Consternación

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Abro los ojos con esfuerzo debido al cansancio que siento, si tuviera que compararlo, diría que me siento mucho mas cansado que el peor de los días de la temporada en el rancho después de pasar todo el día corriendo en la cocina. Frunzo el ceño al encontrarme con la habitación poco iluminada y varios aparatos a mi alrededor, giro el rostro buscando a alguien que se encuentre conmigo, pero me doy cuenta de que estoy completamente solo en este lugar. muevo mi mano lentamente hasta mi vientre sintiéndolo mucho menos abultado que antes y un ligero ardor doloroso en mi vientre bajo. Miro a mi alrededor hasta encontrar el largo cable que tiene un botón rojo al extremo. Oprimo tres veces el botón esperando que alguna enfermera o doctor haya visto o escuchado mi llamado.

Respiro profundo y presiono el botón justo en el momento que la puerta se abre dejándome ver a una mujer vestida completamente de azul. Miro a la mujer sin saber que sucede, por un momento entro en pánico, pero me calmo cuando la mujer se acerca.

— Soy yo— dice Amando dejándome ver sus ojos.

— ¿Don..de estoy?— pregunto — ¿Mi bebé?— cuestiono viendo a la mujer.

— Tranquilo— dice revisando algo en los aparatos que me rodean— tu presión arterial se encuentra mucho mejor, también tus signos vitales se han estabilizado— comenta — tu hijo se encuentra bien, ahora mismo esta dormido en la sala de neonato— responde mi pregunta.

— ¿Don..de estoy?— vuelvo a preguntar.

— Tuvimos algunas complicaciones y ahora te encuentras en la unidad de cuidados intensivos, pero ya que has recuperado la conciencia, hare que te muevan a la unidad de cuidados intermedios para que puedas estar con tu pequeño— puedo ver en sus ojos que sonríe.

— Gracias— sonrió con alivio— Jonás...—

— Lo obligue a ir a casa, no se había despegado de ti durante las veinticuatro horas que estuviste dormido— dice haciéndome abrir de mas los ojos— parece que estabas realmente cansado— dice y toma mi mano— tu bebé es hermoso, vere que te muevan lo antes posible para que lo veas— dice antes de soltarme.

No pasa mucho tiempo antes de que Amanda y un grupo de enfermeros, entre en la habitación y me desconecte de algunos aparatos, dejando solo el que creo que monitorea mi ritmo cardiaco y presión arterial. Soy trasladado con cuidado y siendo vigilado por mi amiga rubia hasta una habitación con dos camillas, pero en la cama junto a la que me acomodan, no se encuentra nadie. Mi vista se mantiene en una pequeña cuna a un lado de la camilla, donde puedo ver un pequeño bulto bien cubierto, dejándome ver solamente un lindo gorro muy conocido ara mi ya que fue la primera prenda que compre para mi pequeño hijo.

No puedo evitar sonreír aun cuando no lo he visto. Amanda se acerca a la cuna y la mueve hasta dejarla justo a mí. Todo mi cuerpo se extrémese y mis ojos se llenan de lágrimas al ver a la pequeña criaturita con los ojos cerrados, sus hermosas y algo velludas mejillas rosadas. Es tan chiquito. Siento tantas ganas de moverme y tomarlo en mis brazos, pero en el momento que intento hacerlo, un fuerte dolor en la herida dejada por la cesárea, me hace morder con fuerza mi labio inferior.

— No te muevas— pide la doctora la ver mi expresión— déjalo dormir, podrás tenerlo en tus brazos tan pronto despierte, ya casi son las cinco de la mañana, suele despertar cada dos horas— dice viéndome.

— ¿Cómo esta? — pregunto viendo a la mujer.

— Es un niño completamente sano, se le realizaron todos los exámenes correspondientes y todo está bien— responde.

— Desde el momento en que desperté en esa habitación de hotel, no sabía lo que hacía, no tenía idea si todo mi esfuerzo era lo correcto, pero no cambiaria absolutamente nada ahora que mi bebé esta conmigo, mi pequeña esperanza— sonrió.

— Sobre el padre...—

— Me gustaría saber quien es, no para que tome responsabilidad, solamente quiero que sepa de la existencia de nuestro hijo— interrumpo sus palabras.

— Bien, será mejor que descanses, cuando despierte tendrás que alimentarlo, es esencial que lo amamantes, es su mas grande defensa— dice antes de acariciar mi mano para luego salir— por cierto, si necesitas algo solo oprime el botón, estaré al pendiente— dice y se marcha.

Abro mis ojos alarmado, al escuchar el llanto ligero de mi pequeño quien se remueve en su cunita. Uso el centro de la camilla para poder subir un poco la cabecera de manera que pueda quedar en una posición medio sentado, con algo de esfuerzo y soportando el dolor, me estiro lo suficiente hasta poder tomar a mi hijo en brazos y atraerlo hasta tenerlo pegado a mi pecho. Con calma me saco la bata azul de ese raro material que siempre brindan en los hospitales, dejando mi pecho al descubierto. Si soy sincero, mi pecho no creció como espere, parece que me hubiese ejercitado con exceso los pectorales por que se ven hinchados, pero no tantos como para ser parecido al de alguna mujer. Mi pezón se ve solo un poco crecido, antes diría que era del tamaño de una lenteja, ahora parece un garbanzo inflado. Me acomodo de la mejor manera y acerco a mi bebé para alimentarlo, gimiendo un poco por el dolor al sentir la succión de su pequeña boca en mi pecho. Sabia que al principio dolería, pero no espere que fuera tanto. Cierro los ojos aguantando un poco el dolor, pero al mismo tiempo sintiéndome realmente feliz.

Abro los ojos al escuchar la puerta ser abierta, mi mirada se encuentra con la del hombre que había querido ver desde que desperté. Jonás me observa con los ojos extremadamente abiertos. Su mirada viaja de mi pecho a mi rostro en tres ocasiones antes de dar media vuelta.

— Lo siento, no sabia que estabas ocupado— dice con nerviosismo en su voz.

— No es como que tuviera algo de más, mi pecho no es diferente al de otro hombre— digo con una medio sonrisa— no es como que mientras trabajan el en rancho, siempre lleven polera o sus camisetas puestas— trato de cubrirme un poco para no incomodarlo.

— La diferencia es que ellos no me gustan, tú me gustas mucho— suelta dejándome sin palabras y con un sentimiento raro.

— Se me olvidaba lo directo que sueles ser— mascullo.

— He traído algunas cosas— dice caminando hacia dentro de la habitación dándome la espalda.

— Ya me he cubierto— le hago saber, no quiero que termine cayendo.

— ¿Cómo te sientes? — pregunta con su mirada sobre el pequeño en mis brazos.

— Un poco adolorido— respondo.

— Creo que es normal, acabas de dar a luz— dice y suelta una medio sonrisa.

— ¿Dónde están Jake y Patricia? — pregunto.

— Han ido a descansar— frunzo el ceño al recibir su respuesta.

Por alguna razón, creo que algo sucedido nuevamente entre ellos, la forma en la que Jonás ha reaccionado al mencionar a Jake es un poco mas ruda de lo que solía ser en el pasado. Se que no debería estar pensando en otros que no sea mi hijo en este momento, pero no quiero que mi mejor amigo y su hermano quien es la persona que me gusta, Esten disgustados. Niego pensando que primero debería salir del hospital antes de poder intervenir en lo que sea que haya sucedido.

Dejo a mi bebé en la camilla entre mis piernas, y me dispongo a cambiarle el pañal, extiendo mi mano para tomar lo necesario de la pequeña cuna, pero antes de que pueda moverme, Jonás se encuentra a mi lado dejando lo que necesito justo a mi alcance. Quito el pañal a mi pequeño rayo de esperanza. Dylan. Recordando cada uno de los pasos que muchas veces estudie en internet durante mi embarazo, muevo a Dylan y cambio su pañal. Mis movimientos se detienen al girarlo en mis brazos y veo su espaldita, la de nacimiento en su omoplato derecho me deja con muchos pensamientos cruzado. Esta marca la he visto solo en dos personas.

— Esta marca— levanto la mirada para ver al rubio quien mantiene su mirada con un torbellino de emociones dentro, fija en mí— ¿Dónde esta Jake? — pregunto al mayor.

— Descansa...—

— No me mientas— corto sus palabras.

— No lo sé— dice.

Suelto un poco de aire por la boca y continúo vistiendo a mi pequeño hijo sin poder dejar de pensar en mil cosas y todas me llevan al mismo lugar. es completamente imposible que esa marca este en mi hijo sin tener ninguna conexión con los hermanos Everett.

My Little HopeWhere stories live. Discover now