—¡¿Que?!  ¡¿Desde cuándo estaba así y no me di cuenta?!

Anoche me dio flojera la camisa que cargaba por eso decidí ir al baño cuando Max se quedó dormido y me cambié pero no recordaba nada bien, ahora estaba sin sostén y por mucho que no tenga casi pechos porque, joder en esta parte no salí feminista—solo en esa parte—aún así mis pezones estaban tan notables, la camisa era blanca y ajustada a mi cuerpo. De paso, llevaba un cachetero, me había quitado el jeans anoche y me quede así, hay joder.

Max no me preocupaba en lo absoluto por qué incluso ya una vez me había visto desnuda, si, lo sé, soy acto de vergüenza ante todo. Pero jhose no, mi mayor vergüenza es eso, él nunca me había visto así, ¿Como creerá que soy? Es desconsiderado pensarlo pero descarado no hacerlo, y Max no fue capaz de decirme nada.

«pobre, te vieron los picos de la teta».

Cállate.

—¡Oh tierra trágame y escúpeme en Narnia! ¡Quiero vivir con Edmund y los Pevensie si es posible!

Me puse en marcha con mi ropa, en el armario había una fila de sitios trajes por lo que me vestí algo diferente: Un jeans negro, una blusa verde morada pastel  y unos botines blancos de trenza, mi cabello me lo alce en una cola alta, hora no me llegaba a la cintura sino a los hombros.

Llegue a donde estaban los chicos, ellos me estaban esperando, me dieron mi desayuno, según quien había cocinado esta vez era Max y no es por que sea él, pero cocina demasiado delicioso. Había preparado unos pastelitos de queso habían rebanadas de pan con salsa de pollo en la mesa, había vino tinto y también varios dulces.

Todos desayunamos luego de eso Max se quedó solo en la cocina aún cocinando, yo me acerque a él con el plato sin nada.

Llevaba un pequeño delantal azul, observo desde los dias que he estado aquí que Max tiene cosas muy extrañas.

Se levanta cada mañana y se ejercita por horas luego sale por una misión, llega come se baña y se encierra en su habitación, sale con los ojos rojos por qué bebé muchos antidepresivos y ansiolíticos, algunas píldoras anticonceptivas bebé demasiadas pastillas que me dan mucho miedo a veces. Supongo que su monstruo es también así y por mucho, Max sufre de insomnio.

Todo de su habitación es azul, y tiene muchos dibujos guardados, juguetes en una caja, fotografías viejas en un álbum y canciones de los noventa.

Me senté en el taburete de la cocina mirando como Max cocinaba algo, estaba friendo más pastelitos al parecer le gustan mucho.

—Oye, gracias por el desayuno, cocinas muy rico —halago, él me sonrió sin verme.

—Pues esto lo voy a compartir contigo y me dirás qué tal quedó...

—¿En tu vida pasada fuiste algún chef?

—Siento que no sepas casi nada de mi pero mi padre me envió a un curso en España para aprender repostería, y hacer un curso de cocina —admitió metiéndose en la boca una uva que había cerca en una bandeja había un racimo —Luego estudie arquitectura y diseño gráfico pero no me fue muy bien por no saber dibujar.

En tan pocos años que tenía y muchas carreras las había hecho gracias a su padre, me daba la sensación de que manejaba su vida y por eso Max tenía impulsos que no lo dejan en nada.

—¿A que edad?

—Esto sería casi "ilegal" pero a los ocho, antes de llegar a este mundo ya sabía cocinar y me sirvió mucho por que aprendí a independizarme solo y a vivir tranquilo —confesó —Sabia cocinar, lavar, planchar y hacer casi de todo gracias a mi padre. Le debo todo y aún así él no está del todo orgulloso de mí.

DARK MAGIC [DARKEST 1] (BORRADOR) Where stories live. Discover now