Capitulo 35

160 25 0
                                    

En eso Manuel se dejó caer sobre el suelo, juntó sus piernas y comenzó a menearse de adelante hacia atrás, tomos sus manos y comenzó a masticar sus uñas con desesperación.

— Manuel, por favor, no hagas eso— dije acariciándolo 
— Me estás asustando.

— Amas a Armando, amas a Armando — Repetía en eso me alejo con un empujón, haciendo que me chocase con la mesita de luz que estaba al lado de su cama.




— Por favor— dije
 — Deja de hacer eso, estás asustándome — Volví a reincorporarme, pero él no dejaba su actitud.


En eso volvió a mirarme

— Amas a Armando, yo lo sé
Pero no quise aceptarlo, 
¿¡Por qué Tiana!? — Grito.

— Shh has silencio, despertarás a los señores, dejemos el tema para otro momento, ¿Está bien?.


Volví a acercarme con cuidado, lo tomé de las manos ayudándolo a levantarse, pero nuevamente volvió a empujarme, se estaba comportando como un niño pequeño, estaba siendo muy berrinchudo. Su fuerza era mucho más que la mía, nuevamente volví a golpearme, esta vez mi espalda di un gemido de dolor, me había empujado tan fuerte que no midió, su fuerza era entendible, él no estaba en sus cabales.


— ¡Amas a Armando! — gritaba con desesperación, mientras yo tenía una mano en mi cadera intentando sobarla para calmar el dolor.

— ¡Ya basta! — dije levantando la vos.


— ¡Lo amas a él!— volvió a gritarme, en eso mi mano se estampó contra su mejilla, le había dado una cachetada, esto se había descontrolado.

— L– lo siento Manuel — dije acercándome, pero él me apartó — No fue mi intención reaccionar mal, discúlpame.

En eso los señores entraron por la puerta.

—¿Qué sucede aquí?, ¿Por qué tanto escándalo?— emitió el señor Harrison.






Sin más ninguno de los dos dijo nada, me quedé asustada y Manuel estaba peor, su cara expresaba angustia y no era para menos.





Continuará

La Niñera Del CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora