambiado, activé la herramienta una vez más, el rostro de Benno finalmente recupero su color natural.

"Entonces... todos los miembros de la casa archiducal aceptaron probar sus diseños, Pero como estabas fuera del ducado, esta es la primera vez que lo veras tu. Lord Ferdinand dijo que el pagaría por el primer conjunto, si deseabas probarlo. También, te escribió una carta."

Lo mire confundida, sin entender que era aquello que causaría tal reacción en el señor Benno, principalmente en algo relacionado con la moda.

Acepté la carta que Benno me ofreció, en el sobre solo mi nombre estaba escrito, no pude evitar sonreír a la caligrafía nostálgica, pero antes de poder abrirla, la mano del señor Benno atrapó la carta, manteniéndola sobré la mesa, obligándome a verlo a los ojos.

Preocupación, consternación, horror, resignación, ira que no parecía estar dirigida a mí, brillaban en sus ojos. Se acerco tanto a mi rostro como la mesa que nos separaba le permitió antes de ponerse de pie y acercarse aún más.

Ahora en verdad estaba comenzando a preocuparme.

"Niña. Antes de que te muestre los diseños o te permita leer esa carta, necesito que respondas algo. Sin mentirme."

Asentí todavía confundida, nunca le había mentido al señor Benno, ¿Por qué pedir tal cosa?

"¿Tú y tu... prometido suelen... ya sabes...", comenzó antes de interrumpirse, desviando la vista un momento "... están jugando a la mamá y el papá?"

Sentí mi rostro calentarse, y negué vehementemente. Era cierto que solíamos dormir juntos, pero nunca habíamos llegado a lo que él insinuaba.

No en este tejido y en realidad, no estaba segura de que pasara en el anterior.

Se dejó caer de nuevo en su asiento, tomándose la frente, recogiendo su vaso y dándole un sorbo antes de hacerme un gesto con la mano para que leyera la carta. Cuando el papel estuvo en mis manos, dos cosas fueron evidentes.

Volviendo a tejer: libro 3 - La doncella de los dioses.Kde žijí příběhy. Začni objevovat